Cuando iniciamos nuestra busca espiritual, es natural que nos inclinemos a algún maestro, pues nos sentimos perdidos y esperamos poder contar con alguna luz que nos ayude a recorrer esta ruta desconocida.
Pero, a medida que avanzamos en nuestro proceso de autoconocimiento y aprendemos a mantener contacto con nuestra propia interioridad, descubrimos que las respuestas para todas las dudas y cuestionamientos se encuentran dentro de nosotros.
Cuanto más nos familiarizamos con ésta, -que es totalmente diversa del mundo exterior y exige de nosotros una nueva forma de percepción-, más seguridad pasamos a sentir en nuestros propios insights.
Confiar en éste don que existe en todos los seres humanos es algo que no viene fácilmente. Como somos entrenados para lidiar con la vida a través de la razón, siguiendo parámetros preestablecidos, tenemos dificultades para oírla en cada nueva situación o circunstancia que se nos presenta la voz de la intuición, aquella que nos dirige para el camino más acertado, o sea, a través del cual encontraremos la paz interior.
Precisamos de perseverancia y, por sobre todo, de un enorme coraje para tantear lo desconocido, con la seguridad de que encontraremos allí las respuestas que buscamos.
Cada uno creará su propia trayectoria y hará el descubrimiento a su propio modo y en el tiempo que le sea adecuado. Lo importante es tener en mente que todos somos capaces de volvernos nuestros propios guías, y dirigir nuestras vidas por la luz que existe en nuestro interior.
EL REBELDE
Pregunta:
Amado Osho,
¿El camino del rebelde es el camino del medio o el camino de los extremos?
Osho: EL REBELDE NO TIENE camino alguno a seguir, aquellos que siguen algún camino no son rebeldes. El propio espíritu de rebeldía no necesita de ninguna orientación. Él es una luz en si mismo.
Las personas que no pueden rebelarse piden por una orientación, quieren ser seguidoras. La psicología de ellas es la de que ser un seguidor las alivia de todas las responsabilidades; el guía, el Maestro, el líder, el Mesías, se vuelven responsables por todo. Todo lo que se requiere del seguidor es apenas que tenga fe. Y apenas tener fe es un otro tipo de nombre de esclavitud espiritual.
El rebelde está en un tremendo estado de amor por la libertad, libertad total, nada menos que eso. Por eso él no tiene salvador, mensajero de Dios, Mesías o algún guía, simplemente vive de acuerdo con su propia naturaleza. No sigue a nadie, no imita a nadie. Ciertamente él eligió el modo de vida más peligroso, lleno de responsabilidades, pero de una alegría y libertad tremendas.
Muchas veces falla y comete errores, pero nunca se arrepiente de nada, porque aprendió un profundo secreto de la vida: al cometer errores se vuelve más sabio. No existe otra manera de volverse sabio.
Al extraviarte, conoces más claramente lo que está correcto y lo que no lo está, porque todo aquello que te da miseria, sufrimiento, que vuelve tu vida una oscuridad sin fin, sin amanecer….eso significa que te has extraviado.
Percíbelo y vuelve nuevamente al estado de ser donde estás en paz, silencioso, sereno, una fuente de felicidad y estarás nuevamente en el camino correcto.
Estar en estado de gracia es estar en el camino correcto.
Estar infeliz es estar equivocado.
La peregrinación del rebelde está repleta de sorpresas. Él no tiene mapa ni guía, así, a cada momento está entrando en un nuevo espacio, en una nueva experiencia, en dirección a su propia experiencia, a su propia verdad, a su propio éxtasis, a su propio amor.
Aquellos que son seguidores nunca conocen la belleza de experimentar cosas nuevas. Ellos siempre han usado el conocimiento de segunda mano, y fingiendo ser sabios. Las personas son realmente muy extrañas, a ellas no les gusta usar zapatos de segunda mano. ¡Pero cuanta basura están cargando en sus cabezas… simplemente, zapatos de segunda mano!
Todo lo que saben es prestado, imitado, aprendido, no por la experiencia, mas solamente por la memoria. El conocimiento para ellas consiste en la memorización.
El rebelde se asemeja a un pájaro volando en el cielo; que camino sigue? No existen rutas en el cielo, no existen huellas de pájaros ancestrales, de pájaros notables, Gautamas Budas. Ningún pájaro deja huellas en el cielo, por lo tanto el cielo está siempre abierto. Tú vuelas, y haces tu camino.
Encuentra la dirección que te dé alegría. Muévete hacia la estrella que toque campanas en tu corazón. ¡Tú debes ser el factor decisivo, nadie más!