Cada vez que iniciamos un año nuevo comenzamos a hacer nuestra planificación, buscando nuevos objetivos y metas a conquistar. Sin embargo, he notado que para muchas personas, junto con la esperanza que se renueva cada ano, aparecen también las dudas que están en el subconsciente y que nos acaban bloqueando el avance y la conclusión de las acciones necesarias para cumplir nuestros objetivos.
Eso sucede en sintonía con el campo astral que, especialmente cuando el Sol ingresa en el signo de Capricornio, nos impele a buscar nuevas metas, pero también estimula las dudas en nuestros corazones. Al final, sabemos que, a pesar de todo, muchas metas no serán conquistadas y acabaremos decepcionados al final de 2007, no? Por esa razón muchas veces nos preguntamos: “¿Estaré en el camino correcto? ¿Conseguiré conquistar mis metas esta vez? O, entonces, ¿llegaré a fin de año con algunas decepciones? ¿Qué preciso hacer para conseguir mis objetivos?”
Antes que nada, necesitamos comprender que esa necesidad de hacer planes es bastante cultural. Los pueblos que siguen filosofías de vida del tipo oriental, como la filosofía budista en sus varias formas, aprenden a vivir el momento de forma más intensa, para evitar, principalmente, los daños causados por la ansiedad y por las decepciones. En el artículo de la semana pasada, intenté transmitir algunas nociones que nos ayudarán a planificar nuestras acciones a fin de conseguir objetivos concretos, sin perder el rumbo de nuestros pasos, sin desviarnos del camino pero, al mismo tiempo, sin esa ansiedad innecesaria que nos impide llegar donde queremos.
De manera general, el ser humano tiene una gran necesidad de conocer el futuro y por esa razón consulta oráculos de todo tipo: Tarot, I Ching, Previsiones Astrológicas, etc. etc., sirven para ayudarnos a comprender lo que vendrá, pero no nos ofrecen la solución de nuestros problemas. No nos dan las herramientas ni enseñan el camino. Más allá de eso, con ese conocimiento podemos aprender a enfrentar la realidad, por peor que sea, con sabiduría. Algunos clientes me consultan diciendo de antemano: “Yo no quiero saber nada de lo malo!” O peor “Sólo dígame las cosas buenas”! De qué sirve, entonces, consultar a un astrólogo? El astrólogo, al hacer las previsiones anuales, indica solamente qué tendencias aparecen en las previsiones astrológicas proyectadas en su mapa natal y tal vez, puede sugerir algunas conductas que van a amenizar los aspectos negativos o enfatizar los positivos. Pero, teniendo esas informaciones, será el cliente quien tendrá que trillar el camino! El camino de Santiago (en el sentido psicológico) es hecho por cada uno de nosotros, individualmente.
Las eventuales dificultades que encontramos son pruebas que suceden y que aparecen de manera especial en este mes de Capricornio, exactamente porque en este período del año la Luz intenta un camino para fluir y pide sacrificio y persistencia de nuestra parte. Cuanto más difícil el recorrido, más agradable será la recompensa! Aquí, en el Hemisferio Sur tenemos el Sol del verano para ayudarnos en este período, y, aun en invierno, no sufrimos un gran rigor atmosférico. Sin embargo, se plantamos una pequeña semilla en una maceta con tierra y observamos el trabajo arduo que ella tendrá que hacer para despuntar en una maravillosa plantita, podremos fácilmente hacer una analogía con las dificultades que están delante de nosotros para despertar hacia la Luz!
De cualquier manera, el inicio del nuevo año nos parece siempre muy duro, no? Después de los excesos cometidos bajo la influencia de la energía de Sagitario, tenemos entonces la necesidad de hacer una pausa a fin de buscar dentro de nosotros mismos las herramientas que nos serán útiles para enfrentar los eventuales obstáculos que aparecerán en nuestro camino. Recordemos que todos tenemos esas herramientas, a veces un poco herrumbradas, a veces olvidadas en un rincón...
Entonces, aprovechemos esta semana para entrar en contacto con la Luz de Capricornio, pidiendo auxilio a todas las fuerzas del Universo para poder cumplir nuestras metas hasta el fin. Esa energía podrá fluir hasta nosotros a través del Genio Cabalístico Lecabel, 31° de la Cabala. Las letras que componen su nombre nos ayudan a terminar lo que comenzamos. El salmo correspondiente es el n° 70.
Repita para sí misma(o): Con la ayuda de este nombre sagrado Lecabel, yo tendré el poder de concluir todo lo que comience, especialmente las tareas y metas de naturaleza espiritual.
Publicado por Graziella Marraccini
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