Una de las mayores fuentes de infelicidad en nuestra vida es la de ejercer una actividad que nada tiene que ver con nuestra naturaleza intrínseca.
Todos nosotros, al nacer, traemos definidos por nuestra carta astrológica, los talentos con los cuales podremos alcanzar la realización y cual es la energía que predomina en las áreas de nuestra vida relacionadas con el trabajo y la carrera profesional.
Mientras tanto, un gran número de personas acaba por definir la profesión influenciada por la familia o por el medio social que, la mayoría de las veces, considera prioridad la elección de una actividad que les rinda mucho dinero.
A pesar de que desear el éxito material sea algo saludable, de nada servirá si no viene acompañado de un sentimiento interior de felicidad, de la sensación de que estamos haciendo algo para lo cual fuimos tallados.
La profesión que ejercemos es uno de los aspectos más importantes para dar significado a nuestra existencia. Por esas razón, elegirla debería ser algo a ser realizado con un grado de conciencia más elevado.
Como éste no es un proceso fácil y somos presionados a definir nuestra carrera en una edad precoz, muchos acaban frustrados, sin tener coraje de cambiar el rumbo, por miedo a parecer inconstantes y poco confiables.
El coraje para seguir nuestro corazón y realizar los cambios que él determine es un factor esencial para que podamos cumplir con alegría nuestra trayectoria en el planeta.
Siempre será tiempo de descubrir en nosotros cualidades ocultas y aptitudes que ni imaginábamos tener. Para ésto es fundamental estar abierto a lo nuevo y no ver en la edad un obstáculo para que suceda la transformación.
"Osho, por qué vivo sintiendo que alguna cosa está faltando, que yo debería ser algo más?
Es porque desde la infancia te han dicho que tú, en ti mismo, eres intrínsecamente inútil. De la manera que eres, no tienes ningún valor. El valor tiene que ser obtenido, el mérito tiene que ser evidenciado. Desde el inicio de tu infancia, te fue enseñado esto millones de veces.
…Para destruir la creencia dentro de un niño, tu tienes que probar que el valor no es algo dado por la naturaleza, y si algo que debe ser conquistado en la vida. Y tú puedes perderlo, a no ser que trabajes, seas muy ambicioso, luches con los otros…Y para alcanzar ese valor tienes que luchar, ojo por ojo, diente por diente, tienes que pisar la garganta del otro.
Has sido condicionado a ser violento, ambicioso y lleno de deseos: para tener más dinero, más poder y más prestigio.
…Tu intelecto está lleno de basura y yo estoy intentando despertar tu inteligencia. Toda la sociedad intentó hacerte inconciente de tu inteligencia. La sociedad está contra la inteligencia. Ella quiere que seas mediocre, porque solamente los mediocres pueden ser buenos esclavos. Ella te quiere sin inteligencia y estúpido, porque solamente las personas estúpidas pueden ser dominadas.
Y las personas estúpidas son obedientes, nunca son rebeldes. Personas estúpidas simplemente vegetan. Ellas nunca se esfuerzan para optimizar sus vidas. Ellas nunca encienden antorchas en sus vidas, ellas no tienen intensidad. La estupidez es obediente y la obediencia crea estupidez. (…)
Tú me preguntas: por qué estoy sintiendo que alguna cosa está faltando?
Porque siempre te han dicho que tienes que encontrar alguna cosa. Y no lo estás encontrando.
Por eso surge la sensación de que algo está faltando. Estoy diciéndote que antes que todo nada has perdido. Simplemente, mira dentro de ti y encontrarás tesoros infinitos e inagotables de alegría, amor y éxtasis.
Nada estará faltando si miras hacia adentro, pero si continuas buscando del lado de afuera, te sentirás más y más frustrado. Y en la medida en que te vuelvas viejo, naturalmente, iras a sentir que tu vida está escurriéndose de tus manos y tú aún no te has encontrado. Y la ironía es que, ante todo, nada has perdido! Aquello siempre estuvo dentro tuyo, en éste momento está dentro tuyo.
…Nada está faltándote. Nada está faltándole a nadie. Por la propia naturaleza de las cosas, nada puede estarnos faltando.
Nosotros somos parte de Dios y él es parte de nosotros. De ninguna manera, no hay posibilidad de que esté faltando algo.
(…) Tú me preguntas: Por qué yo estoy sintiendo que debería ser algo más?
Te fue dicho repetidas veces: Sé alguien! Mira Gautama Buda, Krishna, Cristo. Sé un Buda, un Krishna, un Cristo.
Así, ciertamente morirás en la miseria, angustiado, completamente frustrado, llorando desconsoladamente, porque no consigues ser un Buda. Tú no estas aquí para ser un Buda! Tú no consigues ser un Cristo o un Krishna. Solamente consigues ser tú mismo.
Un gran Maestro hassid, Zusya, estaba muriendo. Las personas se reunieron, discípulos y simpatizantes. Un hombre mayor preguntó: Zusya, en breve estarás cara a cara delante de Dios, pues estás muriendo, y, cuando estés delante de Él, serás capaz de decirle que seguiste a Moisés absolutamente, verdaderamente?
Zusya abrió sus ojos y estas fueron sus últimas palabras: él dijo: Para de decir disparates! Dios no irá a preguntarme Zusya, por qué no fuiste un Moisés?, Él me preguntará: Zusya, por qué no fuiste un Zusya?
Tú tienes que ser justamente tú mismo y nadie más. En realidad ésto es lo que significa naturaleza búdica: ser tú mismo.