El otro día, en el toilette de un restaurante oí a una mujer comentado con la amiga sobre cuanto estaba cansada de solo atraer hombres problemáticos. Llegó a decir que estaba con la impresión de que se había vuelto una especie de para rayos de locos.
Según la tal desilusionada, toda relación que comenzaba como una promesa de placer y alegría, luego se revelaba un montón de problemas y peleas. En aquel momento, sentí que estaba pidiendo socorro a la amiga, queriendo saber si debería continuar intentando encontrar a alguien bueno o si sería mejor quedarse sola.
La otra, intentando ser solícita y comprensiva, repetía con firmeza que era mucho mejor estar sola, porque realmente había mucho loco por el mundo y no valía la pena insistir en arriesgar de nuevo, al final, beso en la boca no faltaría a ninguna de las dos, según ella.
Salí del toilette bastante reflexiva, intentando imaginar el perfil de locura de esas personas a quien ellas se referían. Intentando imaginar, sobre todo, que tipo de persona atraería tantos locos a punto de desistir de relacionarse y no creer más en el amor.
Al final, a mi me parece que nadie atrae a alguien por mera casualidad. Aún más cuando se trata de casos semejantes que se repiten indefinidamente. El primer cuestionamiento que yo me haría, en un caso como éste, es: que será que aún yo no percibí, no aprendí y no cambié?
Si, porque si una persona solo experimenta relaciones problemáticas, con toda seguridad no está resuelta con sus propias complicaciones significativas. Si solo atrae locos, es porque la locura está gritante, evidente, atrayente.
Y si, por fin, desiste de las personas, del amor y de las relaciones, estará decretando para si misma una sentencia desastrosa, la de que todos los demás, excepto ellas mismas, son locos y, por lo tanto, indignos de volverse parejas. Sirven apenas para besar en la boca.
De verdad, nada contra de los besos en la boca. Por el contrario, es seguramente una aproximación placentera. Sin embargo, cuando una persona no pasa, a los ojos de otra, de una posibilidad de besar en la boca, ciertamente, hay algo muy distorsionado en esta historia.
Partiendo del principio de que los incomodados son los que deben cambiar, yo le diría a esa chica o a cualquier persona que este sintiéndose un para rayos de problemas, que aproveche la señal que la vida está emitiendo para rever y descubrir por que está atrayendo eso.
Si cree que los opuestos se atraen, debe entonces observar su exceso de normalidad, su extrema rigidez o su exacerbada autocrítica. Y si cree que semejante atrae semejante, entonces, ni será preciso pensar tanto. Seguramente está precisando reconocer su propia locura y su falta de sentido común.
El hecho es simple: cuanto más estresantes y confusas son las relaciones de una persona, más lejos ella está de su esencia y de la armonía que precisa tener con su propio corazón. En la medida que ella se conoce, sabe de lo que quiere y actúa de modo coherente, puede tener la seguridad de que solo atraerá y se volverá atrayente para quien esté en esta misma sintonía.
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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