Los seres humanos, en su gran mayoría, viven todo el tiempo con la mente focalizada en los acontecimientos pasados o, al contrario, ansiando por lo que les reserva el futuro.
Esta oscilación genera un estado de constante ansiedad por la realización de los deseos y el miedo de perder algo ya conquistado. No es por casualidad que el desequilibrio emocional se volvió uno de los principales males de nuestros días.
¿Cómo hacer, entonces, para salir de esta corriente y libertarse de este juego, viviendo totalmente el presente? El secreto es intentar mantenerse consciente del flujo permanente de los pensamientos, y del tipo de emoción o sentimiento que generan en nosotros.
De a poco, vamos consiguiendo percibir que la mayor parte de ellos no habla al respecto de sucesos sobre los cuales no podemos actuar, porque pertenecen al pasado o al futuro que consiste apenas en una probabilidad.
El ahora es la única realidad sobre la cual tenemos control. Podemos elegir en el momento presente si vamos a mantenernos serenos y armonizados o entregarnos a la angustia y la desesperación.
Vivir en el pasado nos lleva a dejar escapar la oportunidad de crear un futuro diferente de aquel que habita en nuestra mente. El estancamiento generado por rumiar interminablemente los rencores, dolores y resentimientos que vivimos un día, elimina cualquier chance de que construyamos una vida diferente, donde el amor, la alegría y la paz estén presentes.
…La mente nada más es que deseos. El corazón no conoce deseos. Te sorprendes al saber que todos los deseos pertenecen a la cabeza. El corazón vive el presente, pulsa y late aquí y ahora.
No conoce nada al respecto del pasado o del futuro. Siempre está aquí y ahora. Y no estoy hablando al respecto de una filosofía. Estoy simplemente declarando un hecho tan simple que puedes observarlo dentro de ti mismo: tu corazón está latiendo ahora. No consigue latir en el pasado ni en el futuro.
El corazón conoce apenas el presente, por eso es completamente puro. No está intoxicado por las memorias del pasado, por los conocimientos, por las experiencias pasadas, por todo lo que le fue dicho y enseñado, por las escrituras y por las tradiciones. ¡Nada sabe al respecto de todas estas tonterías! Nada sabe al respecto del futuro, del mañana. Para él el pasado no existe más y el futuro aún no existe. Está completamente aquí. Es inmediato.
Pero la mente es exactamente lo opuesto del corazón. Nunca está en el aquí y ahora. O está pensando en las bellas experiencias del pasado o está deseando las mismas bellas experiencias en el futuro. Así sigue saltando entre el pasado y el futuro.
Nunca para en el presente. Ignora completamente el presente. Para la mente, el presente no existe. Observa el punto: el presente es la única cosa que existe, pero para la mente el presente es la única cosa que no existe. El pasado es no existencial, el futuro es no existencial, pero para la mente esas son las únicas cosas existenciales.
…La mente es deseo y ustedes continúan llenándose de más y más deseos, más y más ambiciones, buscando poder, prestigio y riqueza. Y se olvidaron completamente de que existe un corazón latiendo dentro, el cual ya vive en Dios, el cual ya es parte de la ley mayor -ais dhammo sanantano- aquello que ya es parte de la inagotable y eterna ley. Ustedes ya están ligados a Dios a partir de sus corazones. Sus corazones son raíces en el suelo de Dios. Sus corazones aún son alimentados por Dios, por la verdad.
Pero ustedes no están allí. Dejaron el lugar vacío. Viven en la cabeza. Pasan todos los días en sus cabezas, nunca descienden de allá. Aún durante la noche, mientras duermen, continúan con el barullo en la cabeza… Sueños y más sueños. Durante el día, pensamientos, y durante la noche sueños. Ellos no son diferentes.
…Comienza por ver lo falso como falso… Lo falso tiene que serte demostrado como falso. Tienes que comenzar con esto: no, no, ni esto ni aquello. El Maestro tiene que decirte: “esto es falso y aquello es falso”.
Él tiene que continuar apuntándote todo lo que es falso, porque cuando sepas todo lo que es falso, de repente, una transformación sucederá en tu consciencia. Cuando te vuelvas consciente de lo que es falso, comenzarás, entonces, a ser consciente de lo que es verdadero.
No se consigue enseñar lo que es la verdad, pero seguramente se consigue enseñar lo que no es la verdad. Has sido condicionado, puedes ser desacondicionado. Fuiste hipnotizado, como hindú, musulmán, cristiano, jaina… La función del Maestro es deshipnotizarte. Una vez que estés deshipnotizado, de repente, serás capaz de ver la verdad. La verdad no precisa ser enseñada. (…)