Recientemente he percibido en algunas personas de mi entorno… una cosa interesante…
He advertido que en esas personas la postura de víctima era algo tan sutil que sería difícil imaginar que ellas, en algún punto, se colocaban como víctimas…
Mirando así y conviviendo con ellas desde hacía ya tiempo, no había notado aún nada relacionado con ser víctima, muy por el contrario, me parecían tan seguras que se hacía incluso difícil imaginarlas como víctimas de alguien o de alguna situación.
Y me di cuenta de que ese punto, en el cual eran víctimas, era el aparentemente más difícil de liberar en la historia de cada una.
Esto surgió cuando una noche empecé a hacer el Ho’oponopono para una de esas personas y después de un sueño desperté con cierta claridad acerca de la situación de aquella persona; y para sorpresa mía, percibí que en un punto fundamental para ella… ella era víctima… víctima indefensa de una situación que ya se arrastraba desde hacía bastante tiempo… y ahora eso era tan obvio y claro, que yo no comprendía cómo no habíamos percibido aquello antes.
La llamé por teléfono y se mostró sorprendida porque realmente se dio cuenta de que eso era así…
En otras personas, esto es muy visible y claro, porque ellas usan descaradamente de esa postura para conseguir la atención, que venga por un consuelo, una palabra aquí y otra allí, y con eso perpetúan a la víctima que pasa a formar parte de ellas…
Pero esa vez mi foco se dirigió a percibir cómo, de una forma o de otra, casi todos nos colocamos en la postura de víctimas, por más incómodo que sea sentirnos así… y por más que parezca que aquello no está entre nuestros problemas.
Claro que fui a buscar en mí dónde estaba escondida la víctima, y ni siquiera tuve que buscar mucho porque parece que estaba lista para ser trabajada y liberada… Así lo espero desde el fondo del corazón…
En aquel punto crítico, al cual ya nos hemos acostumbrado tanto, puede que muy sutilmente la víctima nos esté robando la energía y nos impida fluir por la vida con alegría.
Otra persona que tampoco aparentaba en nada ser víctima… me dijo aquel día que tenía una alergia que le hacía estornudar sin parar y eso la dejaba sin energía y le daba una apariencia muy débil… pero esa alergia solo la acometía durante el día. A esa persona le encanta dormir bien por la noche, y comentó que por la noche, nada más acostarse, dormía como un ángel, ya que la alergia no se manifestaba. Bromeé con ella diciendo que la alergia solo aparecía para cumplir alguna función que ella aún no percibía, pero que, gustándole tanto dormir, por la noche ella no creaba la alergia. Es una buscadora y rió… y se dio cuenta de que realmente eso era bastante curioso.
Y más tarde, charlando sobre la víctima, percibimos exactamente el punto en que ella se colocaba así, y dónde repetía la misma historia…
Y era víctima siempre de la misma situación que la incomodaba profundamente a lo largo de muchos años…
Lo más interesante en esos casos y en otros que también quedaron muy claros, es que las personas que les hacían de alguna forma estar en la postura de víctimas tenían muy nítida esa característica…
Se dedicaron entonces al Ho’oponopono… y yo también… y ha se ha recogido el fruto…
Percibí cómo somos víctimas en aquellos puntos en que las cosas no consiguen fluir y no logramos comprender por qué… Sea una enfermedad, una situación desagradable, o cualquier otra cosa que nos deja en esa incómoda posición, en que erróneamente pensamos no poder hacer nada… Nos quejamos a uno… a otro… y ni siquiera nos damos cuenta de que la víctima está manifestándose…
En mi caso, he visto que me sentía víctima de las cosas prácticas de la vida y he podido notar claramente el movimiento que hacía para dejarme victimar por ellas… empezaba una cosa y seguidamente otra me requería y otra más y al final lo práctico iba siempre quedando para más tarde…
Ese fue un punto que enseguida me saltó a los ojos… porque puede que incluso no me guste hacer algunas cosas, pero puedo lograr que las haga alguien a quien le gusta… Sin embargo, eso no serviría a mi papel de víctima… Pero ahora ya no necesito ese papel y sé que todo va a fluir más fácilmente…
Cuando asumimos la responsabilidad por todo lo que nos ocurre, ya no somos víctimas de nada… Pero cuando la víctima está tan escondida que ni la notamos, ella puede ir actuando y robándonos la energía y la de todos aquellos que escuchan nuestras lamentaciones…
Entonces… hice mucho Ho’oponopono, pidiendo limpiar la causa de situarme en la postura de víctima… y a la mañana siguiente el primer e-mail que recibo es un texto sobre ese tema y confirmando que liberarnos del papel de víctima es una clave preciosa para asumir nuestro poder personal… y la felicidad.
Publicado dia 12/14/2010 11:25:09 AM em STUM WORLD
