La aceptación es algo tan precioso que puede cambiar completamente el rumbo de nuestras vidas… empezando por la aceptación de las cosas que tenemos dentro de nosotros…
Sé que muchas veces es difícil percibir a qué nos estamos resistiendo, porque camuflamos tan bien las cosas que hemos aprendido que no son buenas, que solo a través del otro podemos observarnos…
Sin embargo… otras veces negamos sentimientos que están allí, pinchándonos, intentando llamar nuestra atención, clamando por ser liberados… En esos momentos, si no nos resistimos y aceptamos mirarlos de frente… con cuidado y cariño hacia nosotros mismos, podemos liberar y ensanchar nuestras posibilidades, pues la energía que gastamos intentando negar y ocultar nuestra sombra queda entonces disponible para usarla para nuestra felicidad, y no contra ella…
El otro día me vi así ante un sentimiento de esos…
Sabes cuando das vueltas de un lado para otro en la cama, sin encontrar la postura… pues así… así era como estaba yo cuando me di cuenta de que lo que no encontraba postura era algún sentimiento dentro de mí… algún malestar todavía sin nombre.
Muchas veces intentamos huir de los sentimientos incómodos… intentamos distraernos de ellos poniendo algo en su lugar… vamos a comer alguna cosa, a poner la tele o el ordenador, a hacer una llamada de teléfono… por lo regular, nuestro primer impulso es la huida, fingiendo que ni nos damos cuenta de que dentro de nosotros hay ciertas cosas que no encuentran lugar.
Podemos incluso, con muchos subterfugios, evitar durante un poco más de tiempo lo que quiera que fuese que intenta salir a la superficie, pero, inevitablemente, si no ponemos cuidado, estos sentimientos originados por memorias pasadas van a volver.
Sabiendo que es así, aquel día no me levanté ni intenté negar el malestar… permanecí quieta sin siquiera tratar de componer la almohada para encontrar una postura más cómoda, porque sabía que lo que no estaba cómodo era algo dentro de mí…
Y así fue como permanecí en el silencio, rendida al sentimiento que fuese, que no era agradable, pero al ser aceptado se reveló con profundidad… y me llevó a acceder a la sanación dentro de mí.
La aceptación está para mí a la orden del día… desde aquella vivencia que conté aquí, en la cual acepté que no daba cuenta de cosas que me exigía tener que dar… yo realmente he cambiado algo profundamente dentro de mí. Acepté algo que me resistía a aceptar, pero que no daba cuenta de hacer… y eso se puso de manifiesto en mi realidad como una bendición… pues al quitarme ese peso de encima he vuelto a dibujar más y a concentrarme más en lo que me gusta hacer… y las imágenes van fluyendo y me aportan tanta alegría, que agradezco mucho…
Aceptar todo lo que somos sin intentar negar ni ocultar nada nos libera para la vida, y vamos percibiendo que las cosas a que nos resistimos no se despegan de nosotros hasta que las aceptamos… y a partir de ahí nos liberamos, al liberarlas.
Aceptar es un acto de coraje porque implica abrir mano de toda resistencia y control… aceptar lo que tiene la vida para ofrecernos, que aunque los envoltorios no sea bonitos, siempre se revelan como regalos…
Está siempre en nuestras manos… Si nos resistimos a la vida, la vida se resiste a nosotros… si aceptamos la vida, nos sentimos aceptados y acogidos por ella…
Publicado dia 4/23/2012 12:32:59 PM em STUM WORLD
