La semana pasada, cuando escribí sobre el Don e hice algunas preguntas... parece que el Universo realmente quería que yo cuestionase sobre los Dones porque Él me ha dado algunas respuestas que para mí han sido preciosas.
He comprendido que el equilibrio es una clave fundamental en ese caso y que muchas veces, al buscar los Dones, nos salimos del equilibrio. Explicándolo mejor, por lo que me ocurrió a mí, fue lo siguiente. Yo trabajaba en una cosa y durante mucho tiempo notaba que había algo que yo sabía hacer y que sería una bendición, pero no tenía la menor idea sobre qué podía ser. y al mismo tiempo iba perdiendo el entusiasmo por mi trabajo, pero no me decidía a buscar otra cosa que me gustara, bien por acomodación, miedo, memorias de no merecimiento, o por no tener ni idea de que realmente había otra posibilidad de trabajo en la cual yo me sentiría en casa. el caso es que he ido aplazándolo, permaneciendo en el trabajo que ya no me gustaba, hasta el punto en que ya no lo soportaba más. había llegado al límite de lo soportable. mi Alma me llamaba y yo no sabía a dónde ni para qué.
Y fue entonces cuando, un día lleno de bendición, estaba en un receso del curso y vi un libro sobre la mesa. tomé el libro y lo abrí en una página cualquiera y leí. Leer aquello fue para mí como un bálsamo para un dolor que era muy profundo. fue una esperanza donde no sabía siquiera que pudiese haberla. El libro era Las Siete Leyes Espirituales del Éxito, de Deepak Chopra, y la página es la que habla sobre el propósito Divino:
Todos tenemos un propósito de vida. Un don singular o un talento único que ofrecer a los demás.
Y, cuando mezclamos ese talento singular con un beneficio para otros, experimentamos el éxtasis de la exultación de nuestro propio espíritu - entre todos, el supremo objetivo.
La séptima ley espiritual del éxito es la ley del dharma. La palabra dharma viene del sánscrito y significa propósito de vida. Según la ley del dharma, asumimos la forma física para cumplir un propósito de vida. El campo de la potencialidad pura es divinidad en esencia. Es el divino Dios asumiendo la forma humana para cumplir un propósito.
Conforme a esta ley, tú tienes un talento singular y una manera única de expresarlo. Hay algo en ti que tú eres capaz de hacer mejor que nadie. Y para cada talento singular, en su forma única de expresarse, hay necesidades específicas. Cuando esas necesidades se combinan con la expresión creativa de su talento, surge la chispa que crea la riqueza. Deepak Chopra.
Aquello fue todo lo que yo necesitaba para dejar de una vez lo que hacía e ir en busca de mis Dones.
Y desde entonces ha sido un largo y encantado camino de descubrimientos. Sólo que no todo son flores. encontrar lo que me gusta hacer, no tiene precio. y he podido experimentar toda la magia del trabajo que es puro placer, donde el tiempo parece no existir y donde te sientes en conexión con algo que te hace sentirte como en casa. pero esa es sólo una parte. para que todo eso se complete es preciso no olvidarnos del otro lado, y confieso que lo he olvidado un poco.
Y es que era todo tan bueno y me sentía tan en casa que no me daba cuenta siquiera de que. al dejar el trabajo que hacía, que era algo que no tenía nada que ver con ese trabajo espiritual, y zambullirme por entero en la búsqueda del auto-conocimiento y del Don, he dejado muy de lado las cosas de la Tierra.
Entiendo que ese lado de la espiritualidad siempre me ha llamado, desde pequeña, pero fue sólo a partir de esa búsqueda del Don cuando me zambullí de vez. Y fue como cuando estiras un elástico que estaba sólo hacia un lado, él se va hacia el otro con mucha fuerza y vuelve. va. vuelve. hasta encontrar el centro. Esto me ocurrió a mí, y ahora comprendo que al dejar un trabajo en el cual tuve que llegar a mi límite, esto hizo que yo me fuese exageradamente sólo hacia el otro lado, el lado de la espiritualidad sin hacer algo que siempre me habían dicho que hiciese. profundizar mis raíces en la Tierra.
Ya hace bastante tiempo que tengo esa conciencia e intento hacer ese puente, pero sólo ahora advierto que estoy equilibrando esos dos lados tan sagrados de nuestra naturaleza. el del Cielo y el de la Tierra.
Una de las cosas que me mostró la importancia de ese equilibrio fue un día, cuando ya había percibido ese llamamiento al equilibrio mediante algunas señales, en que noté que mi Internet iba muy lenta. telefoneé a la operadora y ellos me dijeron que yo tenía derecho, según mi plan, a diez megas de velocidad, pero. mi casa sólo soportaba 5, y por culpa de ese desequilibrio lo cierto es que estaba recibiendo sólo 2.
Entendí que cuando nos dedicamos a una conexión con otras realidades y si tienes mucha facilidad para ello, acabas entusiasmándote tanto que te olvidas de que, para que eso sea algo bueno y provechoso, es preciso que tu vehículo aquí en la Tierra esté equilibrado en la misma proporción. De qué sirve una conexión muy grande con otras realidades si no damos atención a nuestras raíces aquí en la Tierra para que esa conexión se manifieste plenamente.
Esto me aportó mucha claridad acerca de la importancia del equilibrio.
Claro que cuido mi cuerpo, mi alimentación. pero he comprendido que el problema estaba relacionado con el lado material, con las memorias equivocadas que afloran cuando buscamos la espiritualidad. Hay muchas creencias que salen a la superficie cuando nos zambullimos en esa búsqueda espiritual y muchas de esas creencias, que son inconscientes, nos llevan a considerar el lado material como si fuese negativo. La imagen de las cosas materiales a menudo se ve muy denigrada por algunas religiones. y, como en otras vidas ya vivimos varias experiencias en esta o aquella religión. inconscientemente nos vemos influenciados por esas memorias equivocadas. y esto acaba por hacer que las cosas entren en desequilibrio. Pasamos a dar mucho más valor y atención a uno de los lados y dejamos al otro un poco aparte.
Una vez más recurrí al Ho'oponopono y un cambio muy grande sobrevino. aquel trabajo que dejé de lado, porque ni siquiera conseguía mirar para él, me llamó nuevamente. A decir verdad, el Universo lo colocó así delante de mí indicándome que yo no había cerrado aquellas cosas, simplemente las había abandonado.
Y para sorpresa mía, descubrí en él un encanto que nunca imaginé. y ahora le dedico un tiempo a él y a los dibujos. y a mi conexión. y en todo lo que estoy haciendo puedo poner lo mejor de mí.
Esa está siendo mi experiencia en este momento, no sé a dónde esto irá a dar, pero noto que necesitaba esto ahora para hacerme más entera. y más flexible.
Y respecto a cuánto bien eso me está haciendo, no tengo palabras. Trato de honrar mi Cielo y mi Tierra en la misma proporción. y estoy encantándome con los dos.
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