Queridos lectores y lectoras, no quiero formar polémica ya que los temas de religión, como los de política o el fútbol, suelen suscitar muchas controversias. No obstante, la cuestión de la religión parece volver a mi cabeza en estas últimas semanas. Quizá sea simplemente la sincronía provocada por el ingreso de Neptuno en Piscis, o el tránsito de Júpiter en Géminis, que es el signo de la comunicación. ¡El hecho es que el cielo nos anuncia tiempos peliagudos y yo no puedo dejar de hablar sobre ese asunto, que creo necesario para conseguir la verdadera liberación! 2012 no promoverá el fin del mundo, tan alardeado por los medios (basados en la profecía Maya), pero anuncia, sí, la necesidad de efectuar una gran transformación mundial para enfrentarnos a las turbulencias que todo cambio conlleva. Nuestra participación personal es indispensable y comporta un cambio de parámetros y de conducta capaz de garantizar la sobrevivencia de la especie humana. Estarás preguntando: ¿cómo cambiar y qué cambiar? Y en este momento de gran incertidumbre ¿qué es lo que puede ayudarnos? ¡Ciertamente, nuestra fe! ¡Me dan lástima aquellos que no tienen fe!
Según el cálculo de las Eras Procesionales, que explican el fenómeno del movimiento rotatorio de nuestro planeta que, al moverse sobre un eje imaginario, se desplaza como si fuese una peonza. Ese movimiento provoca el cambio de Eras y ahora ya estamos ingresando en la Era de Acuario. A propósito de esto puede leerse el artículo que publiqué en el STUM y en mi Website personal (www.astrosirius.com.br), el cual trata del fenómeno llamado Precesión de los Equinoccios. Esas Eras duran aproximadamente 2120 años y por cierto tiempo se superponen unas sobre otras. Una Era no termina abruptamente, de la noche a la mañana. El cambio de Eras provoca cambios en la conciencia de la humanidad. Cuando la humanidad se encontraba en la Era de Aries, tuvo lugar aquel período en que los pueblos eran agresivos, guerreaban constantemente entre sí y se creía en un Dios conquistador. Los pueblos disputaban con sus vecinos y conquistaban sus tierras ensanchando cada vez más sus imperios. Dios, aquel Dios único de los judíos, que se anunció a Moisés en ese período, ordenó a su pueblo ir a conquistar la Tierra Prometida. Las matanzas y el derramamiento de sangre eran constantes. Basta leer el Antiguo Testamento para constatarlo. Quiero añadir que cuando una Era termina y empieza la otra, los conceptos aprendidos en la anterior no se borran de una sola vez. ¡De hecho, continuamos guerreando y disputando con nuestros vecinos! ¡No hemos aprendido mucho, pese a considerarnos 'civilizados'!
En aquel período, el Imperio Romano se expandió tanto que fue conquistando y dominando a medio mundo. Esa era la Era de Aries. No obstante, con la cercanía de la Era de Piscis, o sea, después de aproximadamente 2120 años, surgieron algunos profetas que trajeron mensajes de bondad, de sacrificio personal, de amor al prójimo, de compasión. Era preciso que los conceptos cambiasen. ¿Con qué derecho Dios favorecería a un pueblo sobre otro? ¿Qué Dios era ese que ordenaba el derramamiento de sangre? Sí, eso tenía que cambiar. La Era de Piscis trajo a Jesús, el Cristo. ¡Pero el Cristo cuyas palabras fueron divulgadas a través de sus discípulos, no afirmó necesariamente que Dios nos castigaría si pecásemos! Todo lo contrario. El concepto de pecado y también el de 'pecado original' no fue enseñado por Cristo. Fue la religión católica la que lo hizo. ¡Las razones para esa distorsión de las palabras de Cristo son múltiples pero la primera fue ciertamente la necesidad de controlar al pueblo con el concepto de pecado/castigo! Sería muy difícil en aquella época enseñar e imponer nociones de obediencia, respeto, y más aún, de compasión y amor al prójimo a un pueblo acostumbrado a guerrear y para el cual la matanza y el sacrificio de sangre eran naturales. ¡Los sacrificios de animales e incluso humanos se hacían 'en nombre de Dios'! Pero ¿cómo cambiar ese estado de cosas sin introducir en su lugar el concepto de miedo y castigo? ¡Si procedes mal serás castigado! ¡Y serás castigado por Dios después de tu muerte! En la antigua Grecia, el Infierno no existía, y Hades era el Señor del reino de los muertos ¡y no como pensamos hoy, el Señor del Infierno! Paraíso e Infierno son, desgraciadamente, conceptos cristianos. Nuestra civilización occidental está impregnada de conceptos judeocristianos. Las civilizaciones orientales no tienen esos conceptos de pecado, y Buda, que también apareció en el mismo período que Cristo, proporcionó enseñanzas similares a las de éste. Enseñanzas de la Era de Piscis.
