Los cambios pueden parecernos tan amenazadores que preferimos pasar la vida en la seguridad de los viejos modos de ser y de vivir, que ya no aportan satisfacción alguna, antes que arriesgar a entrar en lo desconocido que se nos revela cada día.
Nuestros miedos nos hacen aplazar la vida por tiempo ilimitado, siempre dejando para un futuro que nunca llega la supuesta felicidad que va a venir de algo que haremos un día…
El tiempo va pasando y nos vamos acostumbrando tanto a nuestras protecciones, que puede ocurrir que el Universo tenga que darnos una sacudida, poniéndonos ante cosas que ya no pueden ser aplazadas… tomando la decisión que ya deberíamos haber tomado para el cambio.
A menudo la vida nos sitúa frente a situaciones que nos hacen pensar que las cosas han llegado al fin… el fin de nuestros sueños, de nuestras esperanzas… en algún sector… pero puede ser precisamente el camino que el Universo ha encontrado para un recomenzar, para una vida más plena y satisfactoria.
Recientemente acompañé el desarrollo de una historia en que una persona se vio frente a una situación así… se vio ante lo que más temía… Aquello que representaba su mayor miedo se concretizó; y al principio las cosas fueron ciertamente difíciles, pero… con el paso del tiempo esa persona se transformó de una forma que nadie hubiera podido imaginar… y muchas de sus limitaciones y de sus miedos quedaron atrás… Observando a esa persona percibes claramente que ella ha pasado por un cambio tan profundo que muchas de las cosas que eran limitación para ella ahora parecen nunca haber existido… y ella tuvo acceso a partes creativas que antes ni siquiera se atrevía a manifestar, porque su energía se gastaba en crear escudos de protección para que su miedo no se manifestase.
El miedo nos hace crear tantos escudos de protección que acaban por convertirse en cárceles donde estamos prisioneros y cuando nos fijamos en lo que tememos, acabamos atrayendo aquello a nuestras vidas…
La curación, en este caso, vino por ese camino, donde ella pensó que las cosas habían llegado al fin en determinada área, pero lo cierto es que lo que ha venido después de que ella liberase los miedos ha sido el inicio de otra vida mucho más plena…
De una forma o de otra, cuando estamos listos para renacer, si no cooperamos trabajando nuestros miedos y nuestras limitaciones, el Universo provoca cambios, pequeñas muertes para grandes renacimientos…
Si de veras queremos transformar lo que no está bien… el día es siempre hoy y la hora es siempre ahora…
Los miedos son los mayores limitadores; y encararlos de frente, trabajando para liberar la causa de esos miedos, puede revelarnos partes nuestras que ni siquiera suponíamos que existiesen… Siempre que identificamos algún miedo, en vez de fingir que él no existe y aplazar un poco más la vida, podemos hacer algo para liberarlo…
Entre otras cosas, podemos hacer el Ho’oponopono pidiendo a la Divinidad que limpie en nosotros lo que está causando aquel miedo y lo transmute en pura Luz… es muy sencillo y funciona maravillosamente…
Cuando nos libramos de algún miedo… percibimos que, más allá de él, existe mucha más vida para ser vivida…