El sufrimiento ciertamente puede estar relacionado con situaciones que ocurren en el presente, pero es importante buscar su origen en el pasado, pues muchas veces el dolor original (primera vez que sentimos algo semejante a lo que nos hace sufrir hoy), viene de atrás, y ni siquiera lo recordamos o lo relacionamos con el sufrimiento actual, aunque está registrado en nuestro inconsciente. Igualmente importante es fijarnos en nuestras reacciones frente a los acontecimientos, pues éstos marcan mucho la diferencia en aquello que sentimos. ¿Cómo has venido reaccionando ante cada situación? Piensa en ello.
Hay además algunas fuentes de gran sufrimiento: Manipulación: se produce cuando una persona te hace actuar como ella quiere, por el miedo y/o por la culpa, y tú te permites hacerlo así, aunque no quieras, pero en general el proceso se verifica sin que te des cuenta ni lo reconozcas, o sea, es inconsciente. Sólo dejas de estar manipulado cuando reconoces lo que está sucediendo.
Sentimiento de Culpa: Es algo que corroe y origina mucho sufrimiento. Nos sentimos culpables por lo que hacemos, por lo que no hacemos, y aun por nuestros pensamientos o sentimientos. Por lo regular, toda culpa engendra auto-punición. La propia condición del abandono puede originar mucha culpa, es como si el inconsciente tuviese el siguiente pensamiento: ¿Qué he hecho mal para ser abandonado? Debo ser muy malo. Y empieza a buscar situaciones de más sufrimiento como punición por haber sido tan malo. La culpa nos hace sentir no merecedores de recibir nada bueno.
Otro factor importante sobre la culpa es recordar que generalmente nos sentimos culpables cuando juzgamos situaciones pasadas con valores del presente. Nuestros valores y formas de pensar cambian, por eso evita culpabilizarte por aquello que hiciste o dejaste de hacer, procura ser responsable por tus elecciones y comprender los motivos que te hicieron proceder de tal modo en aquella época, lo cual es muy diferente de la culpa que sólo trae sufrimiento y no produce cambio.
Reprimir sentimientos: Hay que diferenciar el controlar sentimientos del reprimir sentimientos. Controlamos cuando identificamos lo que sentimos y así lo controlamos. Reprimimos cuando negamos lo que sentimos como si no existiese. Lo que nos hace somatizar y enfermar son los sentimientos reprimidos, esos que negamos a nosotros mismos, mientras que el control denota una concienciación de aquello que sentimos. Por eso nunca reprimas lo que sientas, sea lo que fuere, sino que aprende a controlarlo.
Repetición de patrón: Algunos patrones de comportamiento los aprendimos muy pronto, aún en nuestra niñez. Podemos percibir que los patrones de comportamiento que más se repiten son en las relaciones afectivas. ¿No podría ser que a menudo actuaste, o aún actúas en tu relación, tal como aprendiste que tenías que actuar, lo cual no siempre era lo que deseabas de verdad? ¿No podría ser que lo que esperas del otro es a menudo lo que no has tenido en tu infancia, y por ignorar este detalle buscas siempre relaciones que no te satisfacen? Tendemos a repetir o recrear patrones ya conocidos. ¿Cuáles fueron los modelos de dar y recibir afecto que has tenido? Muchas personas consideran que amar es sufrir, o también, por ejemplo, quien tuvo una familia con disputas constantes, con agresiones, podrá repetir ese mismo patrón de comportamiento en su relación. Quien tuvo un padre alcohólico, pese a no haber desarrollado el alcoholismo puede relacionarse con alguien que también sea alcohólico. Quien tuvo un padre ausente podría buscar una pareja tan ausente como su padre. Es como si buscásemos resolver cuestiones que no hemos logrado resolver en el pasado, y así las repetimos. Ese proceso se verifica de forma inconsciente, por ello no siempre lo percibimos fácilmente. Todo eso puede ocurrir con el propósito, inconsciente, de resolver conflictos del pasado, que por no haber sido elaborados y comprendidos, se repiten para poder ser comprendidos, aceptados y principalmente para que aprendamos a enfrentarlos. ¿Estás seguro de que tus actitudes no están manteniendo un círculo vicioso destructivo?
Hacer por los otros lo que les incumbe hacer. A menudo asumimos responsabilidades que no son nuestras, y con ello impedimos que el otro crezca y crea en sí mismo; aparte de que nos sobrecargamos y nos parece llevar el mundo a cuestas. Generalmente esto sucede por la necesidad, aunque inconsciente, de agradar y así ser aceptado y amado.
Control: Controlar pensamientos y comportamientos de los demás denota una total falta de control de la propia vida.
