El Maestro Osho habla así de esta carta: ”El viejo hombre irradia en el mundo una satisfacción de criatura. Hay una atmósfera de gracia a su alrededor, indicando que él está bien consigo mismo, y con lo que la vida le proporcionó. Parece que ella está conversando alegremente con alabanza a Dios en su dedo, como si los dos fuesen los mayores amigos. Las flores color de rosa que penden en torno de él representan un tiempo para dejar acontecer, de relajamiento, de dulzura. Ellas son una respuesta a su presencia, un reflejo de su propia naturaleza”.
El consejo de la carta es: “La inocencia que adviene de una profunda experiencia de vida es semejante a la de una criatura, sin ser infantil. La inocencia de las criaturas es bella, pero ignorante. Ella será substituida por desconfianza y duda en la medida que la criatura crezca y aprenda que el mundo puede ser un lugar peligroso y amenazador. La inocencia, a pesar de una vida plenamente vivida tiene un porque de sabiduría y de aceptación de la vida en eterno cambio”.
Siempre digo que cada vez que me siento para escribir sobre estas cartas acontece algo tan mágico, tan sincrónico que hace que guste cada día más de la propuesta de este querido maestro indiano.
En mi última atención de ayer (y cuento esto con la debida autorización de la paciente) veo una inmensa biblioteca donde una mujer estudia frenéticamente muchos libros al mismo tiempo. Repentinamente la luz se apaga y ella sale tropezando en busca de la caja de luz. Encuentra la caja de luz y prende la llave general y la luz regresa.
Ella retoma sus estudios y repentinamente mira para la pared donde está la caja de luz y se da cuenta de que ella está a más de 10 metros de altura. Entonces se cuestiona:
- Pero como conseguí alcanzar la caja de luz?
Su voz interior responde:
- Cuando sigues tu intuición y no las reglas de sus libros, tu ser siempre encuentra la solución que precisas. Por más distante que ella parezca estar, por más intangible que su ilusión la quiera mostrar.
Y así fuimos adelante por casi una hora de imágenes tan increíblemente bellas e inéditas que le hizo prometer a mi paciente que yo podría reproducir toda la lectura de su mente. Y ella me autorizó. De manera que, un día, usted sabrá de todo el contenido de esta sesión que fue fantástica!
Pero, en este momento, pretendí apenas pincelar este pasaje porque me parece muy pertinente para esta carta que el Maestro Osho llamó Inocencia.
Para mi, este sentimiento que solo es posible sentir si dejamos de lado el juzgamiento, la crítica, el ego y la necesidad de afirmación, tal vez sea lo más difícil de ser alcanzado. Aprendemos con este mundo que ser inocente es ser bobo y eso nos roba una gran parte de energía en la construcción de este tan ansiado estado: mirar para todo y para todos como si fuesen espejos de nosotros mismos y sentir por todo y por todos una inmensa compasión y un profundo amor.
Ver en el otro apenas luz, paz, y confort. Si ni al menos imaginar que de aquel ser puede salir cualquier manifestación del mal.
Si... concuerdo con usted. Es difícil! Pero, para mí, es la búsqueda. Al final, atraemos fuera de nosotros lo que adentro de nosotros habita.
Izabel Telles é terapeuta holística e sensitiva formada pelo American Institute for Mental Imagery de Nova Iorque. Tem três livros publicados: "O outro lado da alma", pela Axis Mundi, "Feche os olhos e veja" e "O livro das transformações" pela Editora Agora. Visite meu Instagram. Email: Visite o Site do Autor