Todos tenemos problemas de relación, con la familia, los amigos, los compañeros... y eso nos hace alejarnos de personas que nos gustan mucho, pero con las cuales en algún punto hay un conflicto que no logramos superar… y que convierte tales relaciones en motivo de gran sufrimiento.
Hay muchas cosas que nos ayudan a pasar por esos problemas que la vida nos presenta, pero el Ho’oponopono, para mí, tiene un puesto muy especial entre esas muchas cosas… porque, aparte de ser extremadamente sencillo y poderoso… es algo que cambia dentro de nosotros la forma en cómo lo miramos todo a partir de ese momento.
Los conflictos no es que dejen de existir… la diferencia es que pasamos a mirarlos de forma diferente, desde el momento en que asumimos la responsabilidad. Si la culpa es del otro, se hace mucho más difícil solucionar los problemas que cuando sabemos que… todo lo que atraemos a nuestra realidad es de nuestra responsabilidad.
El problema deja de ser solo motivo de sufrimiento y se convierte en una nueva oportunidad, en un escalón para que avancemos otro paso más… y rescatemos relaciones que pueden revelarse como preciosas, si es el caso… o bien, si es el caso, las personas se van naturalmente, sin las ataduras que, aun estando alejadas, las mantenían presas.
Es increíble cómo ese cambio de postura nos da fuerzas para querer limpiar cada vez más las memorias equivocadas que aún nos impiden tener una vida más plena y disfrutar de la compañía de personas que el Gran Misterio ha puesto en nuestro camino.
He probado, y he visto al Ho’oponopono operar verdaderos milagros cuando el problema es una dificultad para relacionarse con el otro… lo cual, en realidad, es una dificultad para relacionarnos con nosotros mismos, porque el otro está dentro de nosotros…
El Ho’oponopono se aplica a cualquier situación donde exista un problema y yo lo uso para todo… frente a cualquier cosa que me incomoda, ya sea algo muy tangible o solo un sentimiento de malestar, una tristeza, agitación, miedo, inseguridad… cualquier cosa… hago el Ho’oponopono para limpiar la causa.
De forma bien sencilla asumo la responsabilidad, diciendo:
-Qué es lo que en mí está causando tal problema.
A continuación pido a la Divinidad que haga la limpieza:
-Divinidad, por favor, limpia en mí lo que está causando tal problema y transmútalo en pura luz.
Y repito las frases… ¡Lo siento mucho! ¡Perdóname! ¡Gracias! ¡Te amo!
Si fuese un problema de relación con otra persona, puedes hacer así:
-¿Qué es lo que en mí está causando problemas en mi relación con tal persona? (asumiendo la responsabilidad).
-Divinidad, por favor, limpia en mí lo que está causando problemas en mi relación con tal persona y transmútalo en pura luz.
Y repite las frases… en cualquier orden, puedes elegir decir todas o solo las que prefieras.
El Ho’oponopono se ha vuelto tan natural para mí que, a menudo, cuando ocurre algo inesperado, ya empiezo a repetir las frases sin siquiera pasar por el proceso entero de asumir la responsabilidad y hacer la petición… sé que esto ya está implícito… ¡y funciona!
Entonces, pienso que no hay muchas reglas y que las cosas se van haciendo cada vez más y más sencillas… Pienso que cada cual debe hacerlo como se sienta bien haciéndolo…
Esta Oración de Morrnah Simeona, Creadora del Ho’oponopono Identidad Propia es muy abarcadora y puede hacerse en cualquier ocasión:
“Divino Creador, padre, madre, hijo en uno…
Si yo, mi familia, mis parientes y antepasados te
hemos ofendido, a tu familia, parientes y antepasados en
pensamientos, palabras actos y acciones desde el comienzo de nuestra
creación hasta el presente, pedimos tu perdón…
Deja que esto limpie, purifique, libere, corte todos los
recuerdos, bloqueos, energías y vibraciones negativas
y transmuta estas energías indeseables en pura luz…
Así está hecho”.