…¡Aquella sensación interior de enojo, aquella quisquillosidad, aquellas ganas de discutir que de vez en cuando nos vienen!!!! ¿Quién no ha sentido algún día algo similar?
Esta sensación significa que estás desencadenando un proceso de ansiedad extrema que te llevará como paso siguiente a la potencia negativa, que significa considerarte víctima de la vida.
En otras palabras, significa tener el sentimiento de que nadie te comprende, que nadie te ayuda, que nadie se preocupa de ti, que todo el mundo está bien menos tú. Significa también considerar que la única persona que está sola eres tú, que el peor empleo del mundo es el tuyo, significa decir que la vida tiene un peso enorme pero sólo para ti.
Esta ansiedad extrema tiene origen en un mental cuya frecuencia es muy alta, donde la entrega y la confianza no existen y el control es el principal participante en cada circunstancia de tu vida.
Tener un mental muy alto quiere decir que tienes en mente, en un determinado momento, muchos, demasiados asuntos, y entre ellos distribuyes tu energía, o sea, poniendo un poco de energía en cada cosa, con lo cual nunca te enfocas en nada, y la no realización da origen a la ansiedad extrema.
Cuántas y cuántas vueltas es capaz de dar nuestro cerebro para sacarnos del punto enfocado.
En este estado energético alterado, en la discusión siempre quieres tener razón y consideras que las otras personas están equivocadas. Trata de tener un punto de referencia: si un día te parece que el mundo entero está equivocado y tú estás en lo cierto, este es el exacto momento para que acudas a pedir ayuda.
En el cuadro antes descrito no hay energía suficiente para que ningún objetivo tuyo pueda hacerse realidad, no hay alimento necesario para que ningún ideal de vida empiece a andar.
La Radiestesia, a través de la Mesa Radiónica, equilibra tus frecuencias energéticas y estabiliza tus frecuencias mentales, haciendo posible definir los planes y que éstos se concreticen a lo largo de plazos establecidos.
Esta ansiedad extrema, aparte de los efectos negativos de irritabilidad, desconfianza y de creer que sólo a ti no te pasan las cosas buenas, puede traerte efectos físicos, tales como: taquicardia, sudores excesivos en la cabeza, cierta sensación pasajera de estar en el aire como si te fueses a desmayar, puede acentuarse el enrojecimiento súbito del rostro y asimismo pueden aparecer crisis de atragantamiento, que van empeorando con el tiempo.
De todo lo descrito, queda la pregunta: ¿Qué prefieres, ser feliz o tener razón? Porque la necesidad continua de defender un punto de vista ciego significa que estás fuera de tu equilibrio, con lo cual alejarás de manera permanente a las personas y situaciones de buena sintonía.
Hace algún tiempo, atiendo a un crío de unos 9 años que padecía crisis continuas de atragantamiento durante la noche, llegando a perder el aliento; había estado incluso ingresado en hospitales, que no alcanzaron a encontrar el origen del problema.
Tan pronto empezamos la conversación, de inmediato noté la sensación de ansiedad e irritabilidad, que me llevaron a la conclusión de ansiedad extrema. Nada dije a los padres, y comencé el tratamiento con la Mesa Radiónica, a fin de lograr el equilibrio de su frecuencia mental. A continuación llegué a la identificación del exacto momento en que esta ansiedad se había instalado y descubrí que una presentación ante numerosas personas en su escuela le había disparado aquella ansiedad. En primer lugar, por tener que hablar en público y, en segundo, por temor a los amigos.
Eliminé, entonces, el bloqueo originado en aquel momento y además receté al crío un floral específico para la ansiedad extrema.
Pasado un mes, en la primera semana todavía manifestó una única crisis de atragantamiento y hoy, tras varios meses, está curado, simplemente porque el equilibrio ha sido restablecido.
La ansiedad es la peor compañía que puedes tener en tu vida, porque ella puede alejarte de todos tus objetivos.