Una de las principales cuestiones que acaba pasando desapercibida cuando abordamos el tema del auto-conocimiento es que éste trae en sí, invariablemente, un incremento de nuestra responsabilidad.
Al principio esto puede parecer algo difícil de comprender, visto que responsabilidad, de modo general, nos suena como algo relativo únicamente a cuestiones de la vida práctica, a las obligaciones a que tenemos que enfrentarnos en nuestro día a día.
Ocurre que el crecimiento interior también implica nuevas posturas frente a la vida, pues en la medida en que ampliamos nuestro grado de consciencia y nos hacemos responsables por nuestros propios actos, actitudes y decisiones, consiguientemente ya no tenemos la posibilidad de cargar sobre otros la responsabilidad por nuestros problemas.
Cuando algo salga mal - es importante saber que en el camino del aprendizaje interior aún seguiremos equivocándonos - la única persona que deberá responder por ello somos nosotros mismos, nadie más.
En principio esta puede ser una cuestión aterradora, pues ya sin muletas en que apoyarnos, los sentimientos de soledad e inseguridad tienden a ser enormes.
Con todo, si somos capaces de proseguir en la jornada sin desistir en mitad del camino, poco a poco percibiremos que a cada día la confianza en nuestro guía interior se irá haciendo mucho más intensa, y el miedo será sustituido por una maravillosa sensación de libertad.
Sí, convertirnos en únicos responsables por nuestras decisiones, a partir de nuestra percepción interior - que es única -, es una de las mayores conquistas que podemos alcanzar en la vida. Ella nos hace absolutamente independientes, pero también exige un coraje enorme para asumir los riesgos de estas decisiones, sean cuales fueren esos riesgos.
Pagar el precio por esta elección es lo que llamamos asumir la responsabilidad inherente al crecimiento interior, y es en suma lo que determina el paso definitivo de la inmadurez a la madurez.
Cuando algo dentro de ti crece, trae nuevas responsabilidades - porque ahora necesitas más meditación, necesitas más amor, más alegría.
Porque esta flor dentro de ti puede convertirse en un fardo si no comprendes el lenguaje de la meditación, el lenguaje del amor, y el lenguaje de la felicidad.
Puedes destruir la flor con tus propias manos, solo para liberarte de la responsabilidad. Pero esta flor no es únicamente responsabilidad: es también tu crecimiento y tu madurez.
Esta flor no es algo separado de ti; es tu propio ser. Destruirla significa cometer suicidio.
.El crecimiento interior no necesita ningún conocimiento técnico, ninguna especialidad técnica. Todo lo que se necesita es muy simple, y muy placentero, y no es un fardo.
La meditación te hará más leve, menos cargado con todo tipo de futilidades y tonterías. El amor también te dará nuevos cielos, nuevas libertades. La felicidad te dará alas para moverte dentro de estos nuevos cielos y nuevos espacios.
.Durante siglos en Occidente la mente ha sido orientada hacia la técnica. Ha creado gran tecnología, gran ciencia - pero ha destruido completamente al hombre. La casa está llena de toda clase de inventos, pero el maestro de la casa ha desaparecido, está perdido en las máquinas.
OSHO - El futuro dorado.