A la mayoría de nosotros nos enseñaron a lo largo de la vida a mantener bajo control las reacciones naturales y espontáneas. Así, crecemos acostumbrados a incorporar la represión y el control como requisito básico para tener una buena vida; y, de a poco, vamos aceptando esto como algo natural.
Disciplina -palabra utilizada para definir como debemos actuar para adecuarnos a las exigencias del mundo- es, en realidad, nada más y nada menos que control.
La verdadera disciplina consiste en la acción consciente para obtener algo que nos es valioso, como el crecimiento espiritual, por ejemplo. Para alcanzarlo se vuelve imprescindible seguir algunos pasos, que nos llevarán al encuentro de nuestro verdadero ser.
La meditación es el camino que exige cierta dosis de disciplina, para que sea vivenciada de modo pleno. El control, al contrario, tiene como raíz el miedo.
Este nos mantiene presos a patrones predefinidos, a los cuales intentamos adaptarnos de todas las maneras, aunque sean contrarios a lo que desea nuestra esencia.
Saber diferenciar uno del otro es lo que nos hará verdaderamente libres, pues al elegir el camino de la disciplina, estaremos optando por la libertad de ser quien realmente somos, sin ningún miedo o resistencia.
…"Si, de alguna forma, tienes la idea equivocada de reprimirte a ti mismo, entonces te volverás muy controlado, pero después serás frío.
Entonces, te volverás cada vez más indiferente, individual, no solidario, sin amor. Cometerás casi un suicidio. Estarás vivo, mínimamente. Puedes ser llamado apenas de “más o menos” vivo. No estarás ardiendo por completo, tu llama será muy débil… Habrá mucho humo y casi nada de luz.
…Personas controladas son siempre nerviosas, porque en el fondo el tumulto está por debajo, aún escondido. Si estás descontrolado, fluyendo, vivo, entonces no estás nervioso, no hay razón para que estés nervioso. Todo lo que sucede, sucede. No tienes expectativas sobre el futuro… Entonces, ¿por qué deberías estar nervioso?
…Para controlar, la mente tiene que continuar fría y congelada, ninguna energía vital puede moverse en sus miembros, en su cuerpo… Es por eso que las personas aprendieron a ser frías, como tocar a los otros y no tocarlos, la forma de ver a los otros y no verlos.
Las personas viven con clichés "Hola, cómo estás"? Nadie quiere decir nada. Estos son apenas para evitar el verdadero encontró entre dos personas. Las personas no se miran a los ojos unas a las otras, no se dan las manos, no intentan sentir la energía del otro… Un hombre de meditación aprende a ser lleno de energía, en lo máximo, lo mejor. Vive en el auge, vive en el ápice. Ciertamente tiene un calor…pero no es febril, solo muestra la vida.
…Este hombre está tan feliz, que no busca más la felicidad. Está tan cómodo, está tan en casa, no va a ningún lado, no está en ejecución y persiguiendo…
Si, por tus meditaciones, te estás volviendo frío, debes estar atento. Si tu meditación está volviéndote más caliente, más amoroso, más fluido, bien, estés en el camino correcto. Si estás volviéndote menos amoroso, si tu compasión está desapareciendo y una apatía está instalándose dentro de ti, entonces cuanto más rápido cambies tu dirección, mejor".
Publicado dia 7/10/2013 3:52:06 PM em STUM WORLD
