El memorable Carlos Drummond de Andrade, uno de nuestros poetas más conocidos, cierta vez escribió que existen muchas razones para no amar a una persona, pero apenas una para amarla. En el sentido más poético y elocuente de la cuestión, es muy probable que su afirmación esté correcta! Sin embargo, estamos lejos de sabe amar solamente con poesía y elocuencia y, así, buscamos incansablemente las razones.
Así, comienzo esa reflexión proponiendo que respondas la siguiente pregunta: ¿cuáles son las razones de tu corazón? O mejor, cuando miras a esa persona que dices amar, ¿cómo completarías la frase yo la amo porque.? ¿Qué hace que esa persona se vuelva -para tu corazón y de acuerdo con tus valores- digna de ser amada?
Puedo apostar que, mientras estamos enamorados, completar esta frase con muchos y muchos motivos es, además de fácil, un enorme placer. Sin embargo, mientras se deparan con el aspecto humano, al desnudo, uno al otro, conforme se ven delante de la navaja de la convivencia y del reclamo de la realidad, las idealizaciones se van desmoronando una a una, hasta quedar en evidencia también lo que existe de más apático y sin color en cada uno! A partir de ahí, entonces, completar la frase con apenas una razón aunque sea, puede volverse un arduo, sofocante y doloroso desafío.
Estaría siendo absolutamente injusta se dejase que los creyentes en el amor crean que cuando nos enamoramos de alguien el tiempo deshace todas las máscaras de las más bellas cualidades del otro. ¡No, no es eso! Primero, porque no se trata de mascaras. El otro es realmente dueño de cada una de esas preciosuras. Y después, porque el tiempo no es exactamente el responsable por volverlo vulnerable y pálido en el escenario de la conquista y de la seducción.
Más que el desarrollo de la vida, que insiste en evidenciar y aún intensificar nuestros miedos, inseguridades y aquellos sentimientos incómodos inherentes a las relaciones amorosas, como celos, posesividad y creencias sobre hombres, mujeres y relaciones, es la manera como adobamos -o dejamos de adobar- ese suelo en que crece nuestro amor, que va a volvernos fuertes, robustos y maduros o. ¡anémicos, fragilizados e inmaduros!
Por lo tanto, para que estés con las razones en la punta de la lengua cuando tengas que responder -sea a ti o a quien quiera que sea- sobre por qué ama quien ama, solo hay una manera: entrenando, ejercitando el reconocimiento, o mejor, ¡elogiando esa persona que elegiste para relacionarte!
El elogio es altamente poderoso, afrodisíaco, consistente y benéfico. Cura desconfianzas infundadas, fortalece la autoestima, refuerza lazos de complicidad e intimidad, alimenta el deseo y solidifica la admiración mutua. Por lo tanto, si consigues ver las cualidades de tu amor sin ningún esfuerzo, aprovecha para comenzar a contarle, por lo menos una vez por día, sobre alguna de las razones por las cuales lo amas. Pero si tu relación está desgastada, descolorida y mustia, entonces, tendrás que esforzarte. Más que deprisa, comienza a recordar las razones que hicieron que te enamores de esa persona y decláralas el mayor número de veces posible.
Di algo como "te amo porque eres una persona cariñosa y atenta conmigo" y punto final. Sin más demora. Pero haz eso varios días seguidos, sin previsión de parar. Y si esa persona no esta siendo lo que estás diciendo que es, ciertamente irá, en breve, a sentirse motivada a hacer para merecer cada uno de tus elogios.
¡Si! Porque somos motivados por el reconocimiento de nuestras actitudes. Infelizmente, fuimos entrenados de forma ardua para reconocer lo que el otro hizo o hace equivocado, mal, que nos lastima. Pero nos olvidamos de reconocer y aún más, agradecer por lo que él hizo y hace correcto, bien y que nos agrada.
Y así, desnutridos, sin fuerza y desmotivados, los amores van muriendo sin que nos demos cuenta de los motivos. ¡Todo podría ser tan diferente si respondiésemos más veces -y contásemos eso al otro- sobre las razones por las cuales él es tan digno de ser amado!
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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