Supongo que todos los tiempos son tiempos de violencia. El sufrimiento que nos causamos unos a otros no es nuevo, ni ha nacido en las pantallas de TV. Lo que quizá sea nuevo es, como enseñan los especialistas, la escala. Lo que quizá sea nuevo es la visibilidad planetaria que adquieren los actos de violencia que los humanos (pocos, tenemos que creerlo así ¡y las estadísticas todavía deben estar a favor de los seres pacíficos!) andan cometiendo por ahí.
¿Es posible protegerse de la violencia? Quizá. Según Gavin de Becker, que de especialista se ha convertido en celebridad, desde que Oprah Winfrey dijo que es el mayor entendido del mundo en comportamiento violento, lo único que puede evitar que seamos víctimas de la violencia es… ¡nuestro miedo!
En el libro The Gift of Fear, Gavin de Becker explora varias situaciones de violencia, intentando demostrar cómo, en aquellos momentos, las personas implicadas habían sido acometidas por innumerables indicaciones del peligro inminente – estremecimientos, intuiciones, impulsos irracionales – y, en los peores casos, no habían reaccionado a estas señales. En los mejores casos, esas personas proporcionaron indicios preciosos para que el estudioso del comportamiento formatease sus tesis acerca del regalo del miedo.
Hacer caso a una pequeña señal de advertencia puede salvarte la vida, afirma el especialista, al igual que no hacer caso de otras acaba poniéndonos en situaciones de riesgo. Nada que ver con la paranoia. Solo investigación aplicada a la vida diaria.
Observa entonces las señales que él relaciona:
- Pensamientos persistentes;
- Variaciones de humor;
- Ansiedad sin explicación;
- Curiosidad;
- Sensaciones extrañas en la boca del estómago;
- Dudas;
- Vacilaciones;
- Inquietud;
- Sospechas;
- Corazonadas.
Todas esas reacciones llenas de información nos son enviadas por nuestro mayor aliado, el miedo.
Pero ¿cómo distinguir esas reacciones a la hora de la verdad? Aprender a reconocer esas señales es un tremendo ejercicio de autoconocimiento. Nada fácil, todo lo contrario, pero simplemente empezar a pensar en ello ya es algo.
Todos nos hemos topado ya alguna vez con alguien que nos hace sentir raros… quizá incluso hayamos prestado atención, pero grandes son las posibilidades de haber sacudido los hombros en un ¡qué tontería! Hemos tenido suerte, probablemente.
Todos nosotros también ya hemos desconfiado, sin motivo, de alguien. Y nos hemos arrepentido después. Puro prejuicio, dijimos. Probablemente.
Y nadie quiere vivir en estado de vigilancia eterna contra nuestros semejantes. Entonces, el miedo puede ser educado, enseña De Becker, reconocer y ejercitar la intuición confiable es exactamente lo opuesto a vivir con miedo.
Y quizá sea cierto que hemos desaprendido a hacer caso de esas señales protectoras. La joven Eloá, por ejemplo, podía haber empleado esos recursos para evitar una relación más estrecha con el muchacho que la mató.
El miedo puro, el de los animales, no es aquella cosa ansiosa que hemos inventado para nosotros mismos. Nada tiene que ver con fantasías y pavores imaginarios. El miedo es cosa de bichos. De sobrevivencia. Aprender a no tener miedo al miedo es la primera regla. Incluso porque cuando tenemos miedo, no está ocurriendo. El miedo es siempre miedo de algo que puede ocurrir. Si un ladrón entra en tu casa, tú no vas a tener miedo de que un ladrón entre en tu casa, ese miedo ya lo has tenido. Ahora, tu miedo es de lo que él va a hacer a continuación, ¿entiendes? O sea, el miedo siempre anticipa alguna situación de peligro. Incumbe a cada uno averiguar los orígenes de este miedo, examinarlo desde todos los ángulos posibles, escuchar las intuiciones agregadas a él y después tomar una decisión: evitar, huir o atacar. El miedo nos da tiempo para pensar y actuar.
No tener miedo al propio miedo puede parecer una idea polémica, pero si nos paramos a pensar, tiene sentido ¿o no? A fin de cuentas, no siempre se puede confiar en los versos de la canción el acaso va a protegerme mientras yo vaya distraído…
Adília Belotti é jornalista e mãe de quatro filhos e também é colunista do Somos Todos UM. Sou apaixonada por livros, pelas idéias, pelas pessoas, não necessariamente nesta ordem...
Em 2006 lançou seu primeiro livro Toques da Alma. Email: [email protected] Visite o Site do Autor