Una noche de esas, antes de dormir, como es habitual en mí, tomé un libro para leer. Era “El Paraíso es una Cuestión Personal” (“O Paraíso é uma Questão Pessoal”) de Richard Bach. En una de las crónicas, él contaba que, cierta vez, ansioso por ser admitido para un cargo, tuvo que someterse a un ‘test de personalidad’ que consistía en responder ‘si’ o ‘no’ a tres preguntas:
- ¿Existe solamente un Dios verdadero?
- ¿Los detalles son muy importantes?
- ¿Siempre se debe decir la verdad?
Él no contó cuales fueron sus respuestas ni cuales eran las respuestas ‘ciertas’. Se limitó a confesar que fue reprobado. En cuanto a mí, no conseguí continuar la lectura porque me quedé reflexionando sobre aquellas preguntas durante algún tiempo... y, obviamente, intentando imaginar cuales hubieran sido mis respuestas, si estuviese en el lugar de él.
Ahora, pensando en las personas, en las relaciones y sobre lo que me gustaría abordar en este artículo, llegué a la conclusión de que, muchas y muchas veces, la mayoría de nosotros intenta responder ‘si’ o ‘no’ a una duda referente a nuestras relaciones, a nuestras pasiones, a nuestros amores.
Más que eso, intentamos juzgar nuestros deseos y nuestras elecciones clasificándolos como ‘ciertos’ o ‘errados’. Inevitable que surjan los comentarios o las auto-evaluaciones: ‘¡Tú no debería haber hecho eso!’, ‘tú no puedes actuar de esa manera’... y por ahí va... como si hubiera, en algún lugar, un “Manual de Conducta en el Amor”.
¡No hay en ningún lugar! Simplemente porque la vida, el amor y las personas son exactamente aquello que está entre los extremos. Somos esa linda complejidad que satisface de manera fantástica, mágica y sorprendente todo el infinito espacio que existe entre el ‘si’ y el ‘no’. O sea, somos todas las respuestas, todas las posibilidades y por lo tanto, tenemos como ‘tal vez’, ‘depende’, ‘hasta que’, entre otros y son absolutamente aceptables y maravillosamente humanos.
Ciertamente hay quien diga que mis artículos y libros son propuestas de conductas. En primer lugar, creo que el análisis de las palabras queda, en última instancia, por cuenta de quien las lee. Después, debo esclarecer que mi intención nunca es la de proponer conductas, pero sí – siempre – reflexiones.
En este sentido, creo dar espacio justamente para todas las respuestas que se encajan entre el ‘si’ y el ‘no’, admitiendo que todas – absolutamente todas – tienen espacio dentro de un corazón.
Pero ¿y la moral? ¿Y la ética? ¿Y las ‘leyes’ de la buena convivencia? Si, si... ¡muy pertinentes estas colocaciones! Hay que tener la mínima moral, ética y deber en el ejercicio del amor. Entre tanto, ¿Quién las dicta? ¿Qué me hace considerar algo como ‘cierto’ mientras que otros lo consideran ‘errado’?
El hecho es que cada uno se guía por su propia conciencia. Y la conciencia no es algo que se pueda moldear a la fuerza. Depende exclusivamente de cuanto estamos conectados con quien realmente somos, a pesar de todas las máscaras que podamos usar o papeles que podamos desempeñar en cada circunstancia vivida.
Siendo así, la cuestión central es: (responda ‘si’ o ‘no’) ¿usted ha vivido el amor conforme a aquello que realmente siente, o ha intentado, todo el tiempo, corresponder a las reglas en las cuales, vaya a saber porque razón, usted insiste en creer que existen?
Sinceramente, voy a afanarme para que usted y yo consigamos actuar y escoger, vivir y amar de acuerdo con aquello – y solamente aquello – que genuinamente satisfaga nuestro corazón...
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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Publicado por Rosana Braga
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