Llegó, entonces, el día del tan esperado viaje al Caribe, el mar que de tan azul llega a anegarnos en su inmensidad. ¡Qué sensación de plenitud!
Cancún es una ciudad situada en la costa del estado de Quintana Roo, en Méjico, en una península que se ha convertido en uno de los centros turísticos más importantes del mundo, y que ha logrado preservar sus bellezas naturales y su cultura ancestral, representada en ciudades mayas como Tulum, Uxmal o Chichén Itzá, fundadas en el período precolombino.
En Cancún hay cerca de 22 kilómetros de playas de arena fina, divididos entre la laguna y el mar, de un azul claro transparente increíble. Un escenario perfecto para llenar los ojos, resplandecer la mente y hacer pulsar en el corazón una profunda gratitud por haber podido un día participar en todo este espectáculo de la naturaleza.
Según llegamos al hotel, abrí la puerta de la terraza y me quedé sin aliento al ver el mar inmenso ante mí, de un azul indescriptible, y enseguida pensé: ¡cuán increíble es Dios en sus obras!
Después de reponernos de un viaje un tanto fatigoso hasta dar llegado allí, y tras el primer baño de mar que se hacía irrecusable, abrí el cajón de la mesilla y encontré una revista con un artículo muy interesante, escrito por una señora de 95 años que no se identificó, en que relataba toda la sabiduría que había conquistado a lo largo de su vida. Yo, que estaba tan repleta por el lugar, me abstraje y me enfrasqué en la lectura, que decía lo que sigue:
- gastamos una enorme cantidad de tiempo afligiéndonos con situaciones que, muy frecuentemente, ni siquiera llegan a suceder;
- nunca des cancha a la escasez en tu mente, pues si lo haces no habrá sitio para la abundancia;
- no hay planificación rígida capaz de conducirnos a la felicidad;
- ¿por qué esperar a que la vida comience?
- nuestra mente está siempre procurando protegernos contra el rechazo y comparándonos a otras personas;
- tenemos una enorme tendencia a crear una imagen fantasiosa y a continuación nos comparamos con ella;
El texto era enorme, y lo dejé en ese pedazo. Me puse a reflexionar, cómo podemos sentirnos plenos, donde quiera que fuese, si arrastramos con nosotros un enorme fardo de conquistas no realizadas, de sueños sin la menor posibilidad de realización, de falta de amor, de falta de atención, de falta de cariño, de falta de realización personal, de falta de dinero.
En cualquier parte del mundo, si no cuentas con tu equilibrio personal, tu paz interior y la eliminación de los bloqueos que se han formado a lo largo de tu vida, será imposible que encuentres la felicidad.
Y Dios sólo podrá manifestarse en tu vida si haces el silencio necesario para escucharlo, y de este modo, conducir tu vida a un Orden Divino.
Hace algún tiempo atendí a un muchacho que decía sentirse frustrado y decepcionado con la carrera que tanto había anhelado; era norteamericano, y como en los Estados Unidos junto a las facultades se incentiva mucho el deporte, él aunó ambos objetivos en uno, logró obtener una beca en una de las mejores universidades e hizo de su amor por el deporte el trampolín para llegar a donde deseaba. Se graduó en cinco años y luego empezó a trabajar en el sector electrónico, en una de las más importantes empresas de su país. Sin embargo, en menos de un año lo habían despedido de forma injusta, simplemente por la envidia que sentían sus compañeros por su desempeño, el célebre tirar por la alfombra. Lo mismo le había ocurrido en la segunda empresa y en la tercera. Cuando se casó, trabajaba con su suegro y en poco tiempo la empresa cambió de dueño y los nuevos socios lo sustituyeron de inmediato. Se mudó al Brasil, con el propósito de empezar una vida nueva y ya en su primera experiencia de trabajo, tras lograr buenos resultados en el sector ventas y con una enorme comisión por recibir, había sido despedido por mala fe de la empresa.
Llegó a mi consultorio por indicación de un compañero de su esposa, que había llevado a cabo un tratamiento conmigo en busca de apalancar su carrera profesional.
Inicié, entonces, el tratamiento con la Mesa Radiónica, con el fin de equilibrarlo y descubrir cuál era el bloqueo original que le hacía repetir las situaciones. Identifiqué una enorme pérdida en su vida, cuando su padre fue a la quiebra y él tuvo que irse a un colegio público, perdiendo todos sus amigos de curso. Aquel momento quedó registrado como bloqueo en su mente, indicativo de que a las situaciones de éxito les sigue siempre un fracaso, y así fue como atrajo en toda su vida situaciones similares, en una tentativa de hacer una historia diferente.
Hoy se encuentra muy bien colocado como presidente de una conocida multinacional.
De todo esto, queda la pregunta inicial: ¿qué falta en mi vida? Si en este momento has identificado lo que te falta, elimina el bloqueo que impide esta conquista y lánzate a la felicidad.