¿Sueles quedar desestabilizada siempre que tu pareja está de mal humor?
¿Es frecuente que él se muestre molesto por algo que supuestamente has hecho, haciéndote sentir totalmente desestabilizada y perpleja por no ser capaz de comprender la causa de lo que verdaderamente puede haberlo provocado tanto, hasta el punto de crear un pésimo clima en el ambiente, a menudo dedicándote aquel famoso “hielo”, y permaneciendo días y días ignorándote?
¿Te percibes constantemente “pisando huevos” con miedo a hacer cualquier cosa que pueda repentinamente hacerle cambiar de humor?
¿Notas como si él estuviese al acecho observándote para, a la menor vacilación tuya, en cualquier momento y por cualquier motivo, poder mostrarse irracionalmente “agrio”?
Incluso sin motivos aparentes y sin avisar, ¿frecuentemente él aparece ceñudo, con cara de pocos amigos y te sientes literalmente sin suelo, sin saber qué es lo que ha provocado aquel estado?
¿Intentas apaciguarlo incluso sin saber qué es lo que lo ha puesto de aquel modo? ¿Te has fijado si en esas ocasiones él permanece todavía más en silencio, instalando un clima agobiante, las más de las veces sin decir el motivo, y cuando lo dice, de algún modo acaba por hacerte sentir culpable?
¿Suele tu pareja enojarse con situaciones en que tú jamás te enojarías, hasta el punto de dejarte perpleja pensando cómo puede ser posible semejante mal humor por tan poco?
Si acaso estás pasando por una situación así, abre los ojos y retira el velo tóxico que te contamina, socavando tu lucidez, quitándote de tu propia vida. Has caído en las mallas de una de las infinitas armas que los predadores emocionales utilizan: Manipulación perversa por el mal humor. Con eso consiguen la hazaña de acorralarte ejerciendo la coerción, aunque de forma velada.
La denuncia o el diálogo revelador se hacen extremadamente difíciles, puesto que además de esquivarse de lo que hacen, articulan haciéndote pensar que estás loca, descalificando tu percepción, infundiéndote toda forma de culpabilidad y amenazas. Además, en este juego se ponen totalmente alterados, airados y disgustados por haber osado quejarte. Como consecuencia tiránica, van a castigarte drásticamente con el hielo ya mencionado y a menudo te amenazarán, en medio de actos que inspiran sentimientos de abandono, soledad y culpa insoportables.
Para que puedas distinguir y situarte percibiendo las diferencias patológicas, has de saber que el mal humor clásico puede caracterizarse dentro de la categoría médica como Trastorno de Humor. Se le identifica como una de las expresiones del humor en la depresión. El mal humor también aparece en la distimia, que es un estado en el cual se produce una falta de placer en la vida y una especie de tristeza crónica sumada a dosis de negatividad, pero que no llega a ser tan profunda como la depresión. También aparece en el estado melancólico y en el trastorno bipolar. Las personas encuadradas en esos sistemas pueden pasar por episodios de irritabilidad, ser poseídas por sentimientos y pensamientos negativos sobre sí mismas, aislarse, sentir apatía, baja autoestima, etc.
En el mal humor patológico existe un sentimiento de impotencia frente al estado del humor y en algún momento sobreviene la necesidad de pedir ayuda. Normalmente, para esas personas, una buena terapia, a menudo compaginada con antidepresivos, suele resolver satisfactoriamente la cuestión. En el caso del mal humor manipulativo, sin embargo, la situación se hace más compleja y delicada. En este tipo de personas existe un placer perverso que tiene un única función, que es la de subyugar a quien constituye su objetivo en ese momento. Estos pseudo-malhumorados, por medio de este truco manipulativo consiguen someter a sus víctimas, quienes, paralizadas, permanecen constantemente asustadas, tensas, anhelando una mirada más suave y dulce.
Cuando nunca se sabe de qué humor está el compañero, y aquí incluyo a determinados padres, madres y cuidadores, el consejo para las víctimas en primerísima instancia es un tratamiento psicoterapéutico de excelencia, a fin de que se produzca un fortalecimiento de personalidad adecuado, y los puntos emocionales oscuros, que sirven de cebo para que estos manipuladores perversos obtengan poder, pierdan totalmente sentido, fuerza y validez. La cura emocional de esas víctimas se produce a partir del momento en que aquellos empiecen a aparecer ante sus ojos en su real dimensión, o sea, pequeños… muy pequeños…
Si acaso compartes tu vida con alguien así, has de saber que difícilmente ellos mismos se pondrán a tratamiento, o siquiera reconocerán que tienen algún problema. Entonces, cuídate a ti mismo y a tu propia vida, y sálvate cuanto antes de esta especie de estratega perverso.
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos