Desde pequeña escucho esa frase y solo ahora percibo cuánta sabiduría hay en ella… solo ahora, cuando ya consigo no estresarme tanto con las cosas que ocurren diferentemente de cómo me gustaría, y que con…sigo permanecer en calma comprendiendo que protestar y resistirme a lo que ya sucedió solo prolonga el sufrimiento y crea conflictos… es cuando percibo cuánto sufrimiento y complicación podrían evitarse si hiciésemos caso a ese refrán popular más veces en nuestra vida.
A menudo pasamos mucho tiempo e incluso conozco personas que se han pasado la vida quejándose de cosas que no han resultado o no han salido como ellas querían… Y entonces pensamos, si hubiese ocurrido de esta forma todo sería diferente… y de nuevo sufrimos con el pasado e impedimos al presente manifestarse.
Permanecemos prisioneros, con enorme sufrimiento, de cosas que realmente no tienen remedio… y que no dependen de nuestra acción… Siempre podemos elegir aceptar o no aceptar las situaciones que se presentan en nuestra vida. En el primer caso liberamos el pasado y abrimos espacio para lo nuevo… dejamos nuestra energía libre y disponible para el presente… en el segundo caso quedamos prendidos al pasado, resistiéndonos y sufriendo, por algo que no depende de nuestra acción, originando más sufrimiento y dejamos parte de nuestra energía presa al pasado en historias que solo no están resueltas en nuestra mente…
Considero que el Gran Misterio es tan sabio que… aquello que es descartado de nuestra vida por no tener remedio, lo es porque ya ha cumplido su tiempo útil… y solo está ocupando el espacio de algo que ha de hacernos más felices en el presente…
A menudo lo que nos prende a cosas y personas son memorias pasadas de situaciones vividas que fueron buenas, pero que ya no van a repetirse de aquella forma que esperamos… y aceptar que… lo que no tiene remedio, remediado está, puede ser una clave preciosa para dejarnos más libres y plenos para el presente.
Frecuentemente no estamos conformes con la elección hecha por el otro porque afecta de alguna forma a nuestra vida en mayor o menor grado, sin embargo… cuando ya no podemos hacer nada más para cambiar lo que ya ha ocurrido… es mejor dar por cerradas esas historias para comenzar otras.
Si ya hemos hecho nuestra parte, que puede ser exponer nuestro punto de vista o cualquier acción que consideramos necesaria… el Ho’oponopono… o incluso la no acción… y ya no queda nada más que podamos hacer para remediar aquella situación… ¡balón adelante! Permanecer atados energéticamente a personas y situaciones que ya no forman parte de nuestra vida y que solo están alimentando nuestras memorias de dolor y de víctimas no nos llevará a parte alguna… a no ser a los mismos y viejos conocidos caminos que ya hemos recorrido incontables veces y con cada vez más sufrimiento.
No dejar ir el pasado es como arrojar a la basura las cosas que ya no nos sirven… pero… guardar las bolsas de basura sin tener el valor de dejar que el basurero se las lleve…
Si hay algo en tu vida o en tu corazón que ya no tiene remedio… libéralo en la luz y déjalo ir con suavidad… puede ser que el Universo esté solamente esperando que abras espacios para traerte lo que más deseas…