Somos Seres Divinos creados a imagen y semejanza del Creador, somos seres de Luz con misiones de expandir nuestro ser a fin de hacernos uno con el Creador.
¡Esa certeza todos la tenemos! Pero nuestros dolores, heridas y sufrimientos muchas veces no permiten que esa unicidad se concretice. Nos encerramos en nuestros sufrimientos y hacemos de ellos nuestra realidad de vida.
Detrás de cada situación mala hay una herida original. La transformación de nuestro ser está justamente en descubrirla y a partir de ahí vivir una vida nueva y plena.
Esa herida original pasa a formar parte de nuestra vida siempre a través de un bloqueo energético. Los bloqueos son desarrollados tras experiencias muy complicadas, que nos causan toda clase de traumas, y éstos provocan modificaciones en nuestra realidad.
Determinadas situaciones vivenciadas pueden llevarnos a un estado tal de desvalorización que pasaremos, entonces, lo que nos reste de vida intentando buscar, de manera desesperada, alguna cosa que nos complete… y de ahí viene el peligro.
Esa búsqueda desesperada puede ligarnos a personas e historias equivocadas, pues lo hacemos en una tentativa de curar la herida original de la desvalorización.
En un intento de sentirnos amados y aceptados, hacemos cosas que ni siquiera imaginábamos, a fin de que los demás confirmen nuestro valor. Nos metemos en relaciones enfermizas y sin expectativa de cambio, solo para demostrarnos a nosotros mismos que somos aceptados.
Hay algunas personas que necesitan demostrar ante el mundo que son las mejores, que consiguen realizar todo lo que se proponen, que son el triunfo absoluto… Y en ese enmarañado de emociones y sentimientos falsos, dejan de vivir su realidad más plena, sumergiéndose de forma intensa y avasalladora en el trabajo.
Esto puede convertirse en un círculo vicioso en tu vida, pues cuanto más trabajas y te agotas por él, mayor es el vacío interno que sientes, por el simple hecho de que él no te colma en tu totalidad.
Otra situación que muchas veces nos ocurre es la tentativa de hacernos víctimas de la vida. Creamos en nuestra mente una condición de protesta y sufrimiento por motivos concretos y hacemos de eso un mantra diario, pues nos repetimos a nosotros mismos infinitas veces todas esas cosas malas, trabajando a tiempo integral en esa vibración de negatividad. Todo esto agota nuestra energía e incrementa nuestra condición de auto-piedad.
Establecer la transformación en tu vida es algo que solo depende de ti. ¡Es necesario decidir que vivir es mucho más que esto que puedes estar viviendo! Para que de hecho esto ocurra es muy importante descubrir esa herida original, ese bloqueo energético que te ha llevado a esta condición actual de vida.
La mesa radiónica entra, entonces, como instrumento fundamental en la identificación de bloqueos, proporcionándote la fecha en que el bloqueo se ha originado y, así, es posible recordar la situación vivenciada.
Partiendo de esa situación relatada, identificamos los sentimientos y emociones originados y los eliminamos, haciendo la trasmutación necesaria.
Después de toda esa vivencia, lo que nos queda son recuerdos de lo que ocurrió, pero nada que nos lleve a energías estancadas o sufrimientos intensos presos a esas situaciones.
Una vez fuera de esa energía que te aprisionaba, te darás cuenta de que todo lo que más deseabas, que la vida que tanto querías, es posible, pues te advertirás uno con el Universo, viviendo en tu frecuencia real de energía, ya no más atado a situaciones o hechos que te derrumbaban.
Tú has de tener siempre la absoluta certeza de que eres un ser Divino y de que tu vida tiene metas y planes elevados; y cuando vivimos de acuerdo con todo esto, ¡nuestro ser se transforma!
Hace algunos meses, atendí a un empresario que siempre había sido un triunfador, había alcanzado todo lo que deseaba en términos de éxito, siempre había llevado la vida tal como la había deseado y, de un momento para otro, todo se había desmoronado en su vida.
La empresa ya no lo valoraba como antes, sus opiniones y expresiones personales pasaron a no tener ya importancia, él se sentía desmotivado y triste, además del temor diario a perder el empleo. El cargo que ocupaba le hacía llevar un tren de vida muy costoso, sus gastos eran elevados y para mantener ese status tenía que permanecer en este empleo, no vislumbraba otra posibilidad de vida.
Su matrimonio también estaba al borde de la ruptura por unos deslices de conducta suyos, que lo llevaban a una punición mental diaria: ¿por qué hice todo eso si siempre me había resistido a todas las tentaciones que me aparecían?
Yo le dije, entonces, que había algunos bloqueos originales que le estaban causando todo ese sufrimiento y esto tenía que ser identificado y eliminado. Otra cosa muy importante a comentar fue que en algún momento ese mismo bloqueo había destruido su poder personal, pues él ya no creía siquiera en la posibilidad de encontrar otro empleo…
Él me confirmó que sí, dijo que siempre había sido muy lanzado en el mundo de los negocios y que, de unos años a esta parte, sentía que necesitaba conservar su empleo como si fuese la única forma de subsistencia.
Pasamos entonces al tratamiento con la mesa radiónica; hice todo el equilibrio inicial y después fui a la identificación de bloqueos. Localicé, así, la época en que se había desarrollado el bloqueo original, y le rogué que me relatase la situación ocurrida.
Él, entonces, se quedó parado un momento, como sorprendido, y me dijo: ¡caramba, realmente fue eso!!! ¡Fue en ese momento cuando pasé a modificar mi comportamiento!
Yo ya me había puesto curiosa con el relato, pero le dejé que expresase toda esa sorpresa y, principalmente, vivenciar la situación que estaba recordando y cada emoción y sentimiento que había por detrás.
Después de vivenciar eso mentalmente, él pasó, entonces, a relatarme lo ocurrido:En la ocasión identificada en la mesa, el presidente de la compañía, que ya era un señor de mucha edad decidió colocar, como socio, a un hijo que era mucho más joven, y que sería el responsable por la continuidad de la empresa.
Pasado algún tiempo, él empezó a darse cuenta de que la conducta del hijo no era tan seria como la del padre, y que hacía cosas equivocadas en la empresa, incluso contra su propio padre.
Esa situación le causó un problema serio, pues ¿cómo verbalizar eso, cómo resolver tal situación? La conducta adoptada, a partir de entonces, fue el retraimiento, pasó a no participar tan intensamente de nada, a no envolverse en nada y eso lo había conducido al fracaso.
Los problemas eran frecuentes y él que siempre había sido exitoso, estaba siendo considerado como incompetente.
De todo eso, aún había un hecho nuevo… se estaba envolviendo con una persona que era proveedora de la empresa, y cuando llegaba a casa se encerraba en su mundo, sin querer hablar con nadie, pues los problemas eran muchos y la cobranza interna todavía mayor.
Entonces le expliqué: vamos a trabajar en la mesa radiónica para deshacer esos bloqueos originales que han dado lugar a toda esta situación en tu vida y después quiero que me relates los cambios.
Pasados algunos meses él acudió a mí y me contó las novedades:
“He venido a darle nuevo refuerzo a mi energía y quiero mantenerme siempre en la condición en que me encuentro hoy. Mi energía se ha transformado, mi autoestima y mi poder personal han vuelto a formar parte de mi vida; encontré un nuevo empleo que me dio el real valor que tengo, fuera de situaciones que escapan a mi control, y dejé atrás aquella relación que estaba estableciendo, pues he percibido, después de la consulta con la mesa radiónica, que aquello era solamente una forma de decir que alguien me apreciaba, era una fuga para demostrarme a mí mismo que podía ser aceptado, y eso no me llevaría a nada.”
Le dije, entonces: ten la seguridad de que todo se ha colocado en orden Divino y, simplemente, ¡porque tú has resuelto transformar tu ser!
Publicado dia 8/27/2010 1:19:36 PM em STUM WORLD
