Revelación sorprendente producida en una sesión terapéutica, con solamente una observación: esta paciente presentaba el síntoma de roer las uñas, algo bastante común, que se da en muchas personas. Lo que, por tanto, diferencia y particulariza cada ser humano y a ella misma en este caso, es la creatividad de la mente en la organización del psiquismo, pues cada cual es absoluto en la creación de las estrategias de supervivencia.
Este relato fue grabado y transcrito con la autorización de la paciente que pasó por la terapia de reprocesamiento cerebral y de acceso directo al inconsciente. En la terapia trabajó con varios aspectos de sí misma que funcionaban como identidades independientes y que a menudo actuaban de modo antagónico. Por increíble que pueda parecer, todas estas entidades que veremos actuando dentro de ella estaban a su servicio, intentando, aunque precariamente, hacer que el todo de ella sobreviviese.
Recuérdese que este tipo de esquema mental suele ser creado cuando aún somos demasiado pequeños y sin los recursos psicológicos que podemos tener con el paso del tiempo.
***Este tipo de sesión/tratamiento engloba el planteamiento, la metodología y las técnicas específicas, no transcritas aquí en aras de la economía de palabras y también para dinamizar el entendimiento de la secuencia lógica de comprensión y reprocesamiento que resultó en la incuestionable mejora en la vida de la paciente.
Terapeuta: - ¿Tienes alguna anécdota que contar, en que hayas obrado por impulso, y sin pensar te hayas roído las uñas?
Paciente: - ¿Alguna anécdota? Tengo tantas que parecen condensarse en una sola que es una vida entera. Lo cierto es que ni me acuerdo de cuando empecé a roerlas por primera vez. Tengo una escena que no sé siquiera si es real y que ha surgido en mi mente en una de las muchas veces en que intenté buscar mi primera vez, a fin de encontrar quizá el sentimiento que ha disparado en mí el momento en que probablemente adquirí ese comportamiento indeseable de roer las uñas.
… Roerme las uñas, ya no soy capaz de soportarlo. Pero tengo una sensación de irritabilidad, como algo inconsciente, eso es lo que yo siento y de inmediato me pongo desenfrenadamente a roerlas.
Terapeuta: Cuenta la anécdota que te viene a la mente, puede ser reciente, pasada, da lo mismo.
Paciente: Hoy, en el coche, de repente, sin más, empecé.
Terapeuta: Cuéntalo como si estuviese sucediendo ahora. ¿Qué hora es? ¿En qué estás pensando? ¿A dónde te diriges?
(Técnicas de reprocesamiento en marcha)
Paciente: Las doce y media del día, me dirijo al trabajo, pensando en las incontables cosas que tengo para hacer, para dar cuenta en el trabajo y en mi vida. Tengo que ir aprisa, no puedo retrasarme. Tengo la insoportable sensación de tener que estar atenta a todo, de tener que hacerlo todo bien; en una especie de desesperación, de ansiedad, me entran ganas de tirarlo todo por la borda, no soporto toda esta presión interna de tener que dar cuenta de todo. Yo no quiero hacer nada así tan seriamente, de ese modo.
…Quiero estar relajada… Sin tensión… Sin obligaciones (la paciente padece arcadas de vómito, relata que parece tener un bollo dentro del estómago)
Terapeuta: Respira hondo… Cuéntame, entonces ¿qué es lo que tú tienes que ser?
Paciente: He de ser seria, he de estar tensa, entonces, estando tensa estaré enfocada, estaré alerta. Despierta.
Terapeuta: Dices que si te pones tensa, prestas atención. Entonces, si estás relajada no prestas atención ¿es eso?
Paciente: Sí.
Terapeuta: Mira a ver si eso es verdad.
Paciente: No. Puedo relajarme y también prestar atención.
Terapeuta: Si no te relajas y prestas atención, ¿qué es lo que evitas?
Paciente: No tendré ninguna distracción.
Terapeuta: Y si no tienes ninguna distracción, ¿qué serás?
Paciente: Seré más competente.
Terapeuta: Entonces ¿lo que estás diciendo es que: Seria y tensa = más competente?
Paciente: Sí.
Terapeuta: Si estás enfocada, ¿verás todo lo que necesitas ver?
Paciente: Sí… Dios mío… ahora me veo, estoy castigándome para que preste atención… guau… roo las uñas, me pongo a roerlas con una dosis de irritación, castigándome como si estuviese golpeándome, a veces me hago daño y me pongo triste por eso…
Terapeuta: Enfocar, prestar atención a algo y golpearte para que prestes atención.
Paciente: Yo vivo para castigarme todo el tiempo, me vigilo todo el tiempo. Cuando tengo más quehaceres las roo más, nunca lo había notado. Vivo tensa todo el tiempo, vigilándome, para que preste atención a las cosas y no distraerme, soy un general para conmigo.
Terapeuta: ¿Qué tipo de personas necesitan ser golpeadas para que presten atención?
Paciente: Los idiotas
Terapeuta: Entonces los idiotas necesitan ser golpeados para que presten atención y se enfoquen.
Paciente: Sí.
Terapeuta: Ser golpeado hace ser más competente. Las personas idiotas son competentes. (Porque tú nunca cesas de roer… de golpearte). Idiotas = son golpeados = se enfocan = son competentes. Entonces tú tienes que roer tus uñas para ser competente. ¿Es eso?
Paciente: Sí, roer las uñas me hace prestar atención. Roer las uñas = idiota = ansiedad. El roerme las uñas es porque soy incompetente y distraída. Las personas distraídas son idiotas y deben ser golpeadas. Yo soy una idiota y por eso me roo las uñas. Me veo roer las uñas y pienso que soy una idiota. Y vuelvo a roerme las uñas para golpearme, para hacerme daño porque tengo que despertar, porque soy una incompetente, burra idiota, que si me dejo relajar no voy a prestar atención. Una estúpida. Al roerme las uñas considero que soy una estúpida por haber roído las uñas y me detesto y más me golpeo y más me roo las uñas por eso.
Terapeuta: Roer uñas = idiotas = estúpidos = ansiosos = punición. Y eso hace estar más enfocados y prestar más atención.
- Los idiotas y los estúpidos son ansiosos.
Los idiotas y estúpidos están tensos
Los idiotas son competentes, porque llevan palizas para que presten atención y así serán competentes y serán idiotas y estúpidos.
Las personas tensas son competentes.
Los idiotas y estúpidos se roen las uñas
Los idiotas son competentes
Entonces: Me roo las uñas y estoy tensa para ser competente – enfocada, y para prestar atención = Soy una idiota = Soy estúpida.
Las personas listas prestan atención y están enfocadas mientras están relajadas ¿= personas incompetentes?
Terapeuta: - ¿Qué pasaría contigo si estuvieses relajada y enfocada?
Paciente: Yo sería feliz. Yo sería libre.
Si yo fuese libre y feliz no conseguiría ser competente. Las personas libres y felices son incompetentes.
Terapeuta: Entonces ¿lo correcto es decir que: Las personas limitadas, tristes, serias y tensas son competentes?
Entonces tu orden oculta es: Roer las uñas es seguro. Ser libre es peligroso. Yo no puedo estar relajada, libre y competente. Estar relajada y libre es peligroso.
- Si yo fuese feliz no sobreviviría porque no voy a enfocarme, no voy a prestar atención…Terapeuta: ¿Cuál es el motivo oculto?
Paciente: No ser libre… ¡sí! ¡He captado eso!
Terapeuta: ¿Es eso lo que tú quieres?
Paciente: ¡NOOOOOOO!
Terapeuta: ¿Cuál es tu nuevo conocimiento? ¿Qué has aprendido de esto?
Paciente: Que hasta hoy he estado funcionando de este modo:
- Que ser libre es peligroso.
- Ser feliz es peligroso.
- Estar relajada es peligroso.
Mira… a decir verdad, a mí me gusta ser feliz, pero lo soy a escondidas… guau… entonces, yo no puedo ser feliz en todo lugar ni estar relajada ni ser feliz… Si soy feliz en un lugar escondido que nadie o casi nadie sabe, entonces, ¡yo no soy libre y soy triste y tensa! ¡La verdad es que yo no era libre! Estaba perdiendo mi tiempo antes, perdiendo mi vida…
…Estaba disociada, había muchas dentro de mí… Una que me roía toda, castigándome, otra queriendo ser libre, un ambiente interior caótico, enloquecido de verdad.
Una loca castigando, golpeando, apaleando, otra que sería la mala y no menos enloquecida, para ser castigada y otra queriendo ser libre… ¡y yo, otra más, contemplando todo esto horrorizada sin saber cómo romper este angustioso ciclo de terror repetitivo! Ay…
En este instante, soy capaz de ver a muchas dentro de mí… No es bueno hacer daño a mi self, hacerme daño royéndome las uñas… Y yo estaba siempre haciéndome daño, hiriéndome como una niña mala…
Eso, esas instancias mías no eran buenas para mí, algunas partes mías no apreciaban a otras partes de mí misma… Había un aspecto mío, una instancia mía muy mala para conmigo. Consigo visualizar ahora una instancia dentro de mí, loca…
No era justo. No había justicia dentro de mí, sino una dinámica loca y punitiva. Es ahora, no estaba siendo justa ni coherente conmigo misma.
Dios mío… parece que ahora empieza de veras a hacerse la justicia real dentro de mí… ¡ahora veo todo este complejo interno, su funcionamiento, cómo estaba funcionando hasta ahora…!
Terapeuta: ¿Estás presenciando la curación de la naturaleza de tu conflicto?
Paciente: Sí. Todo eso lo veo como un complejo. Literalmente loco, una forma loca de ser.
Terapeuta: ¿Te perdonas a ti misma?
Paciente: Es lo mejor que puedo hacer por mí, siento compasión, me perdono, claro. Perdono a todos mis yo. ¡Sin cabeza! Y con poquísima referencia sobre quién soy yo hoy y sobre quién yo podría ser.
…Estaba enferma y no lo sabía… En este instante consigo ver las imágenes de todas esas personas dentro de mí. Interesante… parece que ellas estaban todas localizadas en la región de mi estómago… yo siento compasión por todas, por todo este complejo organizado, en este caos…
…Es como si en algún tiempo yo me hubiese partido en muchas, creando todas estas instancias para salvarme. Ellas estaban intentando hacer lo mejor dentro de su conocimiento para ayudarme… Y así, ahora estoy acogiéndolas a todas. Es humano, estamos todas juntas ahora, en paz, acogidas… Estamos descansando, después de mucho tiempo intentando sobrevivir en aquella construcción de realidad tensa, sufrida, punitiva…
Estas instancias parece que están descansando ahora… ahora parece que están como en un sueño… yo las veo como en un sueño… interesante… parece que están sin vida… o que ni siquiera existen… se alejan como el recuerdo de un sueño que gradualmente va borrándose de la mente… desvaneciéndose… guau…
Parece que todo ha sido un sueño y que lo dejé marcharse, dejé que todas se fuesen como un sueño cada vez más lejano…
…Me siento vacía.
Hummm… mi respiración se hace profunda, amplia, creo que había mucha gente aquí dentro ocupando espacio…
Terapeuta: ¿Y ahora?
Paciente: Noto que estoy libre, me sube una oleada de alegría, un sentimiento de expansión y tranquilidad al mismo tiempo. Ahhhh… Ese es el efecto, una desposesión, ¡eso es lo que ha ocurrido…!
Ese es el motivo por el cual yo nunca conseguía hacer muchas de las cosas que deseaba… estaba vigilada, castigada y cercenada todo el tiempo, golpeada siempre de tantos modos, pero en este momento me siento feliz y libre.
Desde el final de esa sesión la paciente perdió la demanda de roerse las uñas y con eso en muchos otros aspectos de su vida se ha producido un cambio en autonomía, que se ha sumado a nuevos conocimientos acerca de sí misma.
La lección que queda es que existe neuroplasticidad cerebral, de alma y de realidades. O sea, todo puede cambiar en cualquier instante, basta tener atención, foco, determinación; y si necesitas ayuda externa, este mismo foco, determinación y atención te guiarán para lo que fuese necesario.
Es la ley.
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos