Una de las más antiguas y mejor conceptuadas empresas editoriales de Londres respondió al autor de un manuscrito que le fue enviado para análisis: ..."este libro representa tal modificación del dogma cristiano común que, podría decirse, seria necesario fundar una nueva iglesia en la comunidad inglesa, para que hubiese la posibilidad de ser vendido en cantidad que compensase su publicación. Le estamos muy agradecidos por habernos dado, en primer lugar, la oportunidad de ver un libro tan fuera de lo común".
A lo que el autor respondió:
"Es absolutamente verdadero que el libro se desvía del dogma cristiano común. Se desvía también de todos los dogmas establecidos, sean estos religiosos, filosóficos, políticos o de cualquier especie. Y por que ha de ser un dogma así tan sagrado e inmutable? Podrá algún día la verdad ser encerrada en determinadas palabras y no en ningunas otras? Es exactamente en eso que está la razón de ser de este libro: revelar nuevos caminos para, así, poder aproximarse a los eternos problemas de la existencia. En el caso que este no pasase de una simple variante o confirmación de una creencia o de un sistema cualquiera de pensamiento establecido, yo no me habría dado al trabajo de escribirlo. Aunque concebido y escrito en inglés, este no se destina exclusivamente al público de lengua inglesa, ni pretende causar un choque o alarma a los fieles de cualquier creencia, pero sacudir la humanidad que se encuentra entregada a la letargia dogmática, llena de odio, lucha y caos".
Así el “El libro de Mirdad”, del libanés Mikhaïl Naimy. Puedo decir que ese libro se tornó un hito en mi vida. Una quiebra de paradigmas que continuó haciendo efecto por muchos y muchos años, hasta hoy. Fue como haber subido en una montaña bien alta y visto las cosas desde arriba, sin detenerse en los detalles que nos distraen e impiden la contemplación del Todo. Pienso que la filosofía y la religión son como la escuela y el colegial, siendo que "El libro de Mirdad" es la facultad y el "Cabalion" el post-grado.
El libro fue publicado en 1948, y es parte de la biblioteca del Lectorium Rosicrucianum (Rosacruz Áurea), y muestra con rara belleza el camino para la ascensión del Hombre a Dios (porque él es Dios y no lo sabe). Muchas veces pensé durante la lectura: "Si alguien me dijese que era una revelación Divina, como los libros sagrados, yo no lo dudaría". Y el propio Naimy confesaba, cuando las personas le pedían que escribiese otro libro tan bonito: "A mí bien me gustaría que Dios me dejase escribir otro libro como ese".
Yo publiqué en el antiguo blog varios trechos del libro, en 2004, cuando la media de visitantes era menos de la mitad de un décimo del actual, y aún no los pasé al blog actual. Entonces aprovecharé para ir publicando aquí trechos seleccionados, que no siguen fielmente la secuencia del texto y no substituyen la experiencia de tener el libro en las manos para leerlo en el recogimiento y confort de un cuarto. Pero antes, un resumen de la introducción del libro:
En la más alta cumbre de las Montañas Alvas, conocido como el Pico del Altar, yacen las vastas y sombrías ruinas del monasterio otrora famoso, con el nombre de EL ARCA. La tradición lo ligaba a una antigüedad tan venerable como la del Diluvio, y su fundador el propio Noé. Reza la leyenda que Noé le dijo a su hijo: "Me asalta un recelo de que los hombres, con el tiempo, se olvidan del Diluvio y de la lujuria y maldad que lo provocaron; de que también se olviden del Arca y de la Fe que la sostuvo en triunfo durante 150 días sobre la furia de los abismos vengadores y de que ni se acuerden de la Nueva Vida que surgió de esa Fe de la cual ellos son el fruto. Para que ellos no olviden, yo te pido, hijo mío, que levantes un altar sobre el más alto pico de estas montañas, y te ruego que construyas, a la vuelta de ese altar, una casa que en todos los pormenores corresponda al Arca y que, aunque siendo, de menores dimensiones, será Llamada El Arca".
Nueve monjes habitaban el lugar, pues ese fue el número de los que habitaban el Arca original. Según Noé, la 9ª persona "era un clandestino, que solamente yo vi y conocí. Era mi constante compañero y mi timonero. No me preguntes más nada sobre él, pero no dejes de guardarle un lugar en tu Santuario. Esta es mi voluntad".
Cuando Noé murió, sus hijos lo enterraron debajo del altar, en el Arca, que por muchos y muchos años continuó siendo, de hecho y en espíritu, el verdadero Santuario idealizado y ordenado por el venerable conquistador del Diluvio. Con el pasar de los siglos, sin embargo, el Arca comenzó, poco a poco, a recibir donativos mucho más allá de lo que realmente necesitaba. De tal hecho resultó que se fue tornando, de año a año, más rica en tierras, plata, oro y piedras preciosas.
Un día, algunas generaciones atrás, habiendo fallecido uno de los nueve, se presentó un extraño a los portones del monasterio, solicitando admisión en la comunidad. De acuerdo con las antiguas tradiciones del Arca, tradiciones que jamás habían sido violadas, el extraño debería ser inmediatamente admitido, ya que había sido el primero en solicitar esa admisión, después del fallecimiento de uno de los nueve. Pero el Superior de la comunidad era un hombre prepotente, de mentalidad mundana y corazón duro. No se agradó de la apariencia del extraño que estaba desnudo, hambriento y cubierto de llagas; le dijo que era indigno de ser admitido en la comunidad. Lo aceptó, sin embargo, como siervo, profesión que el extraño ejerció por 7 años en total silencio, en cuanto el monasterio acumulaba riquezas incalculables, comprando para si todas las tierras y villas por muchas millas a su alrededor.
En el octavo año, el siervo resuelve hablar.
LA PALABRA CREADORA
Velados están vuestros ojos con gran número de velos. Cada cosa sobre la cual lanzáis vuestro mirar es un velo. Sellados están vuestros labios con gran número de sellos. Cada palabra que pronunciáis es un sello.
Las cosas, sean cuales fueran sus formas y especies, son solamente velos y ataduras con que la Vida está atada y velada. Como podrán vuestros ojos, que son en si mismo un velo y una atadura, llevaros a algo que no sea a las ataduras y velos?
Y las palabras? No son ellas selladas por letras y sílabas? Como podrán vuestros labios, que son en si mismo sellos, balbucear algo que no sea sello?
Los ojos pueden velar, pero no pueden penetrar los velos.
Los labios pueden sellar, pero no pueden quebrar los sellos. No les pidan nada más de lo que ellos pueden dar. Esa es la parte que les toca en la actividad del cuerpo y lo desempeñan bien. Para penetrar más allá de los velos necesitáis de otros ojos, no aquellos dotados de párpados y cejas, y para quebrar los sellos precisáis de otros labios y no aquellos de carne. Cierre, en primer lugar, correctamente, vuestros ojos, si quisieres ver correctamente las otras cosas. Si no ves y no hablas correctamente, nada más veréis sino a vosotros mismos y nada más pronunciareis sino a vosotros mismos. Si, pues, vuestro mundo es un enigma indescifrable, es porque vosotros mismos sois enigmas indescifrables. Y si vuestro hablar es una deplorable confusión, es porque sois esa deplorable confusión.
Deja las cosas como estas son y no os esforcéis para modificarlas. Porque estas parecen ser lo que parecen debido a vuestros pareceres. Si estas os hablaran ásperamente, atenta para vuestras lenguas. Si os parecen feas, busca la fealdad, en primero y último lugar, en vuestros propios ojos. No debéis pedir a las cosas que sean dispares de sus velos. Tirad vuestros propios velos, y ellas perderán los suyos.
La llave para remover los velos de si mismo y quebrar los propios sellos es una palabra que debéis traer eternamente presa en vuestros labios. Es la menor y la mayor de todas las palabras. Mirdad la denominó LA PALABRA CREADORA. "Yo", el monje, es la Palabra Creadora. Cuando dijeres yo, acrecienta, inmediatamente, en vuestros corazones: "Dios sea mi refugio contra la malignidad del yo y mi guía para la bienaventuranza del yo", pues en esa palabra, tan pequeña, está encerrada el alma de todas las otras palabras.
Vuestro yo nada más es de lo que vuestra conciencia de Ser, silenciosa e incorpórea, se hace sonora y corpórea. Es lo inaudible que se torna audible; lo invisible que se torna visible; la visión que os permite ver lo que no se ve; la audición que os permite oír lo que no se oye. Aunque tengáis presos vuestros ojos y vuestros oídos. Y si no ves con vuestros ojos y no oyes con vuestros oídos, nada veréis y nada oiréis. Basta que penséis yo, y un mar de pensamientos se agitará dentro de vuestras cabezas. Ese mar es una creación de vuestro yo, que es, al mismo tiempo, el pensador y el pensamiento. Si tienes pensamientos que apuñalan, que muerden o despedazan, quedad seguros de que solamente el yo-en-vosotros les de el puñal, los dientes o las garras.
Por el mero pronunciar yo, traéis a la vida una multitud de palabras, cada cual símbolo de una cosa; cada cosa, símbolo de un mundo; cada mundo, parte de un universo. Ese universo es creación de vuestro yo, el cual es, al mismo tiempo, el creador y la criatura. Si hubiera algunos duendes en vuestro universo, podéis estar seguros de que fue vuestro yo quien los creó. Conforme fuese vuestra conciencia, así será vuestro yo. Conforme fuese vuestro yo, así será vuestro mundo. Si vuestro yo fuera uno, vuestro mundo será uno; y vosotros tendréis la paz eterna con todas las huestes celestiales y los habitantes de la Tierra. Si vuestro yo fuera múltiple, vuestro mundo será múltiple; y estaréis en perpetúa guerra con vosotros mismos y con todas las criaturas de los dominios inmensurables de Dios.
El yo es el centro de vuestra vida de donde irradian las cosas que constituyen la totalidad de vuestro mundo y para el cual estas convergen. Si este fuera firme, vuestro mundo será firme, y no habrá fuerzas ni arriba ni abajo que os puedan desviar para la derecha o para la izquierda. Si fuese inestable, vuestro mundo será inestable; y seréis una hoja indefensa cogida por el terrible remolino del viento. Alerta! He ahí que vuestro mundo es firme, no hay duda, solamente, pero, en la inestabilidad. Y vuestro mundo es cierto únicamente en la incerteza. Y es constante vuestro mundo, pero tan solo en la inconstancia. Y vuestro mundo es uno, mas solamente en la multiplicidad.
El vuestro es un mundo en que las cunas se tornan sepulcros, y los sepulcros se tornan cunas; en que los días devoran las noches, y las noches vomitan días; de paz, declarando guerra, y de guerra, implorando paz; en que las sonrisas fluctúan sobre las lágrimas, y las lágrimas brillan en las sonrisas. El vuestro es un mundo en constante trabajo de parto, en que la partera es la Muerte. El vuestro es un mundo dividido contra si mismo, porque vuestro yo está así dividido.
El vuestro es un mundo de barreras y de cercas, porque vuestro yo es una de esas barreras y cercas. Este pone una cerca para que aquello que le es extraño no entre, y establece otra para aquello que le es afín no salga. En tanto, lo que está fuera de la cerca no puede pasar para el lado de dentro, y lo que está dentro no puede pasar para fuera, pues siendo ambos prole de la misma madre - y también vuestro yo - no pueden ser separados. Y Uds. en vez de regocijarse con su feliz unión, tornan a continuar el infructífero trabajo de separar lo inseparable. En vez de establecer la división de vuestro yo, despedazan la vida en esa tentativa de intentar separar aquello que piensan ser vuestro yo de aquello que juzgan no ser vuestro yo. He ahí porque las palabras de los hombres son embebidas en veneno. He aquí porque sus días son ebrios de tristeza. He ahí porque son sus noches tan atormentadas por el dolor.
Mirdad, el monje, establecerá la división en vuestro yo para que podáis vivir en paz con vosotros mismos, con todos los hombres y con todo el universo.
Mirdad extraerá el veneno de vuestro yo para que podáis probar las dulzuras de la Comprensión.
Mirdad os enseñará la pesadez de vuestro yo para que conozcáis la alegría del PERFECTO EQUILÍBRIO.
Acid é uma pessoa legal e escreve o Blog www.saindodamatrix.com.br "Não sou tão careta quanto pareço. Nem tão culto. Não acredite em nada do que eu escrever. Acredite em você mesmo e no seu coração." Email: Visite o Site do Autor