Todo aquello que intentamos reprimir en nosotros, se vuelve más fuerte. Ésta
es una de las leyes básicas de la existencia, la de que la represión genera una
fuerza antagónica aún mayor.
Prueba de esto es que cuanto más reprimimos nuestros reales sentimientos
y deseos, más intensamente ellos tenderán a manifestarse, sea a través del
stress emocional o, en un estadio más avanzado, de una enfermedad creada
en el cuerpo físico.
Pero, dirán algunos, no siempre la vida nos permitirá manifestar todos nuestros
sentimientos, entonces, como hacer? No reprimir significa reconocer. Aunque
la expresión sea imposible, lo importante es que tengamos conciencia del
proceso, pues solo así, reconociéndolo, tendremos el poder de decidir como
lidiar con aquella situación.
A pesar de que no podamos dar rienda suelta o exteriorizar plenamente
nuestros sentimientos, precisamos dejar que ellos se vuelvan conocidos
por nosotros. Muchos seres humanos pasan la vida intentando negar lo que
sienten, incluso para ellos mismos.
Racionalizan las emociones, intentando ignorarlas, pues mirarlas muchas
veces requiere coraje. Lo importante es tener siempre en mente que podemos ser extraños para el resto del mundo, pero nunca para nosotros mismos.
Solamente aquel que se conoce en profundidad y tiene coraje de admitir,
reconocer y aceptar todos sus sentimientos y emociones -aún aquellos no muy
lindos, que seria preferible ignorar- puede experimentar la totalidad de su ser.
Este es un precio que siempre valdrá la pena pagar, aunque momentos
dolorosos puedan ser parte del camino.
Las tres llaves para el Autoconocimiento
La alquimia interior
Desde mi visión, la primer cosa que precisa entenderse es que todas
las cualidades de tu personalidad, de tu corazón, deben desarrollarse
correctamente.
Cuál es el segundo punto? El segundo punto es que debe existir conciencia
y ningún tipo de represión. Cuanto más reprimes tus sentimientos, más se
vuelven inconcientes.
Eres una selección de energías desconocidas. Eres el centro de energías
muy desconocidas, con las que no tienes ninguna familiaridad, ningún tipo de
conciencia.
El conocer te hace un maestro. Dentro de ti, muchas energías más fuertes que
la electricidad, están encendidas, chispeando. La rabia, el odio, el amor sueltan
chispas dentro de ti.
Transforma tu vida en un laboratorio de tu interior y comienza a conocer
todas estas energías dentro de ti. Si la rabia llega, siéntete afortunado y agradece a la persona que te ha hecho sentir rabia, ella te dio una oportunidad- alguna energía surgió dentro de ti y ahora puedes observarla. Obsérvala silenciosamente, aislada, busca para ver que es.
Cuanto más crece tu saber, más profunda se vuelve tu comprensión. Cuanto
mejor maestro te vuelves de tu rabia, más percibirás que ella está bajo tu
control. El día en que te vuelvas un maestro de la rabia, será el día en que
podrás transformarla.
Solamente puedes transformar aquello de lo cual eres maestro, no puedes
cambiar aquello de lo cual no eres maestro. Y recuerda, nunca puedes ser
maestro de algo con lo cual peleas, porque es imposible volverse maestro de
un enemigo; solo se puede ser maestro de un amigo. Si te vuelves enemigo
de tus energías interiores, entonces, nunca podrás volverte maestro de las
mismas. No podrás vencer sin amor y amistad.
No temas, ni condenes los infinitos tesoros de energía dentro de ti. Comienza
conociendo lo que se encuentra escondido en tu interior.
Ésta es la segunda llave: no debes reprimir ninguna de tus energías: debes
conocerlas, reconocerlas, observarlas y verlas. La observación tendrá dos
resultados: primero, se ampliará el conocimiento de tus propias energías y su
conocimiento te volverá un maestro; y segundo: la fuerza que te encadena a
esas energías disminuirá.
Muy lentamente, descubrirás que primero la rabia viene y tu observas;
entonces, gradualmente, después de algún tiempo, descubrirás que cuando la
rabia venga, vendrá el observador al mismo tiempo. Y finalmente, descubrirás
que cuando la rabia se prepare para aparecer, el observador ya estará ahí.
A partir del día en que el observador llegue antes que la rabia, no habrá más
ninguna posibilidad de que surja la rabia.
La tercer llave es la transformación.
Cada cualidad puede ser transformada. Todo tiene muchas formas; todo
puede cambiar por lo opuesto. No existe cualidad o energía que no pueda ser
convertida para el bien, para la bendición.
Y recuerda, aquello que puede volverse malo, siempre puede volverse
bueno; aquello que puede volverse perjudicial, siempre puede volverse útil.
Útil y perjudicial, bueno y malo, son direcciones. Es una cuestión simple de
transformar cambiando de dirección y las cosas se volverán diferentes.
La forma en que estás moviéndote ahora está equivocada. Cuál es la prueba
de que algo está equivocado? La prueba de que algo está equivocado es
que cuanto más te mueves, te vuelves más vacío, cuanto más te mueves, te
vuelves más triste, cuanto más te mueves, te vuelves más impaciente, cuanto
más te mueves, más te llenas de oscuridad.
Si está es la situación, entonces ciertamente estás moviéndote
equivocadamente.
Bienaventuranza es el único criterio para la vida. Si tu vida no es
bienaventurada, entonces sabe que estás moviéndote equivocadamente.
Sufrimiento es el criterio de estar equivocado, y bienaventuranza es el criterio
de estar correcto, no hay otro criterio.
No hay necesidad de preguntarle a nadie más. Puedes usar este criterio todos
los días, en tu vida cotidiana. El criterio es la bienaventuranza. Es el mismo
criterio de probar oro refregándolo en una piedra: el orfebre descartará lo que
no sea puro y pondrá en su tienda lo que es puro.
Continua chequeando cada día, utilizando el criterio de la bienaventuranza;
observa lo que es correcto y lo que está equivocado. Lo que sea que esté
equivocado puedes descartarlo y lo que esté correcto comenzará a acumularse
lentamente como un tesoro.