Tomar decisiones es una de las principales cualidades que tenemos que desarrollar en esta nuestra andadura en el planeta Tierra. Para algunas personas este ejercicio es bastante difícil, visto que se sienten acorraladas por el temor de tomar decisiones equivocadas que pueden traer consecuencias desastrosas para su vida.
En cambio, al temer la decisión, acaban aplazando indefinidamente la resolución de sus problemas. Es muy común encontrar personas que se quejan de su vida, se sienten insatisfechas e infelices, y, no obstante, no toman decisión alguna en cuanto a moverse en busca de solución.
Estas personas aguardan a que la solución venga a llamar a su puerta, sin tener que hacer movimiento alguno para ir a su encuentro. Tomar decisiones implica asumir la responsabilidad por nuestro propio destino y por elegir, a cada momento, si vamos a continuar a merced de los acontecimientos o asumir las riendas de nuestra vida.
Por detrás de la indecisión está, generalmente, una personalidad inmadura que se resiste a elegir porque teme asumir la responsabilidad por sus elecciones. Decidir es acto de coraje, movilizado por la energía de la madurez, del deseo de convertirse en señor de sí, de ejercer el poder en su plenitud.
Actuar, salir de la inmovilidad, requiere ante todo la decisión de vencer los propios miedos y salir a la búsqueda de lo que fuese necesario para alcanzar un nuevo estado de ser.
El hombre se hace audaz enfrentándose a sus miedos. No es una cuestión de bravura. Basta simplemente contemplar los acontecimientos de la vida y percibir que estos miedos son naturales. Basta aceptarlos.
…Cuando tú lo aceptas, poco a poco el miedo desaparece, pues tener miedo pierde el sentido. Tú lo aceptas, sabes que él está siempre allí - ¡es eso!
…Lo que importa es tu opción: la opción de aprender, la opción de pasar por la experiencia, la opción de enfrentarte a la oscuridad. Muy lentamente tu coraje comenzará a emerger. Y la agudeza no está separada del coraje, es casi un todo orgánico.
…Con el coraje viene la agudeza, la inteligencia, la receptividad, una mente sin prejuicios, la capacidad de aprender – vienen todas juntas.
MEDITACIÓN PARA DISIPAR VIEJOS PATRONES DE MIEDO
Es solo un viejo hábito que se ha consolidado. Intenta hacer lo opuesto. Siempre que sientas que te estás cerrando – ábrete. Si quieres irte, no vayas; si no quieres hablar, entonces habla. Si quieres parar de argumentar, no pares; argumenta con más vigor aún.
Siempre que surge una situación que provoca miedo, hay dos alternativas – o contestas o huyes. Un crío pequeño normalmente no puede contestar, principalmente en los países tradicionalistas… La única manera es encerrarse, encerrarse dentro de sí mismo para protegerse. Así has aprendido el truco de huir.
Ahora, tu única posibilidad es, así que notes que estás intentando escapar, quedarte, permanecer firme en tu sitio, ser pertinaz y salir a la lucha. Durante un mes, más o menos, intenta hacer lo opuesto de lo que acostumbras y aprenderás a superar esas dos actitudes. Ambas tienen que ser superadas, pues solo así el hombre se vuelve audaz – y porque las dos maneras están equivocadas. Como una de las dos maneras está profundamente enraizada en ti, es preciso contrarrestarla con la otra.
Entonces, durante un mes, tú serás un guerrero de verdad – por cualquier causa. Y te sentirás muy bien, muy bien de veras. Porque siempre que escapabas, te sentías mal, inferior. Esa es la estrategia del cobarde. Ten coraje. Entonces descarta las dos actitudes, pues tener coraje, en el fondo, también es ser cobarde. Cuando tanto la bravura como la cobardía desaparecen, entonces serás audaz. ¡Haz la prueba!
OSHO, del libro Coraje – el placer de vivir peligrosamente.
Publicado dia 9/2/2012 9:40:31 AM em STUM WORLD
