Pajarillo, pajarillo…
¡Canta cuántos universos cantan en tu canción!
Bajo la luz del sol, en las ramas del árbol Bo,
Has visto el florecer de un Buda.
¡Canta lo que sentías!
Incontables aves vuelan ahora,
Pero tú, solo quieres cantar…
¿Te acuerdas de aquella primavera,
En que el Nazareno viajó por aquí?
¡Tu canto se hizo más dulce!
Un día, en la luz de la aurora,
El niño Krishna vino a jugar aquí también.
¿Recuerdas que un amor hizo que tu canto fuese azul?
Pajarillo, pajarillo…
¿Cuántos universos hay en tu cantar?
¿Quién te lo inspira?
¿Quién entiende ese canto de la verdad, azul y dulce de la sabiduría,
Lleno del amor de Buda, Jesús y Krishna viajando contigo?
¿Te acuerdas de quién creó tu canto?
Cuando el rayo de la vida enlazó tu pecho y te ordenó:
¡Ve y canta!
Pajarillo, pajarillo…
¿Cuántos universos cantan en tu canto?
Y ¿por qué ese canto, que inspira otros cantos en el corazón de los hombres?
En todos los tiempos y cantos de la existencia,
Un canto siempre encanta,
Y hace recordar que Dios canta en el corazón de cada criatura.
P.D.: Esta canción va dedicada a los 47 alumnos de un grupo del curso sobre experiencias fuera del cuerpo, que hacían un maravilloso trabajo de energía juntamente conmigo en el momento en que ese texto surgió por inspiración y fue transcrito allí mismo, en la pizarra del aula, captando la atmósfera de amor del momento y dejándonos llenos de contentamiento interior y deseos de hacer un montón de cosas estupendas. (Texto extraído del libro Falando de Espiritualidade – Editora Pensamento).