La mayoría de los seres humanos, en algún momento, vive el dilema entre ser auténtico, exponer de modo claro y abierto sus sentimientos, o incorporar una persona, alguien que actúa de modo a ser aceptado y respetado por el resto del mundo.
Esta es una condición considerada natural, pues fuimos entrenados desde muy temprano a enmascarar la verdad acerca de quienes somos de hecho, para garantizar el amor de los demás.
Pero, a lo largo de la vida, cuando muchos desafíos se presentan, continuar viviendo el falso yo, puede volverse un enorme fardo. Hasta que llega un punto en que lo real dentro de nosotros grita para ser reconocido.
Ese grito puede tomar la forma de una crisis de pánico, una fuerte depresión o hasta un ataque de locura, cuando todas nuestras defensas y corazas que armamos para ocultar la realidad de nuestro ser, alcanzan una dimensión insoportable.
Traer de vuelta nuestro ser auténtico, aquel que fue amorosamente creado por lo divino, es un trabajo arduo, que debe ser emprendido de a poco, con paciencia y dedicación.
Muchas veces la mente nos llevará a querer desistir y creer que ésta es una tarea imposible. Pero, si tenemos el coraje de seguir adelante, a pesar del miedo, la existencia amorosamente nos traerá la ayuda y el apoyo que necesitamos.
Esta siempre responde al llamado de aquellos que buscan, por sobre todas las cosas, la verdad. El gran secreto es confiar y entregarse sin resistencia a este objetivo.
Esta es la actitud que diferencia los que alcanzaron la paz y la felicidad permanentes y los que aún se encuentran perdidos en la oscuridad de una vida inconsciente.
"EL MIEDO A EXPONERSE
¿Quién no lo tiene? Exponerse crea un gran miedo. Es natural, porque exponerse significa exponer toda la basura que llevas en tu mente, la basura que ha sido amontonada por siglos, por muchas vidas. Exponerse a si mismo significa exponer todas tus debilidades, limitaciones, fallas. Exponerse significa, por fin, exponer tu vulnerabilidad.
Por detrás de toda esa basura y barullo de la mente existe una dimensión de completo vacío. Sin Dios una persona es hueca, es un simple vacío, es nada. Quiere esconder esa desnudez, ese vacío, esa fealdad. Entonces se cubre con bellas flores y decora esa cobertura. Por lo menos finge que es alguna cosa, que es alguien. Eso no es algo personal hacia ti. Eso es universal. Ese es el caso de todo el mundo.
Nadie consigue ser como un libro abierto. El miedo gobierna: ¿Qué pensarán de mi los otros? Desde tu infancia te enseñaron a usar máscaras, bellas mascaras. No hay necesidad de tener un lindo rostro, solo una bella mascara es suficiente, y la mascara es barata. Es arduo transformar tu rostro, pero pintarlo es muy simple.
Ahora, de repente, exponer tu rostro verdadero te da escalofríos en el centro más profundo de tu ser. Un temblor surge: ¿a los otros les va a gustar? ¿las personas irán a aceptarte, las personas continuarán amándote y respetándote? ¿quién sabe?. Porque ellos amaban tu mascara, respetaban tu carácter, glorificaban tu vestimenta. Ahora el miedo aparece. "Si yo, de repente, me quedo desnudo, ¿continuarán amándome, respetándome, valorizándome, o todos ellos huirán lejos de mi? Ellos pueden retornar a sus caminos y yo puedo quedarme solo".
Las personas, entonces, siguen representando. Debido al miedo, hay fingimiento, debido al miedo, todas las falsedades. Para ser auténtica, esa persona precisa no tener miedo.
.Si consigues exponerte religiosamente, no en privado, no con tu psicoanalista, sino simplemente en todas tus relaciones. eso es auto-psicoanálisis. Eso es veinticuatro horas de psicoanálisis todos los días.
Eso es psicoanálisis en todo tipo de situación: con la esposa, con el amigo, con los parientes, con el enemigo, con el extraño, con el jefe, con tu empleado. Por veinticuatro horas te estás relacionando.
Si continuas exponiéndote. al principio va a ser realmente asustador, pero enseguida comenzarás a ganar fuerza porque una vez que la verdad es expuesta, esta se vuelve más fuerte y la no verdad muere. Y con la verdad volviéndose más fuerte, te vuelves más enraizado y centrado. Comienzas a volverte un individuo. La personalidad desaparece y el individuo aparece.
La personalidad es falsa y la individualidad es sustancial. La personalidad es simplemente una fachada y la individualidad es tu verdad. La personalidad te es impuesta desde afuera, es una persona, una máscara. La individualidad es tu realidad, ésta es como Dios te hizo. La personalidad es una sofisticación social, un pulimiento social. La individualidad es cruda, salvaje, fuerte y con tremendo poder.
Solamente en el comienzo, habrá miedo. Por eso la necesidad de un Maestro, para que al comienzo pueda tomarte de la mano, para que al comienzo pueda darte soporte, para que pueda llevarte a dar algunos pasos con él. El Maestro no es un psicoanalista. Es mucho más que eso. El psicoanalista es un profesional y el Maestro no es un profesional. No es su profesión ayudar a las personas, es su vocación, es su amor, es su compasión. Y por esa compasión te conduce apenas cuanto necesitas. En el momento en que siente que puedes ir por si mismo, comienza a soltarte las manos. A pensar de que quisieses continuar agarrado, él no puede permitirlo.
Una vez que estés listo, con coraje y desafiador, una vez que tengas vivenciado la libertad de la libertad, la libertad de exponer tu realidad, podrás seguir por ti mismo. Conseguirás ser una luz para ti mismo.
El miedo es natural porque desde el inicio de la infancia te enseñaron falsedades, y te volviste tan identificado con lo falso que abandonarlo casi parece cometer suicidio. El miedo surge porque una gran crisis de identidad aparece.
.El miedo es natural. No lo condenes y no sientas que está mal. Es apenas parte de toda esa educación social. Nosotros tenemos que aceptarlo e ir más allá de él. Sin condenarlo, tenemos que ir más allá de él.
Expone poco a poco, no hay necesidad de dar saltos que no puedas administrar. Ve paso a paso, gradualmente. Nunca alcanzarás otra identidad. Tu vieja identidad se habrá ido y, por primera vez, comenzarás a sentirte como una onda en el océano de Dios. Eso no será una identidad porque no estarás allí. Habrás desaparecido. Dios se habrá apoderado de ti.
Si pones en riesgo lo falso, la verdad podrá ser tuya. Y ésta lo vale, porque pones en riesgo apenas lo falso y ganas la verdad. Nada arriesgas y lo ganas todo.
.El inconsciente es una creación de la civilización. Cuanto más civilizado seas, más inconsciente serás. Si eres absolutamente civilizado, serás un robot, serás absolutamente inconsciente. Eso es lo que está sucediendo.Esta calamidad está sucediendo en todo el mundo. Eso tiene que parar. Y la única manera de parar eso es ayudando a las personas a sacar afuera sus inconscientes en las meditaciones".
OSHO. THE GUEST