Las relaciones no se establecen tal como serían de desear, el individualismo se ha adueñado del planeta. El término “quedar” es lo que mejor traduce ese individualismo; no hay compromiso, ni se desea compartir, falta implicación; por tanto, no existe el crecimiento mutuo y, sin él, se instala la frustración.
Las relaciones enfermizas y de co-dependencia también van con la onda del momento. Uno ama de forma desesperada y el otro simplemente lleva su vida como mejor le parece, sin dar mucha atención a ese amor.
Nuestro equilibrio personal es de suma importancia para que las relaciones egoístas o individualistas no formen parte de nuestras vidas.
¡Tenemos, sí, que curarnos primero! Es una limpieza que requiere dedicación. Yo decido que voy a equilibrarme y tratarme y, cuando esto ocurre, entonces sobreviene el florecer del amor que siempre ha existido dentro de uno mismo.
Con todas mis frecuencias energéticas equilibradas, con mis bloqueos del pasado deshechos, entonces existe posibilidad de una implicación plena, lo cual también significa un riesgo. ¡Sí, un riesgo! Porque en ese momento pueden estar juntándose diferentes realidades y puede haber gran número de conflictos internos desconocidos, e incluso no resueltos, en ambas partes, y en ese momento la comprensión se hace necesaria. Tan solo una persona equilibrada puede tener discernimiento para conducir esos conflictos.
La unión entre dos personas es plena en la proporción en que los dos están en equilibrio consigo mismos. Solo cuando esa condición queda establecida se instala el equilibrio pleno entre la pareja, encaminada, entonces, al crecimiento mutuo.
La madurez emocional y espiritual se hace necesaria en el momento de la elección de quién estará a nuestro lado. Si, en el momento de elegir, tú no eras suficientemente maduro, puedes tener la más absoluta seguridad de que atraerás a tu vida algo que no se compagina con tus deseos más profundos y, en este caso entonces, amarás a quien no te ama y el sufrimiento pasará a formar parte de tu vida.
A menudo las personas se pasan toda una vida intentando agradar al otro y hacerse amar… y esto nunca ocurre, simplemente porque el otro está en otra fase de evolución.
La disonancia de comportamiento entre dos personas es siempre reflejo de su momento de crecimiento. Quien ama quiere conocer el secreto que está por detrás de la otra alma y, así, descubrirse también. Pero ¿cómo hacerlo si el objetivo de la otra persona no es ese?
La traición también es algo que refleja ese momento de vida. Cuanto más inmaduro sea el ser humano, más distanciada tendrá la sexualidad del amor.
Otro caso muy común se verifica cuando amamos de modo profundo a alguien que está con otra persona. En ese caso, es muy importante observar por qué estamos levantando el sufrimiento para nuestra vida… ¿por qué quedarnos con las migajas de una relación?
Percibe, de esta manera, que el problema está en ti… ¿es cierto que de veras deseas a alguien enteramente para ti? El otro no tiene culpa de nada, porque simplemente está en otro momento de evolución…
Nunca supongas que el amor ha dejado de existir, y que lo que está presente hoy en el mundo es la realidad que hemos de aceptar… ¡Esto no es verdad!
Todos tenemos derecho a amar y ser amados de modo completo y entero, aunque esto tarde cierto tiempo en ocurrir, ya que ese tiempo de demora es necesario para que cada cual descubra su yo interno y se cure, a fin de estar pleno para el otro.
Aprovecha el tiempo de la espera y cuestiónate, sí, por si vives algo que no debería formar parte de tu vida. ¡Solo así podrás dar un paso rumbo a lo que deseas!
Hace algún tiempo atendí a una gran amiga, que dejó de estar presente en mi vida durante un tiempo, por los vaivenes del destino.
No soy muy partidaria de atender a los amigos, ya que soy transparente y objetiva lo suficiente como para señalar lo energéticamente equivocado y mostrar los cambios necesarios, y no siempre esto agrada a todos.
Acabamos por alejarnos debido a que ella se enamoró y se casó con una persona con la que yo no estaba de acuerdo.
La historia fue la siguiente: ella conoció a un muchacho algo más joven que ella y se enamoró de él ciegamente; y como el deseo de ser madre superaba cualquier comentario externo que se le hiciese, se embarcó en esa historia.
En aquella ocasión, midiendo y verificando a ruego de ella la energía del muchacho, descubrí que era consumidor de drogas… Se lo conté a ella, y me dijo que ya lo sabía y que solo las consumía en casa.
Observa el absurdo… por estar ciega y totalmente desequilibrada, ella se metió de cabeza en esta historia. Ciertamente y según su propio relato, me dijo que había vivido todo lo peor que la vida podía ofrecerle. El único aspecto positivo de todo aquello fue la hija maravillosa que tuvo.
Hoy, pasados unos diez años, nos hemos reencontrado, y me confesó su arrepentimiento por no haberme escuchado en aquel momento. Yo, entonces, solo le pregunté: ¿quieres curarte energéticamente?
Iniciamos el tratamiento con la Mesa Radiónica a fin de equilibrar su energía y eliminar los bloqueos formados, que no eran pocos.
Pasados ocho meses de nuestro tratamiento, respetando el tiempo de espera y cura, ella conoció a un americano, unos diez años mayor que ella, maduro y sabiendo lo que quería… Han fijado fecha para la boda, con lo cual se irá a vivir con él a los Estados Unidos, y trabajará en la agencia de viajes de él, atendiendo lo concerniente a América del Sur.
¡Sí, todo esto es posible en tu vida también, pero nunca olvides que la cura se hace necesaria para que atraigas energías semejantes a tu vida!
Publicado dia 3/2/2011 1:00:09 PM em STUM WORLD