A lo largo de los dos últimos milenios, con todo, esos conceptos fueron modificándose y transformándose, dependiendo del uso que hacían de ellos las diferentes religiones. Asistimos poco a poco al desmembramiento sistemático de la Iglesia Católica Apostólica Romana y a la aparición de nuevos intérpretes de la Biblia, hecho demostrado por las varias religiones esparcidas por el mundo. Las religiones se multiplican y la espiritualidad continúa actual, pero con un conocimiento más holístico. La necesidad de fe continúa estando presente en el género humano. Lo que se está cuestionando actualmente son los dogmas, que era preciso revisar o reinterpretar a la luz de la Era de Acuario. ¡Por eso yo afirmo que ya no podemos permitirnos vivir temiendo el "Castigo de la Ira de Dios"! ¡Más que nunca, debemos interpretar a Dios como expresión del Amor! Ese amor que une, que ensambla, que funciona como un pegamento capaz de unirnos, colmarnos, completarnos y hacernos felices. Ese es Dios.
¡Debemos empezar a pensar de forma más responsable y no proceder como niños temerosos del castigo del padre! La humanidad ha evolucionado y es preciso que piense de forma diferente. Por eso los nuevos profetas, guías, maestros, iluminados y avatares, nos proporcionan mensajes bastante diferentes desde hace ya algunos años. Sin embargo, no todos los seres humanos están preparados para escuchar esos mensajes y mucho menos para comprenderlos. Solo aquellos que desprograman y liberan de condicionamientos su mente, que borran los prejuicios y se disponen a cambiar, podrán recibir esos mensajes y comprenderlos.
En el libro Cartas de Cristo encontramos esta importante información:"Tu conciencia personal es enteramente responsable de todo aquello que viene a tu vida y a tu experiencia personal. Es tu conciencia personal lo que atrae hacia ti el bien y el mal.
En tu subconsciente traes recuerdos fuertemente impregnados, todavía ocultos, de traumas/emociones de tu(s) vida(s) anterior(es) que pueden irrumpir y afectar a tu conciencia actual.
Tu plegaria fervorosa y específica para aliviar algún acontecimiento puede recibir respuesta, pero a largo plazo será de poco provecho si tu corazón y tu mente siguen en contravención con las Leyes Universales del AMOR y si vives con actitud mental de constante crítica".
¡Ese es nuestro verdadero infierno! ¡Nuestro castigo en la actual encarnación será vivir en ausencia del AMOR porque traemos en nuestra conciencia sentimientos de odio, rencor, rabia, envidia y crítica hacia nuestro semejante! ¡La contravención a las Leyes Universales del AMOR es nuestro castigo y llegará a nosotros a través de la Ley de Causa y Efecto, estad seguros de ello! ¡Esa, que es una de las Siete Leyes de la sabiduría hermética, es inexorable!
Las Cartas de Cristo, que nos transmiten ese mensaje de amor, deben leerse con la mente abierta, sin prejuicios. No debe haber dogmas en la Era de Acuario. ¡La Libertad impera, principalmente en el pensamiento! Nuestra espiritualidad ha de evolucionar hasta que comprendamos que tenemos que amarnos los unos a los otros, que nuestro destino es común y que estamos todos ligados, que nuestro vecino es igual a nosotros, incluso aunque no tenga el mismo color, forma, sexo, credo o condición social.
Apreciados lectores y lectoras, no me queráis mal. ¡Simplemente expreso mis convicciones personales, no pretendo convenceros! Pretendo, en fin, y me gustaría mucho llegar a conseguirlo, que todos aquellos que andan en busca de conocimiento empiecen a alejar de su mente la idea de pecado y más aún de castigo. ¡Expresando solo pensamientos de amor, tolerancia y compasión, construiremos dentro de nosotros el 'Paraíso'!
¡Espero que todos tengáis una semana llena de Luz y Armonía!
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