Cuando por primera vez oí decir que… si algo nos incomoda en el otro es porque también está en nosotros… ni siquiera le di crédito.
Con el tiempo y la búsqueda de conocerme mejor… he ido comprendiendo cuánto sentido tenía, y con el Ho’oponopono… he percibido al fin que no solo es verdadero, sino que es el camino precioso hacia nuestra libertad.
Proyectamos en el mundo a nuestro alrededor aquellas cosas que más rechazamos en nosotros… de algunas cosas que no nos gustan podemos incluso tener conciencia, pero… las partes más difíciles de aceptar permanecen tan ocultas en el territorio de la sombra, que la única forma de mirarlas es a través del espejo que nos proporcionan personas y situaciones.
Hace cierto tiempo que vengo haciendo ese trabajo con la sombra… de buscar lo que de precioso esconde… lo que de precioso puede revelar…
Pero yo sabía que aún se podía profundizar más… y lo estaba pidiendo.
Si nuestra vida aún no está plena en todas las áreas se debe a que todavía podemos hacer algo por modificar lo que no está bien… y sentía que la sombra era una clave preciosa…
Cuando damos el paso de querer observar todo cuanto somos, y de ir al fondo en esa búsqueda de conocernos por entero, el Universo siempre facilita el camino…
Y así fue cómo vino a mis manos el libro “El Efecto Sombra” de Deepak Chopra y otras dos autoras… y de ahí llegué a un libro de una de ellas, Debie Ford, que me está encantando porque muestra cómo trabajar ese lado tan negado de nuestra naturaleza. El libro es “El Lado Sombrío de los Buscadores de la Luz”.
A medida que voy leyendo y trabajando en mí, siguiendo las claves que ella va proporcionando, el cambio es increíble… Advierto un acelerón en el proceso de toma de conciencia y los cambios en mi realidad reflejan la transformación interior.
Siempre he creído que, a menudo, lo que más tememos es aquello que más queremos, como me enseñó una vez un Maestro muy especial… y en la presentación de ese libro viene, al final, esta frase que me llamó la atención: “Los impulsos que más tememos pueden ser la clave para lo que está faltando en nuestra vida”.
Y es que frecuentemente, al buscar la Luz, sin darnos cuenta vamos negando aquello que equivocadamente suponemos no bueno… y, con ello vamos negando partes preciosas de aquello que somos… Y todo cuanto intentamos reprimir se vuelve contra nosotros de una forma descontrolada en el momento en que menos sería de desear…
Quien también nos enseña a entrar en contacto con partes negadas de nuestra naturaleza es Clarissa Pinkola Estés, en “Mujeres que corren con los Lobos”, que también fue un libro precioso en mi andadura, y lo sigue siendo… Según Clarissa, a ejemplo de los bosques vírgenes y de los animales silvestres, los instintos han sido devastados y los ciclos naturales femeninos transformados a la fuerza en ritmos artificiales para agradar a otros. Pero su energía vital puede ser restaurada por excavaciones “psico-arqueológicas” en las ruinas del mundo subterráneo. Hasta el punto en que, emergiendo de las gruesas capas de condicionamiento cultural, aparezca la corajuda loba que vive en cada mujer.
“El espectro de la Mujer Salvaje todavía nos acecha día y noche. No importa dónde estemos, la sombra que corre en pos de nosotros tiene decididamente cuatro patas”.
“El arquetipo de la Mujer Salvaje, al igual que todo cuanto hay por detrás de él, es el bienhechor de todas las pintoras, escritoras, escultoras, danzarinas, pensadoras, rezadoras, de todas las que buscan y las que encuentran, pues todas ellas se dedican a inventar, y esa es la principal ocupación de la Mujer Salvaje. Como toda arte, ella es visceral, no cerebral. Ella sabe rastrear y correr, convocar y repeler. Ella sabe sentir, disimular y amar profundamente. Ella es intuitiva, típica y normativa. Ella es totalmente esencial para la salud mental y espiritual de la mujer”.
Publicado dia 2/17/2012 4:07:52 PM em STUM WORLD
