El auto-conocimiento es un proceso lento que pide, ante todo, confianza. La espera necesaria para alcanzar aquello que buscamos – una profunda conciencia acerca de quiénes, de hecho, somos – sólo será soportada si existe dentro de nosotros la confianza de la que semilla inevitablemente germinará.
Si no estamos llenos de esa certidumbre, ningún resultado podrá obtenerse y desistiremos frente al primer obstáculo que surja. Y éstos serán muchos, pues la mente nos coloca innumerables armadillas para convencernos de que vivir bajo su dominio es la única forma posible de existencia.
La confianza, sin embargo, no puede venir acompañada de ansiedad o expectativa, porque éstas constituyen los principales estorbos para un estado de relajación y paz. Aquellos que ya se encuentran en ese camino saben que, en vez de estar ansiosos por el resultado final, debemos disfrutar de cada instante que vivimos durante esta jornada, pues ella en sí ya constituye una gran bendición.
Si enfocamos nuestra energía en el ansia por obtener algún resultado, ciertamente dejaremos de ver los momentos preciosos que la vida va colocando en nuestro camino. La serenidad y la alegría son los principales criterios para saber si estamos de hecho en el camino de vuelta a nuestro verdadero ser.
Cuanto más llenos de estos sentimientos nos mantengamos, más cerca estaremos de la fuente original de donde ellos emanan: lo divino, la dimensión donde el ego y la mente han perdido todo el poder y solamente la conciencia de una profunda unión con todo lo que existe permanece.
“De la observación a la no-mente
…Una vez esté un hombre en un estado de no-mente, nada puede desviarlo de su ser. No hay poder alguno mayor que el de la no-mente. Ningún mal puede hacerse a tal persona. Ningún apego, ninguna codicia, ninguna envidia, ninguna rabia, nada puede surgir en él. La no-mente es absolutamente un cielo puro, sin nube alguna.
Existe una ley intrínseca: los pensamientos no tienen vida propia. Son parásitos; viven en tu identificación con ellos. Cuando dices ‘siento rabia’, estás suministrando energía vital a la rabia, porque te estás identificando con ella.
Pero cuando dices: ‘yo estoy observando la imagen de la rabia en la pantalla de la mente dentro de mí’, ya no estás proporcionando ninguna vida, ningún alimento, ninguna energía a la rabia. Serás capaz de verla porque no estás identificado, la rabia es absolutamente impotente, no tiene impacto alguno sobre ti, no te modifica, no te afecta. Ella es absolutamente hueca y muerta. Ella pasará y dejará el cielo limpio y la pantalla de la mente vacía.
...Y una vez empiezas a moverte en el camino correcto, tu éxtasis, tus bellas experiencias van haciéndose más y más profundas, más y más amplias, con nuevos matices, nuevas flores, nuevas fragancias.
…Estos son los caminos y el criterio de cómo elegir: si tú te mueves en algún camino, empleas alguna metodología y esto te trae alegría, más sensitividad, si te hace más observador y te da una sensación de inmenso bienestar, ese es el único criterio de que vas por el camino correcto. Si te estás volviendo más miserable, más irascible, más egoísta, más ambicioso, más lujurioso, estos son indicaciones de que te estás moviendo en un camino equivocado.
En el camino correcto, tu felicidad crecerá día tras día y tus experiencias de bellas sensaciones se volverán tremendamente psicodélicas, muy coloridas, con colores que nunca habías visto en el mundo, con fragancias que nunca habías experimentado. Entonces, podrás seguir en el camino sin miedo alguno de que puedas ir equivocado…
…La meditación ciertamente lleva a la no-mente, al igual que todo río se mueve en dirección al mar, sin mapa alguno, sin guía alguna. Todo río, sin excepción, finalmente, alcanza el océano. Toda meditación, sin excepción, finalmente, alcanza el estado de no-mente.
…No-mente es una palabra sencilla, pero ella significa exactamente iluminación, liberación, libertad de todas las esclavitudes, experiencia de inmortalidad.
Esas son palabras grandiosas y yo no quiero que te sientas asustado, por eso empleo una palabra sencilla, no-mente. Tú conoces la mente… y tú consigues concebir un estado en que esa mente esté sin funcionamiento.
Una vez esa mente sin funcionamiento, tú te conviertes en parte de la mente del cosmos, de la mente universal. Cuando tú eres parte de la mente universal, tu mente individual funciona como una bella sirvienta. Ella habrá reconocido a la maestra y traerá novedades de la mente universal para aquellos que todavía están sujetos a la mente individual.
Cuando os estoy hablando, es ciertamente el universo, que se está sirviendo de mí. Mis palabras no son mis palabras, ellas pertenecen a la verdad universal. Ese es el poder, el carisma y la magia de ellas.”
OSHO – Satyam, Shivam, Sundram – traducción: Sw.Bodhi Champak