Tiempo de Navidad, los espacios públicos adornados, luces que brillan y sueños que despiertan nuestra imaginación. ¡Sí! Ciertamente es un tiempo mágico y delicioso, tiempo de fantasía y belleza. Belleza que encontramos en cada adorno colocado, belleza que encontramos en el brillo de la mirada de un crío que pide su regalo a Papá Noel… pero ¿qué viene a ser de hecho la belleza?
Ayer estuve con dos amigas a quienes considero mucho, una de ellas trabaja en belleza y nos ofreció una clase de maquillaje; qué cosa deliciosa para desconectar la mente, pero como ella hace siempre, sabe sorprender en los detalles y antes del comienzo de la clase nos puso un vídeo, describiendo, desde su punto de vista, qué viene a ser belleza.
Me quedé encantada con lo que oí y, en esta época que trae el tema belleza en su ritmo, me decidí a transmitirlo y a añadir lo que sentí después de mirar aquel vídeo.
La belleza se encuentra en cada detalle de la naturaleza, en el pulsar del ritmo de la vida de los animales, que nada acumulan por codicia y tienen siempre la seguridad de que el mañana les será proveído.
La belleza se encuentra en los pájaros que viven en bandadas y que, cuando alguno tiene un problema, otros se desplazan y le dan apoyo, en la búsqueda solidaria de la cura.
La belleza se encuentra en la función de cada ser vivo en la naturaleza, que aun formando parte de la cadena alimentaria, tiene la tarea de dar continuidad al desarrollo y mantenimiento del ecosistema. Está asimismo en los ríos y mares cuya función es mantener la vida del ser humano y de los animales en la Tierra.
La naturaleza es realmente bella y sabia y observándola tenemos la plena certidumbre de que por detrás de todo eso existe, sí, un Ser mayor que ha planificado y concretado cada detalle con plena y absoluta sabiduría.
Nosotros, los seres humanos, observamos la belleza muchas veces midiéndola por cánones estéticos definidos de antemano e impuestos por los medios de comunicación; con todo, en cada ser humano hay un ser esencialmente bello que puede ser despertado a cualquier momento.
¡Tener belleza significa tener equilibrio!
Caramba… ¡qué definición diferente de todo cuanto habíamos oído! Tú eres co-creador de tu estado actual, de lo que sientes en lo concerniente a la vida, a tu empleo, a tu familia y a tu relación.
Ser bello es sacar al exterior todos los valores positivos y sentimientos nobles que hay dentro de cada uno de nosotros, ¡es hacer renacer en permanencia un nuevo tú! Qué extraña frase, pero ¿por qué no decidir hoy empezar a vivir de una forma diferente?
¡Vida, belleza y placer son una sola cosa! ¡Este es nuestro proyecto de vida! Vivir así significa a cada instante sentir la presencia de un Ser superior que nos guía rumbo a nuestros más grandes anhelos, rumbo a la concretización de nuestra misión, de nuestra expresión mayor como seres humanos.
La belleza, por tanto, se traduce en la ética, en la ayuda al prójimo, en la solidaridad, en el amor incondicional, y sobre todo, en la confianza plena en un mañana mejor.
¡Sí! ¡Tú puedes cambiar tu vida!
La actitud de dejar las cosas tal como están significa espera, y la espera trae sufrimiento y el sufrimiento no manifiesta belleza.
El cambio de vida requiere un patrón pulsante y auto-determinante… yo quiero y voy a modificar lo que no considero bueno en mi vida.
La radiestesia, en cuanto estudio de las energías, es capaz de determinar de manera muy profunda y certera el origen de todas las influencias que hoy te complican la vida. Ella evalúa y encuentra en tu casa todas las desarmonías que pueden causar desequilibrio a las personas que allí viven e incluso desarrollar enfermedades. Lo mejor de todo es que, mediante esta herramienta, no solo detectamos sino que curamos lo que no está bien.
En la parte personal, la radiestesia actúa de manera significativa, verificando todas las frecuencias vibratorias en cada aspecto de tu vida, las equilibra, detecta los posibles bloqueos que la impiden marchar tal como deseas ¡y seguidamente los elimina!
Hecho todo esto, el equilibrio pasará a formar parte de tu vida y como ser en armonía y belleza, también pasará a integrar tu existencia, pues la belleza real se refleja en nuestras actitudes positivas ante otros seres humanos y ante la vida.
Ser bello significa ser ético, ser responsable por los propios actos, es amar de forma incondicional a las otras personas y a las demás criaturas, respetar a cada uno con sus diferencias y niveles de aprendizaje, contemplar la belleza de la naturaleza y respetarla ¡y vivir intensamente cada momento que la vida nos pueda ofrecer, como si fuese el único!
¡Todo esto es posible solo cuando nos encontramos en pleno equilibrio y la radiestesia está a disposición de todos para traer este estado de belleza a nuestra vida!
¡Deseo a todos mis alumnos, familiares, amigos y lectores unas Felices Navidades, repletas de toda belleza, y que los sentimientos más puros formen siempre parte de vuestra vida!