La verdadera y real independencia que podemos ejercitar en nuestra vida es aquella dictada por nuestra interioridad. Pero ella solo se vuelve posible si aprendemos desde muy temprano a manifestar nuestra voluntad sin miedo.
Aquellos que no tuvieron la suerte de desarrollarse en un ambiente en que su libertad haya sido estimulada y, al contrario, fueron reprimidos desde muy temprano en la manifestación de su poder interior, ciertamente seguirán dominados por la profunda inseguridad, siempre a la espera de la aprobación exterior.
Deconstruir tal condicionamiento no es una tarea fácil, requiere una atención permanente sobre nuestros propios sentimientos y deseos, y un gran coraje para ir contra el juicio ajeno, que muchas veces nos cobra un precio alto.
Pero no hay otra manera de fortalecer la auto estima, sino confiar en nuestros propios insights. Nuestro guía interior -que nos dirige hacia la verdad, el bien y la luz- está siempre presente a la espera de nuestro reconocimiento.
El problema es que no hemos sido enseñados a creer en él y si en el juicio que el resto del mundo nos manda. Finalmente, de esto depende la mayor o menor aceptación que obtendremos.
Cuando aprendemos a confiar en nuestra interioridad, ganamos tal seguridad que las opiniones ajenas dejan de tener la misma importancia y, por lo tanto, no las tememos como antes.
Ser fiel, por sobre todo a si mismo, es el secreto para una existencia libre de arrepentimientos. Cuando renunciamos a nuestros valores para agradar a los demás, el rencor ciertamente se instalará a la más minima señal de que nuestro sacrificio no está siendo debidamente reconocido o valorizado.
Pasamos, entonces, a reclamar a los otros la cuenta de nuestra infelicidad y culparlos por no nos dar de vuelta aquello que esperamos. La única forma de evitar tal trampa es aprender a decir no a todo aquello que va contra nuestra verdadera naturaleza.
No tengas miedo de lo que las personas van a decir. Nunca tengas miedo de la opinión de las personas - que es la mayor prisión del mundo-. Una vez que no tienes miedo de las opiniones de las personas, eres libre! Esa es la esclavitud sutil: alguien que está continuamente considerando a los otros.
Gurdjieff acostumbraba a decir "NO CONSIDEREN!" y él está correcto. Lo que los otros dicen es cosa de ellos y problema de ellos, pero nada tiene que ver contigo.
Apenas observa tu propia naturaleza y todo lo que es jubiloso vendrá con ella. Ésta es tu responsabilidad. No respondes a nadie más, tú respondes apenas a Dios. Y Dios estará feliz de aceptarte de vuelta como un niño. de vuelta como Él te ha enviado aquí: limpio, puro, inocente nuevamente.
Publicado dia 4/8/2020 11:34:55 AM em STUM WORLD
