La jornada evolutiva por la cual estamos pasando en el actual momento de nuestra existencia en este planeta, viene exigiendo a la mayoría de nosotros una enorme capacidad de mantenerse en equilibrio, pese a los incontables desafíos.
Sea en la dimensión de la vida que fuere, cuando las tormentas se presentan, la cuestión principal es no identificarse con ellas, sino colocarse como observador imparcial y, seguidamente, decidir si nos dejamos abatir o, por el contrario, vamos a reaccionar de modo a demostrar que somos más fuertes que ellas.
Es un hecho que sólo en las dificultades es cuando nuestro poder interior se revela de modo absoluto. Por tanto, se trata de encarar cada momento retador como una oportunidad impar de ejercitar ese poder.
El Todo, la Fuente, la fuerza que nos ha concedido la vida, nos ha dotado de la capacidad de recrearnos a cada momento, para que jamás nos acomodemos en el miedo o en la cobardía.
Ser capaz de reinventarse, siempre que la existencia así lo requiera, es un don que sólo puede ser ejercido por aquellos que llevan en sí una vocación inexorable para la felicidad. Éstos jamás se acomodarán en las situaciones que les impongan cualquier tipo de sacrificio o sufrimiento.
Todo lo contrario, se mantienen permanentemente en alerta para rechazar cualquier circunstancia que les aleje de su propio Ser, o que sea contraria a los valores y principios en que creen. El auto-respeto debe ser siempre el guía, la brújula, lo que oriente el caminar.
“Después de un día entero de lluvias fuertes, tronada y vientos desatados, nuevamente el sol está brillando. El día está tan claro, tan iluminado. Lo cual no es garantía de que no puedan venir nuevas lluvias y cambios en el tiempo. Así se desarrolla la vida en este plano.
Y la cuestión es: ¿cómo no identificarnos con esas oscilaciones del tiempo? ¿Cómo ser el mismo frente a todas esas oscilaciones?
Ecuanimidad mental es el sinónimo de tener la mente fija en Dios. Y colocar la mente en Dios es como poner tu equipaje en la baca del tren y viajar descansado.
Pero la mente es la loca de la casa; ella prefiere cargar con el fardo, porque colocar el equipaje en la baca requiere cierta confianza. En el núcleo de la mente condicionada está el miedo, y uno de los principales aspectos del miedo es el control.
¿Sabrá Dios lo que es bueno para mí?”
Es muy importante que puedas tomar conciencia de tu falta de confianza, porque es ella la que te ha estado haciendo cargar con ese fardo tan grande.
Sri Prem Baba.