Vivimos presionados por tantas solicitaciones del mundo exterior, que se vuelve cada día más difícil encontrar un espacio de paz y serenidad dentro de nosotros.
Nos exigimos más coraje, más competencia, más ambición, más empeño en la superación de nuestras dificultades.
Y todas estas metas que nos imponemos, acaban constituyéndose en un obstáculo más para alcanzar la felicidad que tanto buscamos. Precisamos de una pausa, una postura más amorosa y compasiva con nosotros mismos, que nos permita substituir la lucha, por la relajación en nuestro propio ser.
Pero, esta relajación so podrá existir, si estamos plenamente conscientes de que ya somos lo que deseamos ser y que el éxtasis y la alegría por los cuales tanto ansiamos ya se encuentran dentro de nosotros.
Si aún no los experimentamos, ciertamente es porque nuestros ojos se han vuelto mucho más para afuera de que para nuestro propio centro.
Mientras continuemos focalizados apenas en lo que nos falta y en los dolores y dificultades que el estado de inconsciencia nos impone, la luz que nos guiará en el alcance de la harmonía interior continuará oculta.
Ella precisa de un estado receptivo, relajado y, por encima de todo, confiado, para que pueda expresarse en toda su plenitud.
…No hay cualidad o energía que no pueda ser convertida en bien, en bendición. Y recuerda, aquello que puede volverse malo, siempre puede volverse bueno; aquello que puede volverse perjudicial, siempre puede volverse útil. Útil y perjudicial, bueno y malo son direcciones. Es una cuestión simples de transformar cambiando la dirección y las cosas se volverán diferentes.
La forma en que te estás moviendo ahora es equivocada. Cuál es la prueba de que algo esta mal? La prueba que algo está equivocado es que cuanto más te mueves, más te vuelves vacío; cuanto más te mueves, más te vuelves triste; cuanto más te mueves, más te vuelves impaciente; cuanto más te mueves, más estás lleno de oscuridad. Si es esta la situación, entonces, ciertamente estás moviéndote equivocadamente.
Bienaventuranza es el único criterio para la vida. Si tu vida no es bienaventurada, entonces, sabe que estás moviéndote equivocadamente. Sufrimiento es el criterio de estar equivocado, y bienaventuranza es el criterio de estar en el camino correcto, no hay otro criterio.
No hay necesidad de preguntar a nadie más.
Puedes usar este criterio todos los días, en tu vida cotidiana. El criterio es la bienaventuranza. Es el mismo criterio de probar oro refregándolo en un piedra: el orfebre tirará a la basura lo que no sea puro y pondrá en su negocio lo que es puro.
Continua chequeando, cada día, utilizando el criterio de la bienaventuranza; fíjate lo que es correcto y lo que está equivocado. Lo que sea que esté equivocado puedes tirarlo a la basura, y lo que sea que esté correcto comenzará a acumularse lentamente como un tesoro.
Osho, The Inner Journey