Tener y ser amigo son experiencias de las más profundas que se pueden vivir. Aportan sentimiento de libertad, de poder exponerse y de compartir experiencias de modo totalmente espontáneo y franco, al tiempo que íntimo. En este tipo de relación de confianza recíproca, los amigos se reflejan el uno en el otro y a partir de esto suele producirse la danza de los papeles, en la cual unas veces se es el amigo, otras el hermano, el padre, la madre y así sucesivamente, todo con el propósito de la ayuda mutua.
Pero ¿cómo llegar a eso? ¿Es fácil? ¿Sencillo? ¿Cómo estamos, en cuanto a la amistad, en pleno siglo XXI?
- En la filosofía política del mundo griego, la amistad entre los ciudadanos era el vínculo de cohesión de la sociedad; hoy, en cambio, representa sinónimo de relaciones vacías y superficiales. ¿Será así?
En la amistad real, la sensación que queda es la de la libertad de poder expresarse en aquello que estamos siendo en el momento y, como consecuencia, un mayor esclarecimiento sobre nosotros mismos y sobre la vida.
El hecho de que el amigo no juzgue, más el centrado que causa la luminosidad del encuentro permite una expansión genuina de amor, respeto y complicidad sumados a la expansión de las afinidades.
El encuentro amigo evoca la ruptura con innumerables prejuicios y ciertamente nos hará pensar acerca de otros tantos dogmas en los que navegamos a ciegas. La aceptación del otro lleva al conocimiento inequívoco de nosotros mismos. En la amistad sincera es inevitable que todos salgan de su propia superficialidad cediendo lugar a la mayor intimidad y profundización en sí mismos. Ya desde el comienzo de las amistadas, muchas personas se imaginan íntimos y profundos, pero todavía están abocados a un proceso donde fatalmente se producirán riñas y desacuerdos, constructos de relaciones maduras, para que los aprendizajes puedan establecerse.
Una amistad sana o incluso un grupo de amigos sanos promueve un autoconocimiento diferenciado. A través de las relaciones de amistad es como se logra transitar por los diversos ambientes emocionales y donde paradójicamente se aprende a tener autonomía sobre todo tipo de decisiones, incluso sobre las propias amistades.
A menudo se busca algo en el otro sin saber a lo cierto qué es lo que se desea. Hoy día, la búsqueda parece que está en obtener multitud de amigos, que hay que almacenar, véase facebook. La exposición es máxima, no obstante, la falta de conocimiento de lo que forma sentido, de lo que es verdadero e íntimo acaba imperando y colaborando para aumentar todo tipo de ansiedades.
En la frenética y aún inconsciente sed del encuentro consigo mismo, a menudo es por medio del otro como se produce la virada, o sea, como se revela el encuentro genuino. En un repente y, nunca de modo desapercibido, lo sagrado de estar con un amigo de verdad es sentido y vivenciado emocionantemente. Tener muchos amigos, sin embargo, no significa que tengas amigos de verdad.
Los amigos de verdad quieren tu bien y están contigo lo mismo en la lluvia que en el dolor, o en la alegría.
Los amigos falsos se sirven de ti únicamente para que puedas alegrarles la vida, dar más dinamismo, escuchar continuamente problemas que nunca cambian. Los amigos falsos no saben escuchar, no tienen esa capacidad. Los amigos falsos te utilizan para no salir solos o incluso te llevan a los sitios únicamente y tan solo para competir contigo. Para que les des soporte, a fin de que ellos puedan sentirse mínimamente mejores que los demás y que tú.
Observa qué tipo de amistades vienes atrayendo hacia ti y, si hay alguna cuestión relativa a eso, reflexiona acerca del por qué de todo ello. Honradamente, pregúntate también qué tipo de amigo has venido siendo tú. Al final, mira si lo que deseas para tu vida está compatible con las amistades que tienes.
Evolucionar es el camino, ¿has pensado dónde te encuentras tú en todo eso?
Cuando no te identificas con las amistades, cuando con frecuencia te sientes utilizado por los amigos o incluso cuando su pérdida es constante, puede estar altamente indicado un proceso de terapia en busca de autoconocimiento.
Cuando se está solo y sin amigos, también es un buen motivo para empezar a cuestionarse y verificar qué es lo que pasa.
Nadie puede vivir solo. Nos conocemos a través de la relación que tenemos con el otro. Cuando no hay relación alguna hay que reflexionar al respecto. Por eso mismo, comenzar una relación con un terapeuta sirve a menudo de laboratorio transicional para superar dificultades de este orden. En tales casos las personas que comienzan una terapia comentan que debían haber empezado mucho antes. No tenían ni idea de que arrastrasen traumas e inserciones de culturas familiares desde la niñez, que les hacen ser lo que son hoy. Hay muchas cosas comandando la vida de las personas, que éstas no saben de dónde vienen, y aun sabiéndolo, si están solas, tienen dificultades para cambiar.
También hay otros muchos que no anhelan cambios, por peores que sean sus contextos, permaneciendo en el conocido Modelo de vida único = guión = certidumbre y seguridad = vida tibia. Necesitamos la conquista de varios modelos para proporcionarnos trascendencia. Por tanto, amigos, amigos, amigos = modelos, modelos, modelos.
La cuestión no es la conquista de lo diferente, sino la conquista de ser tú mismo, de descubrir qué es lo que te gusta, lo que no te gusta y, seguidamente, de disfrutarlo todo con sabiduría.
Tener amigos, ser amigo, ser tu mejor amigo. Autoconocimiento, amor, vida.
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos
Publicado dia 5/16/2012 12:45:50 PM em STUM WORLD
