Acostumbramos a creer que el hombre ha sido siempre violento. Que desde que el mundo es mundo el más fuerte sobrevive, mientras que el más débil se somete a servidumbre o muere. Pese a todo, esa es una historia reciente de nuestra gente. Somos una raza joven en este planeta Tierra. Aquí vivimos desde hace más o menos 150.000 años, como homo sapiens.
Estudios en yacimientos arqueológicos demuestran que las guerras comenzaron hace no más de 7000 años.
Antes habíamos tenido un prolongado período de convivencia menos violenta, más cooperativa.
El siglo pasado dejó una marca dolorosa en nuestra historia humana. Nunca se había matado tanto. Murieron 111 millones de personas en conflictos bélicos en el último siglo.
Ahora bien, si a ese número sumamos los que han muerto víctimas de la violencia del tráfico, de la violencia urbana y de la causada en disputas por tierras, y además los de la violencia doméstica, las riñas, y asimismo las muertes causadas por el hambre, por falta de saneamiento básico y de agua tratada, por el narcotráfico y por otros delitos, no hay duda de que el siglo XX habrá de quedar para la eternidad como el siglo de la tecnología, pero también como el más sangriento y violento de la humanidad.
Es hora de plantear nuevos caminos.
La ONU, prudentemente, delega en la UNESCO la tarea de diseminar una Cultura de Paz, que para eso creó de 2000 a 2010 la década de la Cultura de Paz cimentada en seis pilares.
1. Respetar toda vida.
2. Rechazar la violencia.
3. Ser generoso
4. Escuchar para comprender
5. Preservar el planeta
6. Redescubrir la solidaridad
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Según la Asamblea General de la UNESCO/1999, Cultura de Paz es: Cultura de Paz es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en el respeto a la vida, al fin de la violencia, a la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación.
De esta forma, Paz no es únicamente algo individual, cultivado en lo más íntimo de cada uno. Tampoco es ausencia de conflicto, ni ausencia de guerra.
La Paz debe construirse en las relaciones interpersonales, entre naciones, entre religiones. Paz es más que un ejercicio de paciencia.
Paz es un ejercicio constante de coraje, actitud amorosa, tolerancia, esperanza, cooperación y solidaridad.
Pese a todo, somos educados para el ejercicio constante de la desconfianza, de la fuerza, de la competición, de la búsqueda del triunfo y de la fortuna a cualquier precio.
Vivimos la Cultura de la Violencia.
Nuestros ídolos son héroes de guerra, emplean armas letales, son violentos. Se imponen por medio de la fuerza bruta y la estrategia. Destruir al enemigo es el objetivo. O entonces, son aquellos que triunfan en el mundo. Tienen éxito, prestigio, dinero, bienes. Poco o nada importa lo que hayan hecho para alcanzarlo. Todo es válido.
Algunos de los valores de nuestra sociedad actual son: prisa, dinero, lujo, éxito, prestigio personal, individualismo, consumismo, fama, competición.
Hay una presión gigante para que todos se muestren siempre felices y exitosos. Pero he aquí que surgen los dolores de la sociedad y éstos vienen en forma de quejas/sufrimientos: tensión, estrés, familias desestructuradas, soledad, miedo, ansiedad, depresión, desasosiego, falta de paz, tedio, angustia, falta de sentido para la vida.
¿Qué hacer?
En primer lugar, auto-educarnos para una Cultura de Paz.
Y tan importante como la auto-educación es crear condiciones sociales para la educación, para una convivencia solidaria, pacífica y cooperativa.
Thais Accioly é especialista em Terapia Floral pela Escola de Enfermagem da USP.
Professora da Pós Graduação em Terapia Floral na Escola de Enfermagem da USP.
Professora da Flower Essence Society/CA EUA no Brasil.
Professora da Bush Flower Essences/AU no Brasil.
Consultora em Cultura de Paz.
11 3263 0504 Visite meu blog e Conheça o Interativo dos Florais. Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado dia 6/26/2012 12:29:49 PM em STUM WORLD
