Hace casi diez años escribí y publiqué en el STUM un artículo sobre Las Siete Leyes Herméticas, también llamadas Principios Herméticos o también Las Leyes de la Sabiduría. De hecho, los nombres que damos a esos axiomas, (provenientes de Egipto) me vinieron a la mente la semana pasada, mientras hacía el curso de Mesa Radiónica con la querida Isabel Carapinha, colaboradora del STUM. Mi relación con Isabel empezó a menudear el año pasado, cuando deseaba hacer efectiva la venta de mi apartamento y la compra de otro. Su ayuda, puesto que trabaja desde hace más de veinte años con la Radiestesia y con la mesa radiónica, fue tan eficaz y los resultados tan inmediatos que acabó interesándome esa técnica que emplea la energía para modificar, trasmutar e incluso eliminar aquellos bloqueos que a menudo impiden que la vida de uno fluya naturalmente, y con ello logra proporcionarnos la prosperidad y la felicidad que tanto merecemos.
Una de las afirmaciones contenidas en el libro “Caibalión”, que contiene las Leyes Herméticas, me ha llamado particularmente la atención: “Todos pueden cambiar las vibraciones mentales por un esfuerzo de la Voluntad en una dirección determinada, fijando la Atención sobre un estado más deseable. La Voluntad dirige la Atención, y la Atención cambia la Vibración. Cultivad el Arte de la Atención por medio de la Voluntad y aprenderéis el secreto del Dominio de las Disposiciones y de los Estados Mentales”.
El Primer Precepto Hermético, llamado Principio del Mentalismo, afirma: “Todo es Mente, el Universo es Mental”. Ese principio explica que “EL TODO (que llamamos Dios) es la realidad sustancial que se oculta en todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo el nombre de Universo Material, Fenómenos de la vida, Materia, Energía; o sea, todo lo que tiene apariencia a nuestros sentidos materiales es ESPÍRITU, es INCOGNOSCIBLE, es INDEFINIBLE en sí mismo, pero puede ser considerado como Mente Viviente Infinita y Universal”. Más adelante enseña también que todo el mundo fenomenal, el Universo, es simplemente una “Creación Mental del TODO” en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestra existencia. Podemos deducir, por tanto, que si somos hechos a imagen y semejanza de Dios, y tenemos una mente generadora de energía creadora, entonces podemos también crear nuestra realidad manifestándola, puesto que la materia no es más que “la fuerza mental coagulada”. Este es un pensamiento que los antiguos alquimistas tenían en mucha estima. Reflexionad sobre él.
Pero volvamos a la radiestesia. Radiestesia es una palabra compuesta por dos términos distintos: radius, que viene del latín y significa radiación, y asithesis, de origen griego y que significa sensibilidad, indicando así la “sensibilidad a las radiaciones”. Su antigua designación era igualmente conocida como rabdomancia. Antiguamente los rabdomantes se servían de varitas para descubrir venas de agua o fallas geológicas que emanaban energías negativas. La varita y el péndulo de hoy son simplemente objetos capaces de amplificar la vibración energética encontrada y sintonizada por el radiestesista, que en el caso es una persona sensible a esas vibraciones. Los magos y las brujas usaban (¡y usan!) la varita mágica con el mismo propósito: la fuerza de la mente coagula la energía mental y la materializa. La varita y el péndulo solamente potencian la intención.
El Tercer Principio Hermético es el Principio del Ritmo. El péndulo que se emplea para medir las energías funciona con ese principio y se mueve de manera ritmada en las direcciones de las energías que tienen la misma sintonía y logra dar una respuesta a nuestras preguntas, bien moviéndose en sentido horario o bien anti-horario. A través de gráficos especiales es posible también modificar las energías encontradas para crear una forma-pensamiento que, con la fuerza mental y con la vibración de la afirmación (el verbo) creará la egrégora capaz de materializarse en el mundo físico.
Hay todavía otro Principio, llamado Principio de la Transmutación Mental. Los antiguos alquimistas eran astrólogos y conocían los efectos de la sintonía existente entre todas las fuerzas del universo. No hacían ninguna ‘obra alquímica’ en momentos astrológicos inadecuados para el trabajo que estaban ejecutando. Del mismo modo, en mis estudios actuales, procuro aliar este nuevo conocimiento de radiestesia y radiónica, que he adquirido, a mi conocimiento astrológico para encontrar el mejor momento astral y poder ayudar todavía más y mejor a mis clientes.
Lo explico: yo realizo un diagnóstico por medio de una Previsión Astrológica (mensual, trimestral o anual) y mediante esa consulta percibo que mi cliente tiene una dificultad en una determinada área de su vida. Salud, relaciones, finanzas, son las principales áreas, pero puede haber otras. ¡Al fin y al cabo, todos tenemos objetivos y metas que queremos alcanzar! Un matrimonio, una casa, un empleo, un viaje, en fin, ¡metas! En el mapa puedo encontrar el momento astrológico más adecuado, cuando las energías estarán más favorables para la conquista de esa meta ¡y entonces puedo crear, con ayuda de la radiestesia, una egrégora capaz de facilitar la materialización de la meta propuesta! Hay diferentes gráficos radiestésicos, que se emplean para diferentes finalidades.
¡Por otra parte, la Mesa radiónica tiene como principal finalidad eliminar los bloqueos que impiden la completa realización de una vida feliz, armónica y próspera! En la Mesa se miden las energías que tienen influencia sobre la persona en aquel momento (estando ella presente o no), pero que pueden tener causas pasadas, incluso ancestrales. Y entonces el trabajo del radiestesista será intermediar en la transmutación de las energías negativas en positivas, por medio de la invocación a lo Divino, y siempre con la humildad que debe orientar todas las peticiones de ese tipo.
Cada vez más me convenzo de que el estudio del ocultismo me ha hecho internarme en un único y mismo camino. Es el camino que me une al TODO. El hermetista aprende a manifestar su voluntad en el Plano Mental y en el Plano Físico, y el péndulo, que se manifiesta en la Ley del Ritmo, puede ser útil para neutralizar, permutar y transmutar lo negativo en positivo, de un plano para el otro, del plano inferior para el plano superior, o viceversa, pero siempre con el auxilio del Plano Divino.Bueno, apreciados lectores, os invito a leer las Siete Leyes de la Sabiduría en mi Website personal link Sabed más sobre mis consultas, presenciales o a distancia, tanto en astrología, como en tarot, EFT* o radiestesia, y entrad en contacto conmigo en la dirección [email protected]. ¡Me alegrará mucho poder ayudarte! ¡Recuerda que sólo el Conocimiento hace al hombre libre de la esclavitud de las tendencias hereditarias, de las influencias externas, de las sugestiones de los medios y de todo aquello que tiende a mover a las personas como piezas de ajedrez en un tablero!
¡Deseo a todos una semana repleta de cosas positivas, armonía, felicidad, prosperidad y especialmente Unión con el Todo! ¡Sed felices!