Durante un profundo proceso de estudios me encontré con esta palabra y me sorprendí con lo que descubrí…
Muchos años atrás yo simplemente repetía la palabra ENFERMO sin comprender. Con ella yo me refería a las personas y a mi mismo en el exacto momento en el que estaba siendo acometido por algún mal, sin importar si el mal era pasajero o más duradero de lo que se pretendía.
Enfermo, por definición, era una palabra para determinar el estado de salud de alguien. Estar enfermo, por lo tanto, indicaba algo ruin. En realidad, dependiendo de cómo nos encontremos con nuestra energía, es posible mirar la palabra y ver lo que no está escrito. En verdad, es la unión de sílabas que juntas causan una definición de práctica de energía negativa procesada, potencializada y definida. Ayer, hablando con un amigo, me dijo: Fulano tiene problemas con sus rodillas, presenta una disfunción debido a su edad, su rodilla está vieja. Pensé para mi mismo: Este hombre no se encorva…y pregunté: ¿él es caprichoso? Y la respuesta llegó: sí lo es.
Así, cada vez descubro más que las enfermedades son consecuencias de nuestros vicios de postura. Sus orígenes, por lo tanto, están en cada individuo. Yo estaba ENFERMO, tenía laberintitis. Estaba, por lo tanto, fuera de mí. Comencé a ser más yo y a dejar de ser lo que los otros querían que fuera, y mi vida volvió a ser saludable. Yo estaba ENFERMO, tenía la presión sanguínea alta. Dejé de querer controlar ciertas cosas a mí alrededor y mi presión disminuyó. Yo estaba ENFERMO, tenía gastritis, dejé de querer lo que no conseguía obtener y la gastritis se fue.
Así fui analizando las enfermedades y las personas y descubrí que el 98% de las curas no vienen de los remedios, pero sí de una buena charla con el médico. Es claro que el remedio es necesario, pero la postura del paciente es lo que hace la diferencia.
No vamos a profundizar en esto porque el tema comienza a volverse un poco polémico, pero lo importante es que cada uno haga un análisis de su vida y perciba que la enfermedad nunca vino del medio en que se vive y sí de nuestra adaptación al mismo. Cuenta una leyenda que si se arroja una rana en un recipiente con agua muy caliente ella automáticamente salta para afuera. Sin embargo, si la rana es colocada en agua de su hábitat y llevado al fuego, la rana muere cocida porque ella SIEMPRE INTENTA ADAPTARSE AL MEDIO. No reacciona a la muerte. Ya fui rana, pero reaccioné al medio. Cuando el agua estaba caliente salté fuera del recipiente antes de volverme un ENFERMO incurable. El proceso de adaptación a las variables negativas crea problemas serios en nuestra salud. El enfermo viene de mi ser más profundo y, por lo tanto, si es del ser, es mío. En las actitudes que tomo, planto el mantenimiento del estado de mi salud. Responsabilizar a terceros por nuestro estado emocional es un acto de cobardía y omisión. Es el comienzo de un futuro momento ENFERMO. La intensidad del mal está relacionada al tamaño de la emoción negativa a la cual fui sometido.
No conozco una persona enferma y feliz. Pero conozco muchas personas saludables y felices. Delante de eso, tenemos que saber usar a nuestro favor nuestro SÍ y nuestro No.
Ellos son, cuando son usados correctamente, nuestra fuente de felicidad.
Saul Brandalise Jr. é colaborador do Site, autor do livro: O Despertar da Consciência da editora Theus, onde mostra através das narrativas de suas experiências como extrair lições de vida e entusiasmo de cada obstáculo que se encontra ao longo de uma vida. Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado por Saul Brandalise Jr.
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