Todos los seres humanos nacen dotados de un potencial que podrá o no ser desarrollado a lo largo de la vida. Es claro que esto dependerá, por sobre todas las cosas, del ambiente en que él crezca y de los estímulos que reciba desde temprano para reconocer sus talentos.
Lamentablemente, muchos siguen una infancia donde los reclamos de los padres exigentes los hacen llegar a la edad adulta sintiéndose incapaces de corresponder al ideal de perfección que les fue impuesto.
Sin percibir, aceptan esta condición como algo definitivo y se resignan a llevar una vida donde la inseguridad predomina, y en la cual los desafíos serán evitados a cualquier costo.
Para liberarnos de los paradigmas y creencias que dominan nuestra mente, es necesario un profundo trabajo de autoconocimiento. De a poco, este nos permitirá comprender que, al contrario de lo que suponíamos, encarar los desafíos no nos traerá sufrimiento, al contrario, puede llevarnos al encuentro de la sabiduría y de la madurez.
Aprender a mirar para adentro y ver donde reside nuestro mayor potencial, es una aventura que demanda paciencia y coraje. Pero, vencida la resistencia inicial, descubrimos que somos detentores de un poder que no es otorgado por ninguna entidad exterior a nosotros.
Este es intrínseco a nuestra naturaleza, estuvo siempre allí, a la espera de ser reconocido. No pertenece a la dimensión mundana de la vida, pero tiene su raíz en la inteligencia creativa que dio origen a todo lo que existe en el Universo; y, por eso mismo, no puede ser destruido a no ser por nuestra propia incredulidad.
Confiar en este poder es la única manera de permitir que éste se fortalezca cada vez más y se transforme en nuestra única identidad.
..."Tú no estás usando tu potencial en tu totalidad, lo estás usando apenas parcialmente, una parte muy pequeña, un fragmento. Y, si no estás usando tu potencial en su totalidad, jamás te sentirás realizado.
Esa es la miseria, esa es la causa de la angustia. Ustedes nacieron para ser místicos. A menos que seas un místico, a menos que vengas a conocer la existencia como un misterio - más allá de las palabras, la razón, de la lógica, de la mente - no has aceptado el desafío de la vida, has sido un cobarde. Tienes alas, sin embargo, lo has olvidado".
OSHO