La ansiedad viene siempre acompañada de síntomas, como exceso de pensamientos negativos y una enorme aflicción que surge frente a determinadas situaciones. Otros síntomas que acompañan a la ansiedad son: palpitaciones, respiración dificultosa, irritabilidad, tensión muscular, falta de aire, mareos, preocupación exagerada, agitación, sensación de que algo malo va a ocurrir, entre otros. La ansiedad es un exceso de futuro, es una sensación real de que algo más adelante va a suceder, y con ello te sentirás mejor o peor, es una sensación intensa de nunca estar en el momento presente.
Los registros de situaciones traumáticas en tu mente hacen que se dispare una protección automática cada vez que algo similar vaya a ocurrir. A este sentido de protección mental damos el nombre de ansiedad.
Ansiedad es, en resumen, un estado de alerta continuo, en que deseamos protegernos de algo que no sucedió y que quizá nunca llegará a suceder.
La ansiedad impide que nos concentremos en el aquí y ahora; no nos permite escuchar nuestra voz interior mayor, nuestra intuición, y como consecuencia, acabamos por tomar el camino equivocado.
El inicio para la sanación de la ansiedad se halla en la eliminación de toda energía retenida en situaciones traumáticas. La Mesa Radiónica, de manera precisa y certera, identifica las fechas en que los momentos traumáticos han sucedido y los elimina, haciendo que el equilibrio energético quede restablecido.
Estar en equilibrio significa estar en paz, significa vivir intensamente cada momento, disfrutar lo que cada situación tiene de mejor y, principalmente, por la sintonía adquirida, atraer hacia tu vida energías compatibles contigo, lo cual facilita que una enorme sensación de estar entero se adueñe de tu ser con un sentimiento pleno de estar en el momento propicio y en el lugar adecuado.
Atendí a una chica que se quejaba de relaciones repetitivas y conturbadas, pues atraía a su vida solamente personas que no querían compromiso. Acababan siempre sustituyéndola por alguna cosa o por alguien. Su estado de ansiedad se hallaba en tal grado de elevación que ella ni siquiera lograba escuchar lo que yo intentaba decirle. Su mental acelerado la llevaba a no confiar ya en nada; el control formaba parte de su vida y cuanto más lo controlaba todo y a todos, más sensación tenía de inadecuación.
Decidí iniciar el tratamiento con la Mesa Radiónica, independientemente de nuestra conversación, con el equilibrio de sus frecuencias energéticas, y ella empezó a tranquilizarse y a relajarse. Seguidamente di comienzo a la identificación de momentos de energía bloqueada a fin de eliminar la repetición de situaciones en su vida. La primera identificación de bloqueo vino a los cinco años de edad. Ella me dijo de inmediato que en esa época se había producido la separación de sus padres. Fue un momento muy conturbado, en que presenciaba varias disputas, y la sensación que tenía era que no sería capaz de mantener a los dos juntos. Cada riña que se producía era más intensa, y pequeña, se acordaba de estar en medio de ambos pidiendo que parasen y nada sucedía. Y la separación acabó por concretizarse.
Para empezar, le dije que había un bloqueo energético disparado por esa situación traumática que se estableció en su subconsciente, el cual le decía que si ella no había sido importante para que ellos permaneciesen juntos, no sería importante jamás en la vida de nadie. He ahí la razón para sus relaciones repetitivas en que siempre era sustituida. Esta situación de estar siempre en el lugar equivocado la conducía a una búsqueda continua y lo único que ocurría eran las repeticiones, con el propósito de hacer que la historia original fuese diferente.
Con el equilibrio conquistado y la paz restablecida, un nuevo patrón vibracional se ha instalado en su vida y, por consecuencia, ella ha pasado a atraer situaciones y relaciones armónicas.