Hay diferentes orígenes posibles para sueños recurrentes, o sueños que se repiten.
En primer lugar vamos a analizar aquellos sueños que aparecen en una determinada fase de la vida y se repiten con bastante frecuencia durante un tiempo más o menos largo. Estos son como despertadores inconscientes, alertando en cuanto a la necesidad de resolver alguna cuestión, consciente o no, que en esa fase de la vida ha empezado a incomodar.
Ejemplo: Sin motivo alguno aparente comienzo a soñar que mi hijo, que aún es un niño, y que este año ha empezado a venir solo de la escuela, es perseguido por un marginado peligroso mientras vuelve de la escuela. En el sueño yo estoy en la escena, veo como sucede aquello e intento correr para ayudar a mi hijo, pero no consigo moverme del sitio y tampoco el marginado nunca llega a alcanzarlo. En realidad es lógico, pues ese riesgo de que mi hijo sea atacado al regresar de la escuela existe, pero eso es muy poco probable, pues nuestra casa está situada a menos de una manzana de la escuela y él vuelve a casa al mediodía y en compañía de otros muchos niños del mismo edificio y de los edificios vecinos. Pero ese hecho por sí sólo no podría ser el objeto generador de tan incómodo sueño. Por otra parte, ese sueño empezó cuando ya hacía casi un año que mi hijo volvía solo de la escuela y ha pasado a repetirse como media unas dos veces a la semana.
Después de casi tres meses de sueños repetidos, ya iniciadas las vacaciones escolares de fin de curso, y sin signos de que fuesen a cesar, acudí en busca de ayuda terapéutica para comprender aquello que ya empezaba a preocuparme. No encontrando ninguna explicación coherente que me ayudase a comprender aquellos sueños, hemos recurrido a sesiones de regresión. Pasaron varias sesiones sin resultados satisfactorios y otras con recuerdos de poco interés sobre mi infancia. Pero cierta tarde, en el transcurso de una de esas sesiones, nos deparamos con la siguiente escena: yo me veía frente al edificio donde vivo actualmente, normal como soy ahora, y vi a mi hijo que llegaba con otros ocho amiguitos, chicos y chicas entre los 8 y los 10 años. Venían en gran alboroto, corriendo, riendo mucho y gritando.
Esa escena se ha producido realmente; yo un día estaba frente al edificio donde vivíamos y presencié cómo los críos llegaban en forma idéntica a la que veía en mi sueño. Después, buscando adecuar la secuencia de los acontecimientos, constatamos que esto ocurrió pocos días antes de que yo empezase a tener aquellos sueños. Al continuar, en esa misma sesión, tratamos de buscar el significado o motivo para tal recuerdo, ya que la escena narrada era de la más auténtica felicidad infantil.
Esa búsqueda nos remitió a mis siete años de edad, cuando yo vivía en un pueblecito del interior. En la escena yo volvía de la escuela con mi hermano mayor y algunos amiguitos, todos mayores que yo, hijos de familias vecinas. A cierta altura del camino, poco antes de llegar a un terreno baldío donde había tan sólo un montón de maderas viejas mal apiladas, ellos dijeron que allí en aquel terreno solía ocultarse el "viejo del saco". Cuando pasaban por delante del terreno ellos salían corriendo a toda velocidad y me gritaban que también corriese; y claro, yo era siempre el último. Y durante mucho tiempo antes y después de pasar corriendo por el terreno yo les oía contar historias terribles sobre el "viejo del saco", de cómo era peligroso, cómo corría tras los niños y los raptaba.
Con el tiempo la broma perdió la gracia y descubrí que el "viejo del saco" era sólo una leyenda. Pero lo más impresionante fue sentir, en la sesión de regresión, qué grande era mi pavor al pasar corriendo por el terreno baldío.
Descubrir que todo era una broma no logró borrar el miedo, que ha permanecido latente en mi inconsciente y sólo se ha hecho manifiesto tanto tiempo después al ver una escena de "niños corriendo y gritando a la vuelta de la escuela".
A partir de esa fecha nunca más he vuelto a tener aquel sueño y en otras dos sesiones de diálogo en la terapia yo ya estaba totalmente recuperado de aquel incómodo y desagradable sueño.
Ronaldo Cardim é Terapeuta Corporal e Psicoterapeuta Holístico, formado em psicologia, trabalha com as técnicas: Shiatsu, Zen-Shiatsu, Massoterapia Corporal, Massagem Bioenergética, Massagem de Alongamento, Sei-Tai (manipulação da coluna), Psicoterapia Holística, Relaxamento induzido, Hipnoterapia Condicionativa,
Regressão (TVP).
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