A veces, te parece que has perdido tu alma. Pero eso no es cierto.
Lo cierto es que frecuentemente olvidas tu parte espiritual.
Olvidas escuchar tu propio corazón.
Y eso acarrea un grave desencuentro psíquico contigo mismo.
Y, como tú mismo dices, parece que falta una parte de ti.
Y ¿cuál es la solución para que puedas reparar esa grieta psíquica?
Quizá simplemente aceptarte a ti mismo.
Y reconocer que hay una esencia espiritual en tu propio corazón.
Una parte de ti que necesita atención y cariño.
Quizá tengas miedo de reencontrarte contigo mismo.
O puede que el vacío interior, por el cual te has dejado llevar, esté creciendo.
Por cierto, ¿cuánto tiempo hace que no elevas una plegaria?
Y hace mucho que no te tomas un tiempo para ir hasta el fondo de ti mismo.
O sea, tú mismo has venido minando tu propio equilibrio consciencial.
Ah, tienes que fundir tu mente con tu corazón, en una sola conciencia.
Y, como sabes, la meditación no es solo sentarse en determinada postura.
Ni tampoco se trata de cerrar los ojos y permanecer dormitando y divagando mentalmente.
Meditar es integrarse con uno mismo y, así, alcanzar paz y armonía.
Significa integrarse con la propia Vida, en una aceptación serena de la existencia.
Y también es el despertar de la clara comprensión para con todos los seres.
Y ¿no será eso lo que una parte de ti te está pidiendo, intuitivamente?...
¿Que des atención a tu aspecto espiritual, y lo reconozcas claramente? Has pedido un mensaje que te explicase la causa de tu desazón.
Entonces, aquí está, en estos renglones, de alma para alma.
Y si vas a reflexionar y a considerarlo, ¿quién sabe? Al fin y al cabo, la decisión es tuya.
Y se trata de tu propia conciencia. Y de tu vida…
Y no hay magia capaz de transformar a alguien de la noche a la mañana.
Con todo, si tienes buena voluntad y paciencia, quizá algo suceda…
Y no habrás de estar solo en esa jornada de reencuentro contigo mismo.
Porque otras conciencias, extra-físicas, bondadosas y amigas, van a inspirarte…
Pero solo si te abres realmente… Y oras y agradeces el don de la Vida.
Y reconoces en ti mismo el Poder Supremo que está en todo.
Llámale Dios, Alá, Jehová, Madre Divina o Padre Celestial, lo mismo da…
Pues a Él no le importan los convencionalismos, y solo ve el Amor en el corazón.
Lo que Él quiere es verte integrado y feliz.
Y, quién sabe, al leer estas líneas, quizá ya estés abriéndote…
Sí, de una forma que ni siquiera imaginas y que solo Dios conoce.
Que la Luz más clara y el Amor más hermoso te acompañen en tu jornada.
P.D.:
Imagina un cuentagotas.
Llénalo con una luz líquida suave.
Y, después, vierte esas gotas de serenidad en tu cabeza.
Deja que ellas penetren tu cerebro, irrigándolo de paz.
Y también deja que bajen a tu corazón, llevándole Amor.
Y, entonces, solamente descansa y siéntete integrado.
Queda en paz, en la serenidad de la conciencia clara*.
(Texto inspirado espiritualmente por uno de los mentores extra-físicos que me orientan en la jornada consciencial).
Paz y Luz.
Nota: Aunque este texto va dirigido a una persona de la ciudad de Caxias do Sul, en la sierra gaucha, pienso que también podría servir de reflexión para otras personas – incluyéndome a mí. Por ello la pongo a disposición de todos en abierto.
Publicado dia 10/29/2011 8:45:28 AM em STUM WORLD
