Rogelio siempre ha sido un chaval dinámico, un multitareas que hace mil y una cosas al mismo tiempo. Muy energético, siempre con miles de ideas e ideales brotando en su mente, listos para concretizarse. No obstante, en la época de su crisis, no estaba apto para concluir nada de lo que empezaba, pues tanto sus focos de acción como de pensamiento, cambiaban frenéticamente a cada instante.
Cierto día, íbamos paseando en coche cuando, repentinamente, se paró ante un niño de la calle y sensibilizado con su estado precario de sobrevivencia, le ofreció todo el dinero que llevaba en la cartera. Se apiadó de tal modo por la situación del niño que llegó al punto de convencer al menor para que lo llevase a donde dormía, a fin de poder ayudar también a otros. Muy a mi pesar y aun habiéndole suplicado que no fuésemos allá, Rogelio montó al niño en el coche y fuimos hasta los alrededores, más precisamente bajo un viaducto, donde otros iguales se hallaban a la buena de Dios, tumbados en mantas y periódicos. Viendo aquello, Rogelio determinó que se los llevaría a casa al objeto de alimentarlos. Después de este episodio, las situaciones de impulso como esta se fueron agravando e incrementando, hasta que Rogelio fue convencido por mí y por su familia para buscar tratamiento.
Conocer el diagnóstico se nos hizo difícil al principio, pero confortador para todos, en la medida en que empezábamos a entender lo que sucedía y cómo.
Comprender que había solución, puesto que Rogelio quedaría estabilizado mediante el tratamiento, ciertamente fue lo mejor.
Rogelio estaba enfermo y necesitaba ser atendido.
Simpatizamos ambos enseguida, al conocernos y, al poco tiempo, enamorados, entablamos un noviazgo. Rogelio siempre se ha mostrado muy amoroso y trabajador. Es cierto que durante este tiempo de noviazgo le notaba un afán emprendedor desproporcionado; pero nada que hiciese desmerecer su persona.
Rogelio se adhirió al tratamiento, tanto al psiquiátrico como al psicoterapéutico, después de este episodio de manía, que es como se suele denominar la actitud de un bipolar cuando entra en estado de alegría y excitación muy por encima de lo viable. Es cierto que el tratamiento, añadido a la acogida familiar, fue fundamental para que se verificase su estabilización. Como resultado, hoy, Rogelio puede abrir espacio para dinamizar todo lo bueno que tiene, que no es poco.
Llevamos cuatro años de novios y dentro de seis meses vamos a casarnos. Rogelio y yo, su familia y la mía, somos conscientes de que, sin tratamiento, su humor puede quedar severamente comprometido y, por consiguiente, su calidad de vida decae drásticamente. Sabemos también que es poseedor de inteligencia y amor fantásticos. A mí, en particular me encanta su modo de ser intenso en absolutamente todo, y no abro mano de esta relación, de este vínculo, de este amor, por nada en este mundo.
Este fue el relato de Rosángela, paciente que me ha permitido describir parte de su proceso, rogándome únicamente que cambiase algunos detalles de su historia a fin de salvaguardar su privacidad.
En este caso específico, el estado depresivo llegó, pero duró poco gracias a la ayuda de la medicación y del proceso terapéutico en marcha.
Insistí en divulgar esta vertiente con la intención de que cada vez más personas puedan comprender y humanizarse en relación a ciertos trastornos que causan alteraciones emocionales. Estos pueden y deben ser tratados con terapia psicológica competente, juntamente con la ayuda medicamentosa, igualmente de un profesional. No pocas veces también los familiares pueden necesitar soporte terapéutico.
Si alguien entre tus conocidos está comprometido en algún espectro singular nombrado como enfermedad mental, has de saber que hay una sensibilidad fuera de lo común en estas personas y que todas merecen cariño, respeto y atención. Recordando que somos un todo formado por múltiples aspectos en nuestra personalidad. En el bipolar, por ejemplo, este será tan solo uno entre los aspectos de su personalidad total.
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos