Todos nosotros poseemos un poder creativo nato, que se origina en nuestra esencia, el ser natural con que llegamos al mundo. Sin embargo, a lo largo de nuestro crecimiento no siempre somos estimulados a expresar ese don.
Muchos de nosotros, además, han sofocado su potencial creativo desde muy temprano, y son condicionados a seguir reglas pre establecidas para lidiar con la vida, que no escapen del guión común para la mayoría de los seres humanos.
¿Cuántos niños son reprimidos en sus talentos, porque los padres consideran una tontería las aptitudes que no traigan retorno financiero inmediato?
Así, de a poco, vamos abandonando nuestro potencial creativo y descreyendo de las ideas que brotan espontáneamente en nuestro interior.
La creatividad es un subproducto de la intuición, o sea, ésta se origina en una dimensión que no pasa por la razón. Por eso, para ser plenamente expresada exige un requisito esencial que es la confianza.
Solamente aquellos que se entregan sin resistencia a sus insights intuitivos, pues poseen la convicción de que estos son dictados por la conciencia divina -la parte de nosotros que intuye una expresión individual del poder creador universal- consiguen vivenciar plenamente la creatividad.
Cuanto más abiertos y receptivos nos mantengamos para percibir los poderes de nuestra alma, con más facilidad expresaremos la infinita capacidad creadora que llevamos en nuestro interior.
La creatividad significa simplemente que estás en estado de relajación total. No significa inacción, pero si relajación, porque con la relajación, ocurre mucha acción. Pero eso no es obra tuya, tú eres apenas un vehículo. Una melodía comienza a resonar por tu intermedio, tú no eres el creador, ésta viene del más allá.
…Cuando te vuelves creativo, cuando permites que la creatividad fluya por tu intermedio, cuando comienzas a cantar una canción que no es tuya, que no puedes señalar y decir: “Esa es mi creación”, sobre la cual no puedes poner tu firma, entonces, la vida crea alas y levanta vuelo.
En la creatividad está la superación, de otro modo, podemos continuar, como mucho, a perpetuarnos tal como somos.
Crías a un niño, eso no es creatividad. Mueres y el niño se queda para perpetuar la vida, pero perpetuarse no basta, al menos que tú comiences a superarte a ti mismo. Y esa superación solo ocurre cuando algo del más allá entra en contacto contigo.
Ese es el punto de la trascendencia, superación. Y, en la superación, ocurre el milagro: no existes, y con todo, por la primera vez, tú existes.
OSHO-del libro: Criatividade-Liberando sua força interior
Publicado dia 4/15/2012 10:31:10 PM em STUM WORLD