Miedo de quedarse a solas: Quien sólo logra estar bien cuando se halla en compañía de otras personas es un eterno fugitivo de sí mismo. Es preciso aprender a apreciar la compañía más importante: ¡la tuya!
Papel de víctima: La víctima sólo hace lamentarse y no consigue moverse del sitio. Es el eterno pobrecito esperando a que alguien haga algo por él, ¡pero hemos de concienciarnos de que somos responsables por nosotros mismos! Tenemos que cambiar la parálisis por la acción.
Comparación o situaciones que causen humillación o vergüenza: Es una manera sutil de decir al otro que no vale nada, comprometiendo totalmente la autoestima. Identifica las situaciones que han originado vergüenza y libérate de ellas. Nunca te compares con nadie.
Mantener relación afectiva destructiva, enfermiza: O cualquier relación con alguien que te cause sufrimiento y saque a relucir lo peor de ti. Puede suceder como repetición de patrón.
Abuso físico, sexual, emocional: Generalmente ocurre cuando aún se es niño. Otra fuente de sufrimiento durante largos años, que requiere constante apoyo psicológico para no comprometer las relaciones afectivas.
Obligarse a: tengo que. Esto no quiere decir descuidar las responsabilidades asumidas, sino evitar, dentro de lo posible, hacer lo que no nos gusta.
Co-dependencia afectiva: Se produce cuando una persona desarrolla dependencia enfermiza hacia una relación o pareja, y echa al otro la culpa por la situación en que se encuentra. El co-dependiente considera que su felicidad depende de la persona a quien intenta ayudar, y así se vuelve dependiente de ella emocionalmente, procurando ayudarle, ya siendo excesivamente permisivo, tolerante y comprensivo con los abusos del otro, o bien siendo excesivamente controlador, perfeccionista y autoritario. Es frecuente que el co-dependiente ponga las necesidades del otro por encima de las suyas propias.
Perder los sueños: ¿Cuáles eran tus sueños más íntimos? O ¿cuáles son tus sueños ahora? ¿A qué estás esperando para realizarlos?
Frustración e insatisfacción constante: Cuando estamos siempre cediendo, diciendo siempre que sí, acabamos por anular nuestras necesidades y deseos, y como consecuencia, sufrimos.
Falta de respeto: Cuando no recibimos respeto por lo que sentimos desde pequeños quedamos sin referencia de lo que es respeto, y así permitimos que no nos respeten en la misma proporción en que no nos respetamos.
Pérdidas: Toda pérdida, tanto por divorcio, como por fallecimiento o alejamiento de los que amamos, ¡nos hace sufrir! Es preciso expresar todo el dolor y no reprimir lo que se siente, pues el proceso de duelo puede durar entre 6 meses y 2 años. Puede también ocurrir pérdida de dinero, del empleo, de bienes materiales, estatus, en fin, toda pérdida que origine sufrimiento debe ser sentida para que pueda ser elaborada.
Falta de amor, no sólo por parte de otro, sino el amor-propio. Todo lo que hemos mencionado tiene como mayor secuela la falta de amor hacia nosotros mismos, lo cual hace recomenzar todo un círculo vicioso.
¿Qué hacer?
Lo que intensifica nuestro sufrimiento en cualquier situación es la falta de auto-conocimiento. Es su falta lo que causa síntomas físicos/emocionales, ansiedad, inseguridad, relaciones enfermizas, repetición de patrones, baja autoestima y falta de amor-propio. Para conocerte ¡mantén siempre tu diálogo interior! Sí, es eso mismo, mantén muchas conversaciones contigo mismo todos los días. Si lo deseas, puedes llevar un diario de emociones, escribiendo todo lo que sientes, y buscar el origen de esos sentimientos.
Pero si tienes dificultad para hacerlo tú solo, busca el apoyo de un psicólogo/analista para que te ayude a identificar las posibles causas de tu sufrimiento y puedas liberarte de todo ese dolor. Es posible ¡basta que tú quieras!
Rosemeire Zago é psicóloga clínica CRP 06/36.933-0, com abordagem junguiana e especialização em Psicossomática. Estudiosa de Alice Miller e Jung, aprofundou-se no ensaio: `A Psicologia do Arquétipo da Criança Interior´ - 1940.
A base de seu trabalho no atendimento individual de adultos é o resgate da autoestima e amor-próprio, com experiência no processo de reencontrar e cuidar da criança que foi vítima de abuso físico, psicológico e/ou sexual, e ainda hoje contamina a vida do adulto com suas dores. Visite seu Site e minha Fan page no Facebook. Email: [email protected] Visite o Site do Autor