Al igual que una semilla que plantamos y que requiere cuidados y el tiempo oportuno para crecer y dar frutos, algunas cosas de nuestra vida también son así… y con frecuencia las descartamos por considerar que no son buenas… o nos quejamos porque no han salido bien… porque no hemos tenido la paciencia de esperar el tiempo que necesitan para madurar y dar frutos…
Nuestro ritmo apresurado, basado en la premisa de que tiempo es dinero, a menudo nos aleja de cosas preciosas, que para revelarse necesitan cuidados y respetar el tiempo del Universo…
Al igual que una semilla necesita cuidados y tiene un ritmo propio de crecimiento, algunos proyectos en nuestra vida también han de ser contemplados así… imaginad si plantamos la semilla de un árbol frutal de nuestros sueños y le prestamos cuidados durante poco tiempo… el que suponemos necesario para que crezca… sin saber que tiene su propio ritmo para crecer y dar frutos… un tiempo natural que fluye con el tiempo del Universo… Un buen día, dentro de nuestro cronograma, nos parece que aquel pequeño arbusto es el fruto de una semilla que no salió adelante… y la dejamos de lado… la descartamos creyendo que no va a dar los esperados frutos.
Lo mismo hacemos con muchos planes y muchos sueños… los descartamos literalmente por no darnos cuenta de que para todo hay un tiempo y un ritmo natural… y que a su debido tiempo pueden manifestarse, sin esfuerzo, todos los bellos frutos de nuestros sueños…
Pero este mundo medio loco en que estamos nos enseña a querer tener prisa en todo… con esfuerzo incluso conseguimos cosechar los frutos, apresurando el ritmo y atropellando el tiempo… sin embargo… lo cierto es que esos frutos madurados a la fuerza no tienen el mismo sabor de los recogidos en su sazón respetando la naturaleza en su ritmo perfecto…
Cuando la cosa pasa por el terreno de nuestros Dones… de nuestro propósito Divino, el tiempo de la razón, ni sus aparatosos planes para el éxito, que debe alcanzarse en tiempo récord, no suelen funcionar mucho… aquí el tiempo es otro y el ritmo es natural… no hay forma de medir ese tiempo por el reloj… todo puede suceder en un abrir y cerrar de ojos, o demorarse un tiempo que para nuestro modelo puede parecer demasiado prolongado…
Aunque si contemplamos nuestros proyectos como una semilla de un árbol muy precioso, que para dar frutos necesita de cuidados y de nuestra paciencia para esperar que crezca y se desarrolle en su ritmo único y natural… los miraremos con más paciencia y cariño, sin descartarlos sumariamente solo porque no han cumplido el cronograma de tiempo que les hemos asignado…
Ciertamente hay un tiempo en que los frutos son más dulces y alimentan nuestra alma y no nuestro ego…
Estaba en este punto del texto cuando sonó el interfono y una voz femenina al otro lado dijo algo en danés, que claro, no entendí… pulsé el botón y me puse a mirar por la mirilla a ver quién era… y veo a una mujer parada con un gran envoltorio en las manos… abrí corriendo la puerta ya imaginando lo que podría ser… y encantada confirmo que sí era el cuadro que yo misma había expedido en Brasil para mi yerno…
Muchas cosas han ocurrido hasta que ese cuadro, que él recibió de regalo al comienzo del año en Brasil, llegase aquí… muchas cosas que me han hecho creer que todo estaba saliendo mal, tan mal que yo llegué en mayo antes que el cuadro. Éste hizo un largo y aparentemente tortuoso camino… deposité el cuadro en correos el 15 de marzo y debería llegar en aproximadamente quince días… pero unos días más tarde recibo una llamada de correos diciendo que el cuadro había retornado porque necesitaría una autorización del Iphan. Entre sacar la foto del cuadro en correos, mandar la documentación al Iphan y esperar la autorización durante otro largo tiempo… Cuando al fin llevé los papeles a correos, sabía que yo iba a llegar antes que el cuadro, pero como no me cabía en la maleta…
En fin, parecía que todo había salido mal… hasta aquel momento en que abrí la puerta y advertí con alegría que el cuadro había recorrido un tortuoso camino para llegar precisamente el día del cumpleaños de mi yerno… y éste se puso tan contento como si hubiese recibido el mismo regalo dos veces. Recibir el cuadro el día de su cumpleaños fue ciertamente muuuy especial para él, haciendo que ese día fuese más feliz.
Parece que el Universo estaba de veras queriendo confirmar que… las demoras y los aparentes errores a veces pueden ser solo una forma de que los frutos se pongan maduros, revelándonos un nuevo y más precioso sabor… Un sabor que solo un fruto maduro en su punto… ni más ni menos, puede darnos. Somos nosotros quienes a veces… por no estar en el fluir del tiempo natural… en el tiempo del Alma… descartamos las cosas, bien por creer que están tardando mucho o que todo va demasiado aprisa…
Por eso ahora, cuando las cosas no estén resultando dentro de lo que yo espero y del tiempo de la razón, voy a esperar un poco más antes de descartarlas… y de ponerlas entre las cosas que “no han resultado bien”… puede ser que solo no hayan salido bien para mis conceptos y… en un plano mucho más amplio, puede que solo estén madurando.
Esa sincronía del cuadro ha servido para que yo contemplase con otros ojos mis proyectos que todavía no están terminados y que me parece que tardan mucho o que no van a resultar…
Me ha dado una mayor confianza en que todo tiene su tiempo… y solo cuando estamos en conexión con el Gran Misterio estaremos fluyendo con ese tiempo… y entonces podremos recoger los frutos maduros de nuestros sueños.
Publicado dia 5/20/2012 11:29:54 AM em STUM WORLD
