Secuestradores de almas en los hipersensibles y en los no sensibles:
Los hipersensibles la mayor parte del tiempo se hallan en el estado entre demasiado estresados o deprimidos y desvitalizados. Tienen enormes dificultades para reconocer la frontera entre el propio yo y el otro. Debido a esto, actúan como esponjas emocionales, absorbiendo o mezclándose con todos los sentimientos que están dañando a otros y a los ambientes.
Los vampiros energéticos emocionales atisban desde lejos este patrón de funcionamiento como objeto de sus cacerías, olfateando y fácilmente sintonizándose en la frecuencia emocional de aquellos, o sea de las presas a secuestrar. Son verdaderos camaleones que se camuflan al sintonizar la frecuencia energética de sus objetivos. Maestros en trasmutar sus variables dentro de las variables de algunas franjas. Por tanto, se convierten unas veces en amantes perfectos, otras en donantes de afecto, unas veces en los mejores exponentes en todo cuanto hacen, otras, en unos pobrecillos. y por ahí van modulando sus frecuencias de modo infinito.
Los vampiros energéticos, secuestradores de almas funcionan como si estuviesen sintonizando algunas frecuencias y sus sutiles variaciones dentro de un dial de radio. En este sentido, es obvio que muchas de las frecuencias son lejanas; y a otras tantas, estos supuestos secuestradores jamás logran acceder. No tienen la capacidad suficiente para abarcar todo tipo de estatus de conciencia-dial-frecuencia. La suerte es que por más que hagan - y esto no es poco - hay sitios de imposible acceso para ellos.
En el transcurso de los textos y series, hablaremos incluso de anécdotas personales y de cómo fue la conquista de esas otras franjas de acceso imposible para estos vampiros secuestradores. Veremos cómo el estado de protección que reside en otras frecuencias no abre bajo ninguna hipótesis la puerta de acceso a esos vampiros.
Cómo actúan los vampiros energéticos, secuestradores de almas:
Partimos del principio de que absolutamente TODOS los Vampiros, secuestradores de almas, poseen carencias emocionales y afectivas muy profundas y jamás acceden a ellas por cuenta del inmenso dolor y desestabilización que un día padecieron. Matan y mueren literalmente en nombre de NUNCA más entrar en contacto con ese lugar de sufrimiento. El problema es que no es posible borrar lo que no se ha reprocesado. Por tanto, se disocian del propio dolor emocional proyectando ese yo menos favorecido en la víctima elegida. En esta dinámica, se produce una compleja mezcla de búsqueda en el otro de alimento y amor, añadida a sentimientos de odio, de envidia y menosprecio.
La indiferencia emocional, la frialdad y la falta de empatía están debajo de todo el clima que envuelve el secuestro. Más abajo aún reside el grande e impensable DOLOR. Todo este drama que envuelve al vampiro secuestrador queda camuflado en medio de las diversas y hábiles estrategias de recorrido en el secuestro y proceso de vampirización. El problema es que, a diferencia de la ficción, aquí la víctima jamás se convierte en un vampiro más después del mordisco y, lo peor es que si no se libera cortando lazos y cambiando radicalmente su frecuencia, el pronóstico nunca es de los mejores.
Muchas veces, la víctima elegida está repleta de autoestima y muy fortalecida en la vida, pero entonces para muchos de esos secuestradores la cacería se vuelve una empresa aún más atractiva. Saben que todo ser humano posee alguna rendija emocional mal resuelta y por muy pequeña y oculta que esté, son los maestros de la percepción en ese sentido. Inteligentes, emplean todo tipo de conocimientos que poseen y si necesario van en pos de aprender cosas nuevas a fin de adular al objetivo del momento.
En los hipersensibles, los ataques acostumbran a ser certeros y más fáciles, gracias al corazón abierto y al exceso de empatía que esta categoría humana posee en relación al dolor del otro y del mundo. Éstos, los hipersensibles, a menudo se dejan engañar en el contacto con los secuestradores, por percibir un telón de fondo de carencia real; sólo que no tienen la capacidad de percibir que la carencia se ha vuelto vampírica y totalmente mal encaminada.
Antídoto:
Como antídoto mayor, si sientes debilidad y desánimo en todas las áreas de tu vida, antes de que eso se convierta en alguna enfermedad o depresión mayor, reorganízate y escucha tu voz interior. Busca caminos eficientes para el auto-conocimiento y establécelo como un diferencial en tu vida, objetivando fortalecerte a ti mismo, iluminando y dinamizando los recursos positivos que ya posees. Aduéñate de ti mismo, conoce y valida las dimensiones de tu propio yo. Hazte valer.
Haz terapia, busca ayuda espiritual y absolutamente todo lo que esté a tu alcance, sin viajar "en la mayonesa" evitando confundirte más aún. Para el hipersensible, es campo delicado y al mismo tiempo precioso, debido a la sensibilidad que tienen hacia todo. Para el no hipersensible, es una oportunidad para abrir más aún los ojos dinamizando fuerzas para salir de esa, con categoría.
Pagar con la propia vida una relación cíclica que siempre te trae la misma desazón y desvitalización, no comulga con lo que significa vivir la vida de verdad. Si estás de acuerdo, agilízate lo más pronto posible. Pese a la difícil detección del asunto, observa que éste ya está revelado.
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos