Atraemos para nuestra vida todo lo que creemos, y cuánta más fuerza tienen nuestras creencias, más crean nuestra realidad… pero, aun sabiendo de la fuerza de nuestras creencias en la creación de nuestra realidad, ¿por qué las más de las veces no somos capaces de crear una realidad más feliz en sintonía con lo que queremos?
La mayoría de nuestras creencias son inconscientes y a menudo trabajan creando lo opuesto de aquello que nos gustaría para nuestras vidas… Sabemos que el Universo manifiesta más y más de aquello que enfocamos con más intensidad, pero, desgraciadamente, las cosas que tiran de nosotros hacia abajo por lo regular reciben mucha más atención por nuestra parte que aquellas que nos llevan hacia arriba y levantan nuestro astral.
Es muy frecuente ver a alguien que acaba de recibir una bendición, de cualquier tipo, y en lugar de aprovechar y vivir el momento de felicidad, prefiere irse al futuro y preocuparse pensando en si aquello va a durar… si va a pasar algo malo que dará al traste con todo; o incluso en medio de las cosas buenas que se manifiestan, buscará alguna, aunque sea pequeña, para tener motivo de queja… y así muchas veces la bendición acaba por convertirse en preocupación y estrés.
Tenemos el vicio de quejarnos, mucho más de lo que creemos… tenemos el vicio de ser víctimas, y cuando algo nos quita de esa posición, dándonos motivos para celebrar y agradecer, enseguida buscamos la manera de mostrar a todos que las cosas no van tan bien como parece…
Pasamos la vida tratando de adquirir cosas y vamos llenando nuestros armarios, nuestra mente, nuestro corazón; pero parece que cuando conquistamos lo que queremos, aquello ya deja de tener valor y pasamos a otro objetivo sin siquiera darnos cuenta de lo mucho que tenemos para agradecer… enfatizamos más lo que falta que lo que ya hemos alcanzado… ponemos más foco en lo que nos falta que en lo que tenemos, y con eso continuamos creando más y más situaciones de escasez…
La gratitud es siempre algo muy positivo y, cuánto más agradecemos, más motivos aparecerán para dar gracias…
Y, sabiendo esto, cada dos por tres, cuando no me siento bien, empiezo a dar gracias por las cosas buenas que tengo en la vida, y mira que no son pocas; pero parece que tenemos el vicio de valorar únicamente lo que no tenemos o lo que no va bien, y dar muy poco valor a lo que tenemos; a fin de cuentas sólo hay que mirar a nuestro entorno, en las noticias que nos llegan por los varios medios de comunicación, para percibirlo fácilmente… siempre se pone mucho más énfasis en lo malo que en lo que va bien… Parece que tenemos un miedo enorme a ser felices y nuestras creencias inconscientes nos mantienen en esos caminos de la escasez…
Ayer temprano desperté un poco sin ánimo, con cierta tristeza sin motivo aparente… menos mal que me acordé de la gratitud y empecé a dar las gracias por las cosas buenas que tengo… haciendo una lista y agradeciendo, reconociendo las muchas cosas que tengo y dando las gracias por ello…
Fue cuando una voz interior me orientó a ir más hondo en la gratitud… y por cada cosa que me daba motivos para estar agradecida, me vi reconociendo más profundamente que aquello era algo realmente para agradecer… creyendo… Y así fui haciendo despacio, en vez de sólo hacer una lista de agradecimientos fui entrando en cada una de las cosas y sintiendo en lo más hondo del corazón la gratitud y los motivos que tengo para estar agradecida…
Una energía buena y acogedora iba llegando y adueñándose de aquel estado en que desperté… sentí un alivio en mi garganta y en el corazón… y los motivos para agradecer las muchas bendiciones que recibo en mi vida eran mucho más reales y tangibles… y me pareció que todo estaba bien tal como estaba… que aquí y ahora no falta nada para ser feliz…
Publicado dia 6/10/2013 11:05:55 AM em STUM WORLD
