Existen varias formas de encarar nuestra evolución. Una de ellas es que tendremos una única experiencia de vida aquí en la tierra y que después, dependiendo de nuestras actitudes, tendremos tres destinos: Cielo, Infierno o Purgatorio. En esta hipótesis tenemos como predominante la figura de un dios que es creador y padre. Este mismo dios va a juzgar a cada ser (o alma si se prefiere) y dar a éste uno de los tres destinos, conforme sus leyes.
Otra es prácticamente una mezcla de la primera, admitiendo que existe una reencarnación y manteniendo la figura de un dios igualmente creador como centro de una energía paterna.
En fin, podemos describir muchas otras hipótesis, cada una de ellas tendrá sus particularidades y un su aplastante mayoría hacen parte de religiones. Prefiero elegir, entre todas las maneras de encarar mi vida, la siguiente:
Somos parte de la Energía Universal, por lo tanto tenemos la misma capacidad evolutiva que al Todo penetra. Si fuéramos un océano, seríamos una gota de esa agua. Un poco complicado, pero fácil de ser entendido cuando aceptamos que somos verdaderamente nuestro dios.
El Universo tiene billones de años. En esta práctica terrena en que nos encontramos, nada termina. Existen apenas nuevos ciclos que acompañan nuestro aprendizaje y nuestra evolución. Estos ciclos, transformados en vidas, directamente relacionados con uno de los signos del zodíaco, son efectivamente etapas a ser vencidas.
En medio de toda esta complejidad, están definidas las etapas que cada uno de nosotros necesita pasar. Nada es limitado. Nada necesita ser pagado para ser conquistado y todo está a nuestra disposición conforme a nuestra capacidad de asumir definitivamente el control de nuestras emociones en base a pequeñas reglas:
- El libro Arbitrio de cada uno tiene que ser respetado.
- Hoy Soy consecuencia de las actitudes del pasado. Ley de Causa y Efecto.
- Atraigo lo que pienso, sea bueno o malo.
En medio a estas reglas necesito ubicarme y aprender mucho. El ejercicio de mis actitudes funciona como un verdadero examen escolar. Puedo hacer todo y no tengo que aceptar nada como imposición, pero tengo que tener conciencia de que en cada pensamiento y/o actitud yo determino un vector de la cosecha. Nosotros elegimos el País y principalmente la familia en la que vamos a vivir y rescatar las cosechas (karmas) de vidas pasadas.
Si la esencia necesita aprender disciplina de vida tenemos algunas opciones: Alemania, Inglaterra, Suiza, etc.
Si la esencia necesita aprender y evolucionar en aspectos de relaciones podremos elegir varios países de idioma latino.
Si necesitamos vigilar y aprender a dominar nuestra arrogancia, tenemos varias opciones: Francia, Argentina, España, etc.
Si necesitamos de introspección, India y Tibet son las opciones.
Si nuestra esencia necesita de un elevado índice de aprendizaje sobre el respeto, Japón se vuelve una excelente opción.
Si necesitamos mostrar que conocemos los valores y que no nos contaminamos con el medio, Brasil es el lugar.
Es así también que funciona nuestro proyecto de vida. Nosotros determinamos, antes de nacer, cuales son los objetivos que necesitan ser alcanzados en este vida. Lo que efectivamente necesitamos aprender y dominar.
¿Quedó claro? Entonces, ¿por qué deprimirse? La solución a nuestros problemas está en nuestras manos.
Saul Brandalise Jr. é colaborador do Site, autor do livro: O Despertar da Consciência da editora Theus, onde mostra através das narrativas de suas experiências como extrair lições de vida e entusiasmo de cada obstáculo que se encontra ao longo de uma vida. Email: [email protected] Visite o Site do Autor